Capitulo 4

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 Son los ojos más hermosos que he visto en mi vida. Desenvaino mi espada hiero unos de los hombres que tiene a la señorita sostenida, este suelta un grito desgarrador hago lo mismo con el otro y luego la miro — Vamos señorita blanca suba le grito —Pero mis maletas, se queja


—Señorita! —Solo a una mujer se le ocurre en una situación así pesar sus maletas—Ya voy, ya voy. —Sujeto su brazo nuestras miradas se conecta y por un instante sentí mi cuerpo estremecer nuevamente, para luego montarse en el mi caballo y salir a todo galope por la oscuridad del desierto. Luego de media hora de cabalgar la noto muy pensativa. —señorita blanca la siento que se tensa.

—Eh ¿dígame?— ¿Sabe quiénes eran esos hombres? Le cuestione—no. Responde —Eran bedwin forasteros del desierto, son peligrosos y violadores. Venden mujeres. Ella solo abre los ojos en gran manera se queda pensativa

— ¿por qué me ayudo, es usted uno de ellos? Freno el caballo y, me paro de repente— oh, oh. — paro el caballo Se detiene el caballo me bajo del caballo para luego bajar a la señorita, la miro fijamente y Allah que esta mujer es realmente una belleza mi cuerpo tiembla —Yo no soy uno de ellos.

— ¿Qué me va a hacer?

Me giro nuevamente. La miro de una manera que hace que ella tiemble
— ¿Qué le voy a hacer? Hasta ahora solo la he ayudado señorita blanca, y no recibo ni un solo gracias de su parte— ¿Es que no tiene modales? Digo enojado por su imprudencia

La señorita blanca se queda pensativa y dice—Perdón tiene usted razón gracias por salvarme de esos mercenarios — no puedo más contener una estruendosa carcajada y levanto la vista y la observo fijamente contemplando su belleza de una flor del desierto. Cosa que la pone más nerviosa, cosa que me gusta—Los bedwin son más peligroso todavía que mercenarios. Solo se encoge en donde está y habla— Hace mucho frío aquí dices la señorita — Acamparemos aquí por esta noche hasta el amanecer sugiero. Abre los ojos en sobremanera y se alarma — ¿Dormir al intemperie de la noche está usted loco? Dice la que andaba sola en el desierto

— El desierto es peligro y no podemos seguir cabalgando, podemos encontrarnos con esos hombres ella solo asiste. —Mis maletas seguro se la llevaron— No, no lo creo señorita ellos querían otra cosa, ósea a usted —oh. Es lo único que dice la señorita blanca

—Sus maletas las volverás a ver de seguro le digo

Solo asiste con la cabeza y la escucho hablar en vos baja — ¿Qué hago? ¿Y ahora como llego? — Con los ojos aguados precia que iba a llorar no soporto ver una mujer llorar, en un impuso —Puedo ayudarla a llegar para ¿Dónde va?, claro si usted quiere, malikat jamal albayda? Le digo en árabe

Me mira con esa mirada que solo en ella he visto, se ajusta sus lentes limpia las manos en sus pantalones lo piensa. Cosa que me molesta después de todo lo que hice por ella todavía no confía en mí.

— ¿Entonces? ¿Qué dice? Mire que no tengo toda la noche para estar ofreciéndole mi ayuda malikat jamal albayda

—e-t este es que la información que tenía de para donde iba se quedó en mi cartera, yo no soy de esto lados dice nerviosa

—Eso lo sé, es usted muy blanca y nosotros de piel negra —Si soy más blanca que un pan, pero soy árabe

— ¿Árabe? ¿Usted es árabe? Eso no puede ser ella de estos lados pienso

—Si solo que de América.

En esa pienso que si es árabe como dice— ¿Por qué no se cubre el rostro? Y le digo —oh una árabe americana, — ¿Es que sus padres no le enseñaron que las mujeres en Arabia no andaban solas? ¿Y mucho menos con el rostro descubierto?

—No, en América no se utiliza eso

—Pues señorita blanca aquí no estamos en América, estamos en Arabia. Digo molesto y me quito el manto que cubría mi rostro y se queda observándome a los ojos se veía hermosa, hablo para sacarla de sus pensamientos

— ¿Quiere mi ayuda? ¿O no? Mire que los bedwin pueden regresar

—Claro pero primero dígame su nombre señor misterioso. Pero mira, pero si me resulto desconfiada después que la salvo.

—Misterioso ¿Así me apodo señorita blanca? —Ah, pero usted me apodo señorita blanca así que dígame su nombre para saber ¿Quién es mi nuevo captor?—Me quedo sorprendido nunca había visto una mujer así — mi nombre es Fadil Adel señorita blanca

—Valla que nombre le hace honor. —Ay! Yo y mi bocota dice, reprimo mi carcajada — ¿y el suyo?, le pregunto —e-te tartamudea.

—Su nombre, ya sabe el mío, dígame el de usted si no quiere que la deje aquí mismo y ahora. Me monto en el caballo estoy punto de empezar a cabalgar cuando — Hadarah Anessa. La observo y ese nombre si le hace honor

—No me gusta decirlo porque no me hace honor. Me enoja que ella piense que ella no es bella, si es una belleza del desierto.

¡—que le haga honor o no es su nombre —ahora suba!

La noto metida en sus pensamientos y rompo el silencio y le pregunto.

—y dígame ¿para dónde iba señorita blanca?

—Hadarah es mi nombre señor Fadil—me llama por mi nombre, pero no es apropiado que lo haga al

—No es apropiado llamarme por mi nombre señorita blanca

— ¿Entonces para que su madre se lo puso? —Eso también es lo que yo pienso, pero son regla de las culturas. Bajo del caballo y nuestras miradas se conectan y le extiendo la mano para ayudarla a bajar y siento una corriente al tocarla

—Dormiremos en esa cueva, encenderé una fogata para que se mantenga caliente —Enciendo la fogata rápido, ya que estoy acostumbrado, dos años en el desierto me ha enseñado muchas cosas la miro, ella solo se abraza la extiendo mi manta para que se cubra — para que se mantenga caliente le digo

—Gracias señor Fadil

Sigue llamándome por mi nombre, la voy a corregir, pero veo que se ha quedado dormida. Parece cansada me levanto y la cubro bien para donde ella va está a dos días y es mi hogar. ¿Será que estoy preparado para regresar para mi hogar?

Será mejor llevarla y luego regresar, oh quedarme y enfrentar a mi familia. El sol esta por salir será mejor levantar a la señorita antes de que empiecen las tormentas de arenas y remolinos. —Señorita tenemos que irnos tenemos que pasar por donde unos conocidos — ¿Qué hora es señor Fadil?—Son como las seis, debemos cabalgar hasta pequeño pueblo

— ¿Está muy lejos el pueblo señor Fadil?

Esta a medio día de aquí venga la ayudo a subirse, están torpe después de cabalgar medio día la señorita se quedó dormida recostada de mí se despertó— Perdón me quede dormida. — Llegamos es hora qué se cambie esa ropa señorita

—Pero si no tengo. —Le compraré ropa árabe es lo que se usa en Arabia. Ella fue a donde unos comerciantes mientras yo hablaba con unos conocidos la escucho hablar.

—Wao! Qué bello!—El comerciante sale junto con la que parece ser su esposa. Y le dice —Esta prenda perteneció a una antigua pareja de amantes del desierto, dicen que era un amor imposible

En esa la mujer parece que es una adivina le dice Hadarah—En tus ojos hay un fuego, una pasión, en su sangre que solo dos corazones con el mismo deseo y un verdadero amor. Hadarah solo se queda observándola la señora vuelve hablar. —Le regalo las prendas señorita para que su esposo la vea con ella.

—Quiero que me venda ropa para mi esposa señora —claro señor venga joven por aquí, mientras despedía a algunos amigos la señora me llama y me giro de la tienda sale una mujer que Allah!, parece una flor del desierto esos ojos verde

— ¿Cómo me veo? ¿Me veo mal? La señora niega con la cabeza. No sé qué decir, la señora vuelve hablar; —La pasión que hay entre ustedes ni las arenas del desierto podrá a pagarla. —Yo no sé qué quiso decir, pero esa señora, pero la conocen que ella nunca miente. Pero no la entendí nada

POV HADARAH

— ¿Qué quiso decir esa señora con la pasión que hay entre ustedes ni las arenas del desierto podrá a pagarlo? El señor Fadil no ha hablado desde que salimos del pueblo solo está sumido en sus pensamientos mientras yo montada en un camello ya no llevo mis lentes este sol está que arde

—Señor Fadil cuanto falta para que lleguemos a nuestro destino

— ¿Señor?

—Usted me dijo que no era apropiado llamarlo por su nombre. Él solo me mira con sus penetrantes ojos azules que me ponen más nerviosa como no llevo mis lentes solo me queda agarrarme del camello

—vamos tenemos que llegar a nuestro destino — ¿nuestro destino?—Si para donde vamos es mi hogar — Ah pues entonces volveré a ver a mi salvador

—no, no lo creo Hadarah

Mi nombre se oye más bien en sus labios Allah!, que boca tiene pero que estoy pensado —seguro su esposa e hijo lo esperan —no tengo hijos ni esposa

—Que genio tiene — ¿qué dijo?—nada solo pensaba en voz alta señor Fadil. Yo y mi bocotá de nuevo —señorita blanca —si señor Fadil

—Tendremos que acampar aquí a esta noche hay tormentas de arenas. Pasa media hora después Hadarah se siente mal la caminata la dejo mal le estaba subiendo la temperatura y de quedo dormida mirando a Fadil él fue su último pensamiento

POV FADIL

—Tendremos que acampar En esta ocasión no replico parecía cansada. Pasada media hora que estamos aquí y Hadarah no se mueve parece dormida la noto como tiembla me acerco y la toco y está ardiendo en fiebre tiene la temperatura muy alta para el colmo el frío no ayuda para nada -Allah— ¿Qué hago? Hadarah tenga tome agua la ayudará con la fiebre

—tengo mucho frío Fadil

—Vamos a hacer algo nos vamos a acostar junto para que su cuerpo ente en calor es eso o se pondrá peor, no me voy a propasar con usted ella solo asiente ¿hasta ahora no lo he hecho o sí?

—No

Pasado unas cuantas horas Hadarah entra en calor y le baja la temperatura, miro sus labios y de un impulso la beso ella eso se mueve y suspira. Con eso me quedo dormido

A la mañana siguiente Hadarah se despierta primero. Y lo primero que ve es el bello rostro de Fadil frente a ella, por Allah que hombre más hermoso su nariz sus labios todo él es hermoso —se quedara observándome todo el día Hadarah. Me pego un repinco — ¿Desde cuándo está usted despierto? Que torpe yo—desde que empezó a inspeccionar me ya termino

—Ah, sí claro

— ¿Cómo se siente anoche?—tenía mucha fiebre. Siento como pasa su mano mirando a esta ver si tengo temperatura. Es cuando recuerda que todavía está abrazando a Fadil y me despego —oh

Fadil solo ríe y agrega —Anoche no quería despegarse de mí y hoy se despega como si tengo una enfermedad contagiosa Hadarah—. Me hace sonrojar que debo parecer una manzana— Se siente mejor para que sigamos cabalgando

—Si Fadil podemos seguir

—Venga y la ayudo a montarse en el camello estaba Fadil ayudándome a y me resbalo Fadil me sostiene en sus brazos sus miradas se conectan, Fadil murmura algo muy bajo

—no aguanto más Hadarah y me besa me sorprendo, pero le sigo el beso que tanto he deseado, pero no me atrevía hacérselo, me besa con pasión voraz luego nos separamos y él dice estaba loco por hacerlo desde aquel pueblo

—oh— es lo único que me sale. —Luego él regresa a su camello, pero algo sucede y él dice —El camello tiene la pata mala tendremos que viajar junto Hadarah

— ¿Juntos? —Por Allah como voy a viajar con él después del ese beso. — Si juntos ¿O teme que pase algo señorita blanca?

Pasión Bajo las Arenas del Desierto Arabico (Trilogía Pasión Y Cultura#1)Kde žijí příběhy. Začni objevovat