YA EN CASA

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Leonor entra a la pieza de Elisa con dos café en las manos.

-¿Qué estamos esperando?. – Pregunta Elisa con un tono de voz cansado.

-Que venga el doctor con el informe del diagnóstico y las indicaciones para hacer los exámenes que quedaron pendientes, además Tomás va a venir a buscarnos.-

-Pero Leonor, ¿por qué no pediste un taxi como te dije?. Para qué molestarlo más de lo que lo hemos hecho. –

-Yo iba a pedir un taxi y no me dejó.-

En eso estaban cuando entra el doctor, un hombre alto de unos 35 años, simplemente era un Adonis. Medía 1.80, cabello largo y marrón, tomado en un moño, ojos verdes oliva almendrados y unos labios perfectamente gruesos, que escondían una dentadura también perfecta.

Cuando entró a la habitación, Elisa y Leonor quedaron en estado de shock, cuál de las dos denotaba más su perplejidad ante aquel símbolo de perfección masculina.

¿Elisa? – Dice el doctor.

-Si.- Responde ella embobada.

-Acá tengo el alta, junto con todos los exámenes que tienes que hacerte dentro de las siguientes semanas y los resultados que entregó el laboratorio de los ya hechos. Algunos quedaron pendientes, pues procesarlos tarda una semana, así que cuando estén disponibles, pides hora conmigo, para verlos y terminemos el estudio con el fin de tener, un posible un diagnóstico, porqué de que hay algo, lo hay.

Algunos de los resultados que tenemos entregan pistas de una alteración al sistema inmunológico, pero hay que ser más preciso. -

-Ok, doctor... –

-Dime, Carlos. Doctor me hace sentir viejo –

En eso entra Tomás a la habitación con una sonrisa en el rostro que desaparece cuando ve a su ex mujer en una actitud coqueta con el médico.

-Usted debe ser el marido de la señora Elisa.- Ex marido, corrige Elisa al tiempo que se termina de acomodar la melena.

-Entonces estamos ok, todo explicado y nos vemos, Elisa, dentro de unas semanas en la consulta.-

-Sí doctor, perdón... Carlos...-

Sale el doctor y Tomás menciona en un tono de voz grave, que tiene poco tiempo. Leonor le indica dónde está el bolso de Elisa. Elisa le agradece que se ofreciera a venir a buscarla.

En el ascensor, Elisa y Leonor no podían dejar de hablar de lo estupendo que era el médico, con comentarios que llevaron a que Tomás las interrumpiera con una falsa tos y un fruncimiento de cejas. Él no estaba aún preparado para escuchar ese tipo de comentarios de su ex mujer.

En casa, Mita corre a abrir la puerta. Elisa la estrecha con mucha ternura y sin soltarla por un largo rato, se da cuenta que Leonor estaba afuera y ellas obstaculizaban el paso. Separándose caminan en dirección a la pieza de Elisa. Emilia corre a los brazos de su madre llamándola.

-¿Qué tienes? ¿Qué instrucciones te dejaron? ¿Pasaron los dolores? –Pregunta si respirar

-Matilda, estoy bien, todavía no tienen claro que fue lo qué me pasó, pero están investigando, tengo unos exámenes pendientes, pero lo importante es que los dolores se fueron y me siento mejor.

Tengo que hacer reposo por hoy y mañana. Así que si me dan permiso para cambiarme e ir al baño. –

-Está bien, mami, ¿quieres que te traiga algo?, ¿agua, café, pan, pastel? Pamela hizo pastel de manjar con galletas. – Dice Mita mientras se para de la cama.

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