EL SACERDOTE

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Mita se levanta muy temprano, para repasar la materia mientras se toma una taza de café con leche. Suena el celular, mira el visor que decía papito. Se sorprende de la llamada, eran cerca de las 7:10 am. Contesta muy preocupada.

-Hija... ¿te desperté?.. -

-No, estaba repasando una materia para la prueba de hoy. ¿Por qué me llamas tan temprano?, ¿pasó algo?. –

-No, te llamo por que recién vi que tenía cuatro llamadas perdidas tuyas en el celular, del sábado pasado. Y como estaba en el sur, sin celular, me preocupé.

Pensé que les había pasado algo. -

-No ha pasado nada. Te llamé para pedirte que me fueras a buscar a una fiesta. -

-¿Cómo sigue Elisa?.-

-Está internada, el miércoles le dan el alta. –Dice Mita tratando de evitar dar mucha información, ya que sabía que su mamá se molestaría si ella entregaba tanto detalle su padre.

-Y tú, ¿qué hacías el fin de semana en el sur y sin celular? – Pregunta Matilda de forma muy interesada.

-Nada, temas de pega, nada más.-Dice Tomas bajándole el perfil al tema.

-Hija te dejo para acostarme y dormir un rato. Nos vemos en la semana.

-Chao papá. -

Mita cuelga y mira la hora en el microondas, se da cuenta que era tiempo de salir a tomar el microbús. Toma su bolso y sale a toda velocidad de la casa. A la salida ve que viene el microbús, corre a toda velocidad para alcanzarlo en el paradero.

Cuando entra a clases ve que Cata estaba sentada en el banco con la cabeza metida dentro del libro de biología. Mita se para en la puerta de la sala, respira hondo y entra. Se sienta al lado de Cata, ésta levanta la vista del libro mira a Mita a los ojos, la saluda casi por obligación y vuelve su mirada al libro. Mita captó que ella estaba enojada y que sería inútil tratar de hablar en ese momento, así que le responde el saludo solamente.

Las dos horas de prueba fueron lentas. Ésta había estado difícil, pero no imposible. Al tocar el timbre para salir a recreo, Mita entrega la prueba al profesor y vuelve al banco. Saca el cuaderno de física y se pone a resolver unos ejercicios.

Mientras Mita termina de hacer el primer ejercicio se acerca Cata, quien traía una expresión en su rostro de pocos amigos.

-¿Cómo estás? –Pregunta fríamente a Mita quien no despegaba la vista del ejercicio.

-Bien, acá terminando la tarea. – Responde Mita sin levantar la vista del cuaderno.

-Debiste tener un fin de semana muy ocupado para no haberla hecho. -

Mita sintió que esa ironía le caló muy hondo, por el simple hecho que sí, efectivamente había tenido un fin de semana y unas cinco a seis semanas muy complicadas, por razones de salud de su madre y hechos paranormales, no precisamente por las razones que Catalina podía imaginar.

- Sí, tuve un fin de semana que no se lo doy a nadie. Es más, he tenido unas cinco a seis semanas que han sido horribles y precisamente ahora no estoy de humor ni ánimos para escuchar tus reclamos. Porque te conozco lo suficiente para darme cuenta que estas muy molesta conmigo por algo que, créeme me tiene sin cuidado, tengo cosas más importantes de las cuales preocuparme que de tus ataques de celos. ¿Ok? Así que espero que me entiendas y trata de no hacerme el día más difícil. –

-Ok. Tienes razón, creo que sí efectivamente te ha toca difícil, pero lo que no voy a dejar pasar, es que siendo mi amiga te hubieras metido con Paul, eso no.-

UsurpadoresWhere stories live. Discover now