||Nights in Heaven, Days in Hell

1.9K 53 4
                                    

No need to imagine
Coz I know it's true
They say
All good boys go to Heaven
But bad ones
Bring heaven to you

Julia Michaels


Siento el calor llegar a todas partes de mi cuerpo, al igual que la primera vez que estuvimos juntos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Siento el calor llegar a todas partes de mi cuerpo, al igual que la primera vez que estuvimos juntos.
Con tú mirada gentil y atenta a cada uno de mis movimientos. Tus manos, fuertes y seguras, se acomodan a cada lado de mi cabeza, haciendo presión sobre el colchón. Te acomodas sobre mí y tomo aire.
Siento la vergüenza comenzar a invadirme pero estoy dispuesta a eliminarla,dándote un beso en el mentón, puedo sentir tú sonrisa y dejo que mis labios se deslicen por todo tú cuello.
Tus manos me despojan de las últimas prendas, y ya sin nada que cubra mi piel, me das un suave beso en el pecho.
Tú respiración agitada golpea mi rostro, y con la luz ténue filtrándose por la ventana, te desnudas ante mi curiosa mirada y puedes notar como mis verdes ojos te analizan por completo, acto que permites con gusto.
Acomodándote nuevamente sobre mí,te acercas  hasta rozar mis labios, que comienzas a delinear con la punta de tú lengua, antes de morderlos y dar paso a un beso intenso, profundo.
Tus boca húmeda y adictiva, hace que me estremezca.
Estás tan cerca, que puedo escuchar el sonido de tú corazón martilleando con fuerza en tú pecho.
Atrapas uno de mis pezones, que succionas con suavidad y dejo escapar unos sonidos de placer que brotan sin control de mi garganta.
Una de mis manos se desliza hasta dar con tú erección, aprisionándola, para comenzar a atenderla.
Tú cuerpo tembloroso preso de un insano deseo que nos consume a ambos,  cede ante mi tacto. Tus caderas siguen mis movimientos y acelero el ritmo.
Tus dedos inquietos hurgan entre mis muslos entreabiertos, hasta dar con mi pequeño santuario de placer y comienzas a acariciarlo con movimientos circulares, adentrándote lentamente.
Suelto un jadeo y mis manos frías recorren la ardiente piel de tú espalda, sirviéndote de guía y presionando, indicándote cuando debes parar.
Sin dejar de besarnos, susurro excitada tú nombre sobre tus labios entreabiertos.  Necesito respirar y me separo brevemente. El aire de la habitación se está tornando pesado y comienzo a sentirme aturdida.
Mi respiración agitada se calma cuando acaricias mi rostro con suavidad.
Clavo mi mirada perdida en la tuya y esbozas una pequeña sonrisa. Puedo notar que estás nervioso también, tú cuerpo tiembla cada vez que te toco.
Tomas tú erección por la base mientras te colocas la protección, para luego hacerte un lugar entre mis piernas, colándote entre ellas.
Rozas tú glande en mi estrecha entrada,dando cortos suspiros antes de comenzar a sumergirte despacio en el interior de mi cuerpo. No quieres hacerme daño y procuras hacerlo con suma delicadeza.
La calidez de tú cuerpo me atrapa de tal forma que acaricio tú rostro nostálgicamente, recordando que conozco tú cuerpo a la perfección y aún así, no dejo de maravillarme.
Sin esperarlo siquiera,una voz baja y ajena a todo nuestro grato momento de intimidad nos saca de la misma, con la fuerza de un baldazo de agua helada, haciendo que nos separemos como resortes, atinando a tapar nuestros cuerpos desnudos con tan sólo una sábana.

My Sexy Guardian Donde viven las historias. Descúbrelo ahora