Fragmento #10

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Demon

No voy a negar que me sentía algo mal por no haber ido tras de Alex. Pero no pude evitar seguir a Ángel. Realmente parecía que yo no era de su completo agrado. Se detuvo e instintivamente me escondí, miro a ambos lados y soltó un suspiro antes de dejarse caer sobre una banca del patio.

Una ligera brisa movió algunos de sus cabellos y un recuerdo llego a mi mente. Ángel solía sentarse en la orilla de la ventana a disfrutar del viento sobre sus bigotes. Luego él y yo compartíamos un merengue juntos. Sé que no es sano darle dulce a una mascota. Pero era una pequeña cantidad que nunca le hizo daño.

Negué un poco molesto, ¿Por qué este chico seguía recordándome a mi gato? Ok, el parecido era increíble, pero Ángel no volvería nunca, había...bueno, ustedes saben que paso con él.

Suspiré dispuesto a irme de ahí y dejar ese estúpido acoso por la paz, cuando algo volvió a recobrar mi atención. El albino saco una bolsa pequeña de su bolsillo y extrajo algo que conocía perfectamente.

—Por poco te olvido en mi bolsillo— murmuró tomando un dulce color rosa y dando una mordida generosa al dulce manjar—es difícil ser nuevo y que un chico aterrador te vigile.

—Gracias por decirme que soy aterrador— pensé sintiendo una pequeña punzada en el pecho. Nunca me afectaba nada, pero que él lo dijera tal vez dolía un poco. Tal vez solo debía dejarlo en paz.

Esta vez de verdad iba a hacerlo, cuando me fije mejor en los dulces que sacaba de la bola. Era un delicioso merengue color amarillo, de esos que tanto me gustaban. Observe atentamente como lo llevo a su boca y le dio una gran mordida. Trague saliva.

Era como volver con mi gato de nuevo. Si, ya se, está mal darle azúcar a un gato, ya habíamos tomado este punto antes y lo entiendo. Pero antes de que se quejen de algo déjenme decirles que a él le encantaba y el veterinario dijo que asimilaba muy bien el azúcar. Raro el dueño, rara la mascota.

Cuando mi mascota comía un pedacito parecía tan contento. También este chico sonreía ampliamente con una expresión de satisfacción en el rostro. Me recordó tanto a mi gato que salí de mi escondite y me acerque a él hasta sentarme a su lado.

— ¿Me das?...—pregunte y caí en cuenta de lo que acababa de hacer.

— ¿Otra vez siguiéndome?—me miro con renovada desconfianza, bajo el dulce y respiro profundo— ¿Tienes algún problema conmigo?

—No...Para nada— miré hacia otro lado algo ofuscado— solo me gustan los merengues— trate de restarle importancia pero solo pensaba en salir huyendo de ahí. ¿Cómo un desconocido podía tener tanto poder sobre mí? No quería descubrir la respuesta.

—Supongo que puedo darte uno—inflo ligeramente una de sus mejillas. No parecía muy complacido de compartir conmigo.

—Si no quieres no— bufé levantándome. Este pequeño momento me hacía darme cuenta del error de mi vida. Yo nunca trataba de entablar una conversación con alguien.

— Dije que te daría uno—mascullo y de nuevo vi como fruncía un poco el ceño.

—Ahora no quiero.

—Pues ahora te doy—se levantó y me tapó el paso. Tomó mi mano, para luego colocar uno sobre ella—cómelo o me enojare mucho—Dictamino yéndose antes de que pudiera replicar.

Suspiré y me sorprendí a mí mismo sonriendo. ¿Qué demonios estaba pasándole a mi mente? Negué y me comí el merengue de un mordisco. Debía recomponer el rumbo de mi vida ante de que un nuevo Ángel se colara en mi corazón. Yo no necesitaba a nadie, mucho menos a un extranjero que podría irse en cualquier momento.

Un demonio nunca podría estar cerca de un Ángel sin matarlo y eso era algo que era mejor no olvidar.

*"""""***""""""****

Hola pequeños angelitos del infierno (¿?)

La foto es para que sepan que es un merengue owo7

Espero que el capítulo fuera de su agrado uwu

Díganme, ¿Alguna vez han comido un merengue?

Eso es todo por ahora, hasta el próximo capítulo OwO


ÁngelWhere stories live. Discover now