VIII - Silenciado en el vinil

8 1 0
                                    


Los doctores en su momento pensaron que tenía autismo, que eso explicaría que durante mi niñez me perdiera tan fácil y tan rápido dentro de mis propios pensamientos. Sin embargo un psiquiatra me dijo que no era así, simplemente no era muy bueno al abrirme con las personas y que me daba pánico muy fácilmente, stress le llaman hoy.

Mis padres se espantaron cuando esa tercia de inútiles, porque fueron 3 pediatras, les dijeron que yo empezaba con el autismo. Era un época con mucha desinformación al respecto y mis padres fueron victimas de aquellas fechas oscuras.

Yo tampoco ayudaba mucho, siendo un niño tan delicado para recibir noticias o para descubrir cosas por mi cuenta, entiendo hoy porqué me ocultaban cosas o simplemente no me lo decían (que no es lo mismo que ocultar). Era rara la ocasión donde me sentía completamente preparado para afrontar las cosas o para recibir noticias, por ello mis papás me decía con meses de anticipación que recibiría de cumpleaños, eran preventivos en esos detalles.

Aquella tarde mi papá fue a hablar con Orson para pedirle una explicación de lo sucedido, no quería pensar que su amigo le hubiera hecho algo a su hijo y necesitaba comprobarlo. "Debe ser una equivocación" pensaba mientras caminaba a la puerta principal de su vecino, tocó varias veces la puerta pero no recibía respuesta alguna. Requería de esas respuestas o su juicio respecto a lo ocurrido aquel día podrían llevar a malos entendidos.

Se había cansado de insistir y por ello empezó a marcharse, pero entonces salió un muy arrepentido Orson a explicarle lo sucedido. Mucho después me enteré que Orson no le explicó muy bien lo que había pasado, como si ocultara algo, pero que dejo muy en claro que no me había hecho nada a mi, corroborado con mi propia declaración del hecho. 

Al día siguiente seguía con mi planteamiento inicial, debía conocer más de mi vecino para así poder estar tranquilo. Observé durante un buen tiempo a mi vecino para darme cuenta si estaba limpiando su ropa, la última vez que nos perdimos ambos fue mientras colgaba su ropa limpia. No estaba haciendo nada más que tomando un vaso frío de limonada.

Me acerqué cautelosamente a su patio, pero en lugar de confrontarlo directamente me oculté en un arbusto que quedaba de frente a su patio. Era un arbusto amigo mío que conocía de hace años cuando jugaba a los exploradores con Lewlick, un chico que mi madre invitaba a acompañarme de vez en cuando, él no me agrada mucho. Ahí oculto tras un follaje verde y vivo me quedé observando a Orson, viendo cada acción que tomaba, tratando de averiguar quién era ese sujeto.

No hacía mucho, sólo estaba ahí sentado viendo al bosque que se halla detrás de la cuadra donde habitamos. Cada cierto tiempo le daba un sorbo a su limonada y la ponía de nuevo en su lugar. Se veía completamente recuperado del incidente del día anterior, como si nunca hubiera pasado. Bostezó en un par de ocasiones y se levantaba de su silla para hacer movimientos de calentamiento, para así evitar que se le deterioraran sus músculos de estar sentado todo el día.

Mientras montaba una vigilancia sobre el individuo me preguntaba sobre su profesión. Siempre lo veía sin hacer mucho, ¿acaso no tiene trabajo?, ¿cómo puede tener una casa sino tiene cómo pagarla?

Me pude haber pasado todo el día haciendo cuestionamientos sobre la economía de aquel hombre de no ser porque lo vi en un acto extraño. En una de esas veces en las que se levantaba de la silla comenzó a hacer movimientos con su brazo diferentes a los anteriores. Empujaba su brazo derecho de atrás hacia adelante con fuerza, con rapidez, como si intentara lanzar algo. No pasó mucho hasta que me di cuenta de que estaba practicando su lanzamiento del boliche, desde luego, es un aficionado a ese deporte.

Después de varios de estos ejercicios entró a su casa y al salir tenía un tronco de madera de un metro con sesenta y siete centímetros (esto lo sé con exactitud porque él lo mencionó al aire) y colocó en la punta de éste una lata de soda. Regresó al interior y nuevamente salió con algo, era una pelota de papel a la que aún estaba dando forma.

Se puso a cierta distancia del tronco y comenzó a visualizar su objetivo, era clara su intención: darle a la lata con la pelota de papel. Se ponía en diferentes ángulos para ver en qué lugar sería más fácil o complicado darle a dicho cilindro de aluminio. Cuando por fin decidió el lugar de lanzamiento tomó una gran bocanada de aire, colocó su brazo derecho detrás de su cabezo y puso su brazo izquierdo en formación. Colocó la mirada fijamente sobre la lata y lanzó con mucha fuerza la pelota de papel.

Mis ojos no podían creerlo, durante bastante años me negué a creerlo del todo, ante mí había ocurrido un evento sin precedentes.

La lata se destruyó, por completo, sin dejar rastro de haber existido, como si fuera tan solo imaginación. Del impacto contra la bola de papel se había desintegrado como si estuviera hecha de fino polvo que desaparecía mientras se veía. No había forma de que eso fuera posible, en ningún escenario una bola de papel podría hacer tal efecto sobre una lata de aluminio por más delgada que esta fuera. Vi en cámara lenta un evento en un millón- no, un trillón de años.

Por otro lado, el rostro de Orson era completamente diferente y antónimo del mío. Su rostro denotaba una gran tristeza y miedo, sus ojos se entre cerraban y sus labios temblaban. El resultado fue uno esperado pero no deseado y se notaba, todo su lenguaje corporal demostraba su descontento. Después de respirar varias veces cayó en sus rodillas sobre el pasto, rindiéndose ante aquello que sucedió frente a nuestros ojos.

Lo vi tratando de gritar pero se guardó todo eso dentro de sí, no quería volver a hacer un problema como el de ayer. Quizás había caído en cuenta que lo sucedido podía ser peligroso o molesto para algunos. Susurró algo a sí mismo, seguramente diciéndose lo mucho que odiaba eso que hizo (o que podía hacer).

Según entendí es que Orson es bueno para... ¿romper cosas?, eso explicaría porque su playera de manera tan abrupta e inmediata. Incluso explicaría porque es tan reacio al contacto con otras personas. Mi mente joven empezó a formular pequeñas historias de origen de supervillano para él, incluyendo los lugares comunes como desechos tóxicos y mutaciones genéticas hasta la implementación de experimentos, inserción alienígena y aprendizaje místico en un monte alejado de la sociedad.

La verdad era muy diferente, cuando la supe pensé que era broma, no lo fue. Pero antes teníamos que atender algo importante. Mi papá tenía una gran noticia para Orson y para mí, y esa noticia resultó más importante en ese instante.


Orson, soy OrsonWhere stories live. Discover now