Sexta Parte: LUG - CAPÍTULO 105

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CAPÍTULO 105

Cuando Lyanna terminó con su relato, se encontró con que todos la miraban azorados, en silencio. Ella solo sonrió. Lo que parecía horrorizar a todos, a ella le parecía una aventura fascinante.

—Entonces, ¿no era a Wonur que pretendían liberar?— preguntó Dana.

—No— respondió Lug—, buscaban aliarse con Meldek, uno de la misma especie que Wonur.

—¿Qué hace un tetra fuera del Círculo?— cuestionó Dana.

—Los tetras no son originarios del Círculo, como tampoco lo son los humanos— aclaró Lyanna.

—Con Meldek destruido, ¿nuestro mundo está ahora liberado de su bloqueo?— preguntó Augusto.

—Me temo que no. Meldek es solo uno de los tetras con nefastas intenciones, y no es exactamente el más poderoso— respondió Lug.

—¿Cuántas de esas entidades habitan aquí?— preguntó Juliana.

—Muchas, imposible saber puntualmente cuántas— suspiró Lug.

—Y entonces, ¿qué? ¿Debemos luchar contra todas ellas? ¿Destruirlas una por una hasta lograr que dejen en paz a la humanidad?— inquirió Augusto.

—Eso es impráctico e innecesario— intervino Lyanna con calma.

—¿Y qué sugieres? ¿Pactar con nuestros depredadores?— la cuestionó Augusto.

—Pensé en esa posibilidad al principio, pero ahora creo que no se trata de pactar con ellos, se trata de dejar de alimentarlos— explicó Lyanna—. Un predador sin víctimas no puede subsistir, y por lo tanto, se moverá a otros cotos de caza.

—¿Y cómo se logra eso?— preguntó Augusto.

—Tú sabes bien cómo— le replicó ella—. Tu investigación, aunque incipiente, va bien encaminada.

—¿Qué investigación?— quiso saber Lug.

—Augusto ha estado investigando la fuente del bloqueo en este mundo— explicó Juliana—. Su idea es que están utilizando un mecanismo similar al del balmoral en el Círculo.

—¿Por qué nadie me informó de esto?— frunció el ceño Lug.

—Tenías demasiadas cosas en qué pensar y...— trató de justificarse Juliana.

—No me mientas, Juliana— la cortó él de forma brusca.

—La verdad es que yo les pedí a todos que te ocultaran eso deliberadamente— intervino Augusto.

—¿Por qué?

—Porque tu miedo al poder desarrollado por Lyanna era tal, que habrías reaccionado de forma exagerada si hubieses sabido que yo estaba intentando desbloquear a toda la humanidad. Habrías impedido mi investigación, y hasta tal vez, me habrías encerrado junto con tu hija para que pagara mi osadía— le espetó Augusto, su ira encendida por el recuerdo del destino que Lug había programado para Lyanna.

EL SELLO DE PODER - Libro V de la SAGA DE LUGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora