Primera Parte: LYANNA - CAPÍTULO 1

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SAGA DEL CÍRCULO

LIBRO V: EL SELLO DE PODER


PRIMERA PARTE: LYANNA

CAPÍTULO 1

En su vuelo, observó embelesada el verdor del valle. Con la vista aumentada y alerta del águila, podía distinguir detalles imposibles de ver para un ser humano. La sensación del viento acariciando sus alas la llenaba de placer. El aire era tan puro allá arriba...

Después de un buen rato, imposible determinar exactamente el tiempo en ese estado de éxtasis, Lyanna se desconectó del águila y volvió a su cuerpo, cómodamente sentado con las piernas cruzadas al frente, al norte de Medionemeton. Notó que la temperatura había bajado un poco y corrigió enseguida la situación.

—Siempre 23,5 grados exactos— escuchó una voz frente a ella—. Es más fácil encontrarte buscando tu temperatura favorita que tratando de visualizar el lugar donde estás.

Lyanna abrió los ojos y sonrió con aquella sonrisa radiante de sol que le era tan característica:

—¡Llewelyn!— exclamó complacida, y se puso de pie de un salto, abrazando a su hermano con cariño.

—¿Cómo estás, querida hermana?

—Esa es una pregunta redundante, Llew. Sabes que siempre elijo estar bien— rió ella, apretando más fuerte el abrazo. Algo se le clavó en la cadera derecha. Al mirar hacia abajo, vio que era la guarda de la espada de Llewelyn: —¿Por qué cargas todavía con esa cosa?— frunció el ceño ella.

—Solo es la costumbre— le mintió él.

Por supuesto, ella sabía que eso no era cierto, pero no hizo comentarios. Llewelyn agradeció internamente que su hermana no lo sermoneara al respecto. Se sentía protegido llevando su espada de Govannon colgando de su cadera. Si hubiese revelado la verdad, Lyanna le habría dicho que no necesitaba protección alguna y que su estado de mayor vulnerabilidad era su mayor poder. Lyanna era buena para comprender las paradojas, Llewelyn, no.

—¿A qué debo el placer de tu visita?

El rostro de Llewelyn se ensombreció.

—Oh— adivinó ella al observar su cara—, algo serio.

—Madeleine tuvo una visión— comenzó Llewelyn.

—Madeleine tiene visiones todos los días. ¿No la ayuda Cormac con eso?

Llewelyn metió la mano en su bolsillo y sacó un papel cuidadosamente doblado, extendiendoselo a Lyanna.

—Esta visión perturbó mucho a Cormac— explicó Llewelyn, indicando el papel doblado con la mirada.

Lyanna lo tomó.

—¿Por qué te contactaron a ti? Creí que era papá el que se encargaba de las cuestiones de Madeleine.

EL SELLO DE PODER - Libro V de la SAGA DE LUGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora