Ephemeral

[02]

  — Namjoonie... Ayúdame... 

El general quiere ir junto a él. Quiere salvarlo, pero cuando intenta acercarse a aquel hombre, la distancia se vuelve cada vez mayor. Empieza a correr, pero no sirve de nada. La distancia es tan grande que ya casi no puede ver la figura de aquel hombre.

Cae sobre sus rodillas, rendido. Y unas lágrimas se deslizan por su rostro.

¿Por qué llora? No lo sabe, solo siente un dolor inexplicable en el pecho. Como si estuviese a punto de perder algo muy importante.

Sus ojos se abrieron de golpe, un sudor frío recorría la piel desnuda del general. Sus piernas se encontraban enrolladas en las sabanas y su respiración era irregular.

Mientras intentaba estabilizar su respiración, su mente volvió a recordar aquel sueño sin sentido.

¿Quien era aquel hombre? ¿A caso lo conocía o simplemente era su mente que se la estaba jugando? 

Decenas de preguntas se formularon en su cabeza y ninguna de ellas tenía respuesta.

  🔥🔥🔥  

Al día siguiente, todo estaba listo. El general abordó el barco principal y con una simple señal, mandó zarpar a la flota entera. El viaje llevaría al menos 4 días. Durante ese tiempo la tripulación sólo podía terminar de prepárarse.

El general Kim estaba estudiando los pocos mapas del País del agua que su nación poseía. No eran gran cosa, pero al menos le servirían.

Solo necesitaba saber las entradas menos llamativas por las que pasar y saber donde estaba situada la entrada principal.

—Ya queda poco... —murmura el General.

El General Kim continuó trabajando y cuando cayó la noche, la mayor parte de la tripulación se encontraba descansando en los camarotes. Solo unos pocos se mantenían despiertos para vigilar la cubierta.

El joven general salió a tomar un poco el aire y observó el horizonte.

—¿Todo esto serviría de algo? — se preguntó así mismo.

El recuerdo de su infancia en aquella casa apareció por su mente. Kim Namjoon vivió una vida completamente normal durante sus primeros dieciseis años de vida en compañía de su madre. 

La madre del general era una mujer que tenía una belleza deslumbrante y una sonrisa encantadora que era capaz de alegrarte hasta el peor de tus días.

Durante aquellos años, el general tuvo una buena vida, pero de repente todo cambió. Su madre cayó gravemente enferma y poco tiempo después entró en coma.

Con apenas dieciséis años, Kim Namjoon tuvo que buscarse la manera de sobrevivir , y, por cosas de la vida, el general terminó siendo reclutado como un soldado para el ejército de su nación.

—Ya han pasado cinco años...—se dijo el general así mismo, luego levantó su vista hacia el cielo. —¿Que clase de crimen ha cometido ella para ser castigada de esta manera?¿Por qué no dejas que se vaya en paz?

Kim Namjoon continuó observando el océano con la pequeña esperanza de recibir una respuesta, aunque él era consciente de que eso nunca ocurriría.

Su mirada se volvió más triste todavía y rendido se apartó de la barandilla que lo protegía de caerse al agua. El general caminó de vuelta con pies pesados por toda la cubierta, meditando.