My Own Blood [V.K/Y.M] J.K/T.G

여섯

"Dime algo que no olvidaré
Pero que debas volver a decirme"

여섯 번째 부분

—Vaya ¿Tú cocinando? ¿A qué se debe? —Jimin dejó las bolsas de supermercado en la mesa.

—Taehyung no tiene ganas de cocinar, supongo que es mi turno.

—Debiste decirme, me encanta cocinar —mintió Jimin.

—¿Ah sí? Entonces ayúdame con las verduras, cortalas en cuadros.

—Como órdenes, Jefe —sonrió Jimin tomando lo necesario—. Deberíamos poner música

Y sin más puso en el aparato su canción favorita en esos momentos. Se movía al ritmo de la canción, invitando a Yoongi a bailar, mientras el mayor negaba porque debía cocinar.

—Pasame la sal, por favor.

Jimin no dijo nada, tomó la sal y la dejó en la mano de Yoongi, sin perder la oportunidad de rozar la yema de sus dedos con la piel del mayor intencionalmente. 

Jimin alzó la mirada cuando Yoongi no se movió, y sonrió cuando notó el color de sus mejillas.

—Ellos aún duermen...

Yoongi alzó las cejas, bien, ese comentario estaba un poco fuera de lugar.
Pero algo en el pecho de Yoongi apareció, parecido a un fuego que le recorría rápidamente, un fuego que jamás había sentido. El novio de su hermano era tan intenso, tan atractivo y sumamente tentador.
Estaba perdiendo el control de tan solo verlo sonreír travieso.

Sus pupilas no se apartaban del otro. Parecían hipnotizados ¿Qué estaban haciendo?

Yoongi fue quien dio el primer paso, pasó sus dedos por detrás de la nuca de Jimin y lo atrajo hacia él. Tenía demasiadas ganas de probar el sabor del menor, de sentir sus manos tocandolo y hundirse en él.

Jimin inevitablemente comparó a Jungkook con Yoongi mientras éste lo besaba. Por el contrario de su prometido, podía notar la delicadeza que el mayor portaba aunque lo estuviera besando con desesperación.

Las manos de Yoongi bajaron hasta su cinturón y juró que jamás se había sentido tan desesperado, su piel ardía y su corazón retumbaba detrás de sus oidos.

Cuando sintió la dureza de la mesa supo que no había vuelta atrás.
Que estaban a punto de consumar el deseo que sintieron los dos desde el instante en que se vieron.

Y estaba siendo tan abrumador.

Sus gemidos se fundían con el ritmo de la música, sin importarles nada.
Jimin se aferraba a los hombros de Yoongi.
Estaban en la cocina, en el lugar donde la pareja desayunaba prometiéndose amor eterno y ahora estaba profanada por la lujuria de probar lo prohibido, lo inmoral.

Se deleitaban con cada roce. Cada embestida era mágica. Jamás se habían sentido así.

Parecía como si sus cuerpos estuvieran hechos para estar unidos, encajaban perfectamente.

Jimin sonrió cuando sus miradas chocaron, tenía entre las piernas a su cuñado y quiso soltar una risa al pensar que en esos momentos Taehyung dormía ignorante ante la perversión que sucedía en su casa.

Cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, disfrutando y tratando de no gemir, lo cual le estaba costando.

Cuando la lujuria fue calmada y sus ropas se encontraban arrugadas, Jimin sonrió, besando los labios de Yoongi.

—Supongo que nos quedaremos sin desayuno.

Yoongi sonrió, y recargó su frente en el hombro de Jimin.

—Nadie debe saber esto —murmuró acomodando la ropa del menor—. Esto no pasó.

—¿No pasó? ¿Seguro de eso?

Yoongi no dijo nada, subió su pantalón y salió de la cocina.

Sintió una enorme decepción cuando vio a Yoongi salir del lugar, esperaba más, había roto la primera promesa que le hizo a su prometido, lo unico que consideraba bueno en su vida, su fidelidad y respeto habían desaparecido y tan sólo quedaba la tristeza de darse cuenta que continuaba siendo el mismo de antes, que en realidad era un inmaduro y rencoroso. Que no valoraba lo que tenía.
¿Con qué cara miraría a Jungkook de ahora en adelante?
¡Había tenido entre las piernas a su hermano!

Lo intenté, claro que lo intenté, no quedó bien, pero la intención es lo cuenta ¿No?

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