My Own Blood [V.K/Y.M] J.K/T.G

다섯

"Un parpadeo es suficiente para hacer temblar sus rodillas"

다섯 번째 부분

—A veces tan sólo no le agradas a la gente —contestó Jimin de manera ácida cuando la conversación se volvió trivial.

—Supongo que tienes razón —le contestó Yoongi quien tomaba un trago a su vodka.

Taehyung sabía que los comentarios de Jimin eran directamente para él. Pero no dijo nada.
También pudo notar como Jimin lo hizo a un lado y sólo platicaba con Yoongi. 
Bien, si él quería jugar sucio, Taehyung también podría, porque eso era lo justo ¿No?

Taehyung caminó hacia la sala, estaba demasiado harto de la plática entre esos dos y sabía que tardaría en terminar.

Miró a su cuñado, el cual miraba la televisión con suma atención.

Sonrió cuando el pensamiento le pasó por la mente, eso realmente le dolería  a Jimin ¿Pero en serio estaba dispuesto a hacerlo?

—Hola, Taehyung-nah ¿Quieres ver conmigo la película? —sonrió el joven mirando al mayor.

Su coraje era cada vez más grande. ¿Cómo es que un hombre como Jungkook se había fijado en Jimin? ¿Qué tenía de interesante ese rubio?
Tan sólo era un egocéntrico que deseaba llamar demasiado la atención.

Taehyung negó inmediatamente y decidió irse a su habitación.

A la mañana siguiente, cuando su esposo se había ido a trabajar y Jimin salía nuevamente con su suegra en la semana, Taehyung decidió que no, ya no le tomaría importancia a los comentarios de Jimin y mucho menos a las miradas que éste le daba a su marido.

—Buenos días, Taehyung ¿Quieres desayunar? —preguntó Jungkook cuando lo vió salir de su habitación.

Suspiró, Jungkook no tenía la culpa en nada. Él era el chico más dulce que había conocido.

No sabía que había sucedido en el transcurso, tan sólo dejó que su cuñado entrara a su dormitorio sin pensarlo.
Y ahora la cama que era usada para dormir abrazado a su esposo, estaba siendo profanada por la lujuria de tener al hermano de éste entre las piernas.

—Esto está mal, Jungkook —susurró cuando sintió que era despojado de sus pantalones.

Sólo recibió el silencio, uno tan pesado y palpable que asustó al castaño, obligándolo a cerrar los ojos y agudizar el oído. Jungkook no quería pensar en lo que hacía, no quería que su concentración se quitará del cuerpo tentador de Taehyung.

La cabeza de Jungkook descendió hasta perderse entre los muslos de Taehyung entre besos. Arqueó la espalda y apretó los ojos cuando sintió la lengua del pelinegro tocar su intimidad.

Se estaba entregando al deseo a brazos abiertos. La lujuria le nublaba los pensamientos, le era imposible detenerlo, estaba siendo demasiado despreocupado.
Sabía que Yoongi podía entrar en cualquier momento, era consciente y eso lo excitaba.

Imaginó como se sentiría Jimin al saber lo que estaba haciendo con su hombre en estos momentos. Y sonrió mientras enredaba sus dedos en los cabellos de Jungkook. Estaba siendo un completo hijo de puta.

El saber que Jungkook estaba tocandolo, borrando las huellas que su esposo había dejado la noche anterior y en cambio dejando los toques bruscos del pelinegro le hacían jadear en busca de más.

Sin quererlo comenzó a comparar. Yoongi era demasiado calmado en la cama, prefería hacerlo con lentitud y delicadeza. Sin embargo, Jungkook lo tocaba con desesperación, lo besaba por todos lados y le daba a entender el deseo que sentía por él.

Sus cuerpos se amoldaban de manera increíblemente bien. Y entonces se dejó llevar y juró por un momento que esa había sido la mejor decisión de toda su vida.

—Este será nuestro secreto —murmuró Jungkook cuando el acto había acabado y descansaba sobre el pecho del otro.

El castaño inmediatamente movió la cabeza para verlo desde arriba.

—¿A caso piensas que se va a repetir? —Taehyung frunció el ceño y río.

—¿No? —Jungkook alzó la cabeza para verle— Creí que te había gustado

—Oh claro que sí. Pero eres mi cuñado y yo amo a Yoongi  —suspiró—. Los dos sabemos que estuvo mal.

—Lo has de amar tanto como para meterte con su propio hermano —contestó con enojo.

Sintió un nudo en su garganta, en su mente no sonaba tan mal, pero viniendo del mismísimo pecado sonaba horrible.

—Largate de mi habitación, Jungkook.
El menor no dijo nada, recogió su ropa y salió de ahí en menos de un minuto.

Oficialmente Taehyung se declaraba un asco de persona.
¿Cómo es que el enojo lo había cegado tanto?
Sentía una enorme decepción de sí mismo, había roto todo lo que consideraba bueno en él, su moral y ética habían desaparecido y tan sólo quedaba la tristeza de darse cuenta que no era quien creía ser, que en realidad era un inmaduro y rencoroso.
¿Con qué cara miraría a su esposo de ahora en adelante?
¡Había tenido entre las piernas a su cuñado!

No me quedó bien, lo sé!

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