«Juntos, siempre»

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27-09-10

Matt despierta una hora más tarde de lo normal. Y con rapidez se arregla para ir a la parada de autobús, cuando llaga este apenas tarda en pasar y cuando se sube se sienta al final, repasa su mochila dos veces asegurándose de tener todo lo necesario, móvil, carnet, cargador, batería de emergencia, agenda de números, barrita energética... Después de llegar a casa y tener una larga explicación con su madre, esta cedió instantáneamente, quiere a su hijo y sabe que por un día, no va ha pasar nada. Seguro que es más duro para Matt que para ella, el es señor don responsable. El joven no dudo en prepararse para el día siguiente dejándolo todo listo.
Mira por la ventana y piensa en como estará su amiga. No es justo lo que a pasado, a nadie debería sucederle ese tipo de cosas. Matt pega su frente en el cristal y se deja descansar, no ha podido dormir mucho, dándole vueltas a todo. No necesariamente tiene por qué dar él, el primer paso, y si lo da Adrián, ¿no? ¿o tal vez sí? Quien carajos lo sabe.
El es tímido, pero cada día se siente con más fuerza y confianza en sí mismo, algo en él está cambiando.
No sabe el por que pero no es el mismo que él de la semana pasada.

Entra en el edificio blanco, y no tarda en llegar a la sala indicada. Saluda a Cristina quien es la única que se encuentra ya.

-Hola, ¿que tal?- pregunta al mismo tiempo que la saluda, y se sienta a su lado.

-Bien, Andrea Molina a entrado hace un rato, los padres de Gómez saben lo importante que son la una para la otra. Como a despertado no quieren que este sola, pero nosotros hasta las diez no podemos entrar, es cuando comienza el horario de visitas.- responde la joven mientras lo abraza, quería entrar con Andrea pero la enfermera se dio cuanta y la echo. Pero por lo menos lo intento.

-Na, una hora se pasa enseguida así, las que faltan, podrán llegar y no quedar como unas vagas.- ríe lo último, la joven le mira y lo acompaña, en su delirio momentáneo.

Esperando, Matt decide escribir en su agenda, cualquier cosa es mejor que comerse la cabeza pensando en la cruda realidad.
Durante la espera, el resto va apareciendo lentamente, Miriam, Claudia, Iris, Sheila esta última ha tardado más de lo normal, seguro que se ha dormido. A las diez y cinco las chicas comienzan a quejarse, la anarquía no tardará en bullir.

-¿Acompañantes de la señorita Gómez?- pregunta una enfermera saliendo con una carpeta. Las jóvenes se levantan rápidamente y miran a la pobre enfermera quien parece empezar a tener miedo. El joven simplemente se levanta tranquilamente y las sigue.
Cuando entran por la puerta lo primero que ven es a la joven tumbada en una camilla, y a la otra al lado. Mirando la tele del techo, los padres de Gómez no se encuentran en la sala, seguro que han ido a por un café.

-Yo también os quiero, ¡venís con las manos vacías! Cuando a vosotras os atropellan tampoco les compare regalos.- es lo primero que dice cuando ve a las jóvenes. Andrea Molina levanta la cabeza y mira a la contraria, enserio es lo único que se le ocurre decir.

-Debería coger y irme por esa puerta.- es lo que responde Sheila nada más oír la ofensa.

-Tampoco se notaría mucho si te fueras.- dice Cristina, a lo Claudia responde proporcionándole un pellizco en el brazo, esta simplemente se queja mientras se frota la zona afectada.

-Haya paz, ahora mismo, por favor. O seguro que acabaran por echarnos.- dice Miriam dando por zanjado el tema. Todos se acercan a la enferma.

-Ah, que haces besando a la lisiada.- grita Claudia sobresaltado al resto ¿acaso le a dado algo?

-Estás loca, casi me da un infarto.- le recrimina Iris, empujándola.

-Es que al verla me he acordado a la serie mexicana que ve mi madre, el otro día escuche esa frase y me a parecido perfecta para el momento.- responde la joven, intentando hacer gracia pero el resto niega con la cabeza.- Vale, yo solo lo dejaba caer.- finaliza cruzándose de brazos.

-¿Como estas?- pregunta Miriam cuando por fin consigue sentarse al lado de su amiga, mientras acaricia su cabeza.

-Buah, fatal, rotura de cadera, me la han tenido que reconstruir parcialmente. No saben si podre volver a jugar al baloncesto, tienen miedo de que la rótula se salga de su sitio si salto. El impacto también podría, romper los clavos.- responde la joven sentándose en la camilla con ayuda del resto, se siente adolorida de pies a cabeza.

-Eso no es justo, no pueden quitarte eso.- dice Claudia entristecida, la broma de hace un segundo ahora mismo le parece la cosa más cruel del mundo, su amiga esta lisiada y es posible que se quede así de por vida.

-Tranquila ya verás como seguro que esto sale bien. Es casi imposible alejarte de una pelota.- dice Cristiana intentando subir los ánimos, pero los jóvenes se niegan a creer en sus palabras.

-Por lo menos siempre estaremos, todas juntas,- el joven se ve obligado a carraspear- perdón, todas y él.- dice finalmente Andrea saliéndose con la suya. Mira que es cabezota en todo momento. Única, única y única es lo único que se puede decir de ella.

-Mira que sois cabezotas, todas.- ríe Iris.- Entonces que es lo que tienes, debajo de tantas vendas.

-Nada, un par de clavos atravesando mi cadera para juntar las dos partes rotas.- levanta las sábanas con cuidado y se ve un matojo de vendas de los cuales solo se ve un par de bultos sobresalir más de lo normal. Llaman la atención, obviamente son los clavos sobresaliendo de su piel, es una visión que mejor que de tapada.

Los jóvenes se quedan hablando y Matt intenta no mirar mucho la cadera de su amiga, solo de imaginarlo se pone malo. Durante horas charlan y miran la tele, incluso Cristina consigue colar palomitas dulces para Andrea. Darle comida del exterior es algo que está completamente prohibido.

Mientras tanto en la otra punta del pueblo ocurre algo íntegramente diferente, Adrián más a burrito que una pascua permanece en la clase mirando hacia la pizarra mientras toma apuntes, para el menor.
Se aburre muchísimo, según su criterio, esto es más aburrido que cuando su abuelo se pone a contarle batallitas de su infancia, ni tele, ni móvil, ni cámara de fotos. ¿Como se entretenía la gente antes? Así, teniendo muchos hijos.
Menudo tostón de clase, ojalá no hubieran atropellado a Andrea, así no sería el único durmiendo en clase, no sería un blanco tan fácil si fueran dos o tres. ¡Pero que dice!, ojalá no hubieran atropellado a Andrea, nadie se lo merece. A veces lo ciega su propia cabezonería.

Por un balón (LGTBI) Where stories live. Discover now