Capítulo 8

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Habla Carina

Su voz era suave, pero con cierto tono rasposo. Grave, pero posiblemente aguda cuando el momento lo indicase. Y probablemente jamás saldría de mi mente. Las palabras de la canción aun retumbaban en mi cabeza a pesar de que Luca ya había acabado de cantar.

Ojala supiera lo que sientes.

Simplemente, cuánta razón. Tragué saliva sin poder describir qué era lo que me pasaba. ¿Por qué mi corazón bailaba tan rápido cuando estaba con Luca? ¿Por qué me había sentido tan… llena, al escucharle cantar? Él era Luca Moore. El chico que fumaba de todo. El chico que bebía de todo. El chico que llevaba tatuajes probablemente en partes no visibles de su cuerpo. El chico que no se interesaba por los estudios ni por su futuro. El chico que seguramente acabase en la cárcel antes de cumplir los veintiuno, aunque tal vez eso fuese mucho suponer. El chico que se liaba con todo ser andante que tuviera buenas piernas y un par de tetas bien puestas. El chico con el que toda chica viviente querría estar enredada en sus piernas.

Y yo solo era Carina Anderson. La hermana pequeña de Jacob Anderson. La adolescente que aparentaba diez años, sosa, tranquila y probablemente bastante invisible en lo que se refiere a la vida social. No tenía nada que hacer a su lado. No quería estar a su lado. De hecho, él nunca sería el chico en el que alguna vez pensase siquiera en fijarme. Pero contradictoriamente, el recuerdo de sus labios contra los míos aquella noche golpeaba con tanta fuerza que por cada poro de mi piel solo deseaba que se repitiera. Aun así, si yo era lo que él nunca querría, ¿por qué me estaba mirando tan fijamente?

Sentí flaquear mis piernas. Prácticamente estaba a su lado, así que me dejé caer en el suelo, junto a él. Sin dejar de mirarme apartó la guitarra a un lado. Apreté los labios. Y ahora, ¿qué se suponía que pasaría? Rezaba porque no se arrepintiese y me echase del lugar. Pero las palabras que pronunció solo consiguieron aturdirme más.

Ojalá supiera lo que sientes.

Fue más un pensamiento expresado en un susurro que una declaración. Aquella era una línea de la canción que había estado cantando. No sabía por qué la repetía, no sabía qué quería decirme con ello, pero si sabía que la opresión en mi pecho después de haber escuchado esa canción, después de estar a su lado, crecía a cada segundo que pasaba junto a él. Le miré fijamente. Sus ojos azules estaban tranquilos, serenos. No creo recordar haberle visto así en la vida.

—Luca… —susurré, mi aliento escapando de mi boca.

Nada de Mr. Idiota. Nada de chico que siempre termina mojándome. Nada del horrible mujeriego ególatra que había demostrado ser en demasiadas ocasiones. En aquel momento, por un segundo, llegué a tener la sensación de que él era simplemente Luca Moore. Y yo Carina Anderson. Y ninguna estúpida caracterización social importaba.

—No tienes… ni la menor idea… tú no…

Luca hablaba en susurros, como si le costase expresarse, entrecortado, mientras se inclinaba despacio hacia mí. Sentía su olor, fresco y varonil, impregnándome. Y tuve la necesidad de notarlo más cerca. Quería enterrar mi rostro en su pecho y no salir de él.

Y simplemente me dejé llevar…

Habla Luca

Me besó. Me estaba besando. Lo juro. Aquello no era un sueño ni me lo estaba inventando. Carina rompió la distancia que nos separaba y pegó sus labios a los míos. Casi no me pude contener de la emoción cuando su pelo rubio y liso rozó mis mejillas. O cuando su pequeña nariz chocó torpemente contra la mía. Llevé mis manos a través de su pequeño cuerpo, estrechándola contra mí, sintiéndola más cerca. Noté un suspiro escaparse de sus labios, y fue en ese momento cuando toda la adrenalina corrió a través de mí.

Tu + Yo = Imposible ©Where stories live. Discover now