-Mira chica lisa, - dice Chittaphon, con sus manos entrelazada sobre la mesa, de esa manera parecía peronaje de El Padrino- me las vas a pagar.

Seguramente ahora va a llamar a Don Corleone para que haga un favor para él, que luego se lo pagará.

Que miedo.

- ¿Por qué tendría que hacerlo? Yo no he hecho nada- levanto una ceja para luego darle una sonrisita irónica .

El empuja su cuerpo para atrás y se tapa con su mano la boca, como si no quisiera reír. - Ah, eres todo un problema, pero no te preocupes yo me encargare de resolverte.

Ruedo mis ojos, saco mis audífonos para escuchar música y así hacer que se fuera. Say Wow de Day6 suena en aleatorio, me gusta esa canción, estoy a punto de desconectarme de la realidad y de paso decirle con sutileza que se pierda cuando uno de mis audífonos se suelta de mi oído.

- ¿Cuál es esta canción?- el pelinegro, está muy cerca de mí con mi audífono derecho en su oreja, tiene su brazos apoyados en mi mesa y su su cabeza entre ella observando el patio, donde unas chicas hacen yoga.

- ¿Qué estás viendo, pervertido?- golpeo su hombro, ante la vista que se estaba mandando el chico.

Se agarra el lugar del golpe y hace una mueca dolor- No me golpees, aun me duele todo el cuerpo de la otra vez, estoy lleno de moretones. - se queja.

-No seas exagerado, te costó poco correr de la policía cuando venían por nosotros.

-No estoy exagerando, de verdad tengo hematomas ¿Quieres verlo?- agarra el borde su polera para levantársela y mostrarme su torso violáceo

Estoy a punto de cubrir mis ojos pero algo detiene a observar con parsimonia sus heridas donde los colores se van mezclando entre lo bello y lo doloroso, el golpe que se provocó por evitar lastimarme le costó caro. Al levantar su camiseta se nota que hasta hacer el simple esfuerzo de alzar los brazos duele para sus músculos. Unas inevitables ganas de tocar sus moretones me invaden, me cosquillean las puntas de los dedos, quedo a unos centímetros de tocarlo pero una fuerza omnipotente llamado razonamiento me empuja hacia atrás para evitar hacer una estupidez.

-¿Te gusta lo que ves?- me dirige un sonrisa ladina mientras se baja su camiseta y da un paso más cerca de mí, yo me separo de él apoyándome en la pared intentando restarle importancia de que está invadiendo mi espacio vital. En serio me está comenzando a faltar espacio aquí, su mano derecha está apoyado en mi escritorio y su otro brazo está apoyado en la silla donde estoy sentada.

-Sí, digo- niego con mi cabeza tantas veces de izquierda a derecha que dejo de enfocar su imagen. - ¡No!

-Así que te gustaría ver por otro rato más. - habla muy despacio para que los demás chicos no nos puedan oír, que estúpido, estoy tan avergonzada y está siendo descaradamente coqueto, que comienza a molestarme en más de un sentido.

-Voy a gritar. - amenazo.

Tira su cuerpo para atrás y suelta una pequeña risita que inmediatamente esconde detrás su mano en un vago intento de volver a estar una vez más serio.

-Deberías irte,- sugiero- todos tus amigos te están esperando, indico con un movimiento de cabeza a tres amigos que se encontraban dados vueltas en las sillas del auditorio y con unas sonrisas de maldad en sus caras, uno de ellos se atreve a levantar el pulgar incentivarlo a que siguiera.

-No, quiero quedarme contigo. - Chittaphon toma de silla y la acerca hacia mí, saca un cuaderno con las hojas un poco arrugadas en las esquinas y lo abre en una página marcada con un post-it amarillo. Observo detenidamente cada movimiento que hace con una gracia admirable, hasta el simple hecho de poner su bolso detrás de la silla le da un toque mucho más bello de lo que yo alguna vez llegaré a ser.

PERSONAL [Ten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora