XLIII. REVELACIÓN

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Camila miraba el techo de su habitación con melancolía, había cortado la llamada con Lauren después de que ella le aseguró que Evan estaba bien, pero no le dijo exactamente qué le había hecho. Estaba cansada de toda esa situación, así que le dijo que quería dormir, y dio por terminada la conversación ante las protestas de Lauren.

Su frustración era mucha, estaba segura que la pesadilla de la Sociedad Secreta había acabado y que finalmente empezaría una nueva vida junto a su amada, pero estaba equivocada, alguien llegaba a perturbar su paz y a sacar ese lado oscuro de Lauren, justo cuando ella empezaba a lograr avances con sus emociones. Las palabras: "un ángel nunca deja de ser un ángel", taladraban su cabeza y la llenaban de angustia. Si bien, Lauren era responsable de la muerte de dos personas, Camila no quería que eso se convirtiera en un estigma en su vida, quería dejarlo en el olvido para siempre y ayudarla a superarlo; pero cada vez que intentaba ayudarla, Lauren levantaba un muro. Después de un rato de debate mental, pudo quedarse finalmente dormida.

Despertó temprano a la mañana siguiente, se dio un baño y se preparó para desayunar con sus padres, como cuando estaban todos juntos. Tuvo la tentación de prender su teléfono celular ya que estaba segura que Lauren le había intentado llamar varias veces o al menos le había mandado varios mensajes, pero decidió esperar a calmarse un poco o terminaría discutiendo con ella.

—Buenos días. —Saludó de manera general al llegar al pequeño comedor de la casa, donde su mamá ya estaba colocando los platos del desayuno. Su papá aún no se había despertado, pero quien si estaba despierto era Wilmer, que en cuanto la vio, se acercó a ella.

—Buenos días, Camila. La señorita Jauregui me llamó, está preocupada porque no le respondes sus llamadas y mensajes.

Camila respiró profundo ante la atenta mirada de Wilmer y su madre. —¿Pasa algo malo, mija?

—No... yo... lo que pasa es que olvidé poner a cargar mi celular, eso es todo. Voy a llamarla de tu teléfono, Wilmer.

Tuvo que mentir para justificarse y el guardaespaldas le entregó su teléfono, luego se dirigió a su recámara para hablar a solas, en cuanto marcó el número escuchó la voz de Lauren del otro lado de la línea.

—¿Ya despertó, Camila? ¿Está bien?

—Estoy bien, Lauren.

—¡Camz! Estaba preocupada por ti.

—Me quedé dormida.

—Apagaste tu celular.

—Te advertí que no lo tendría prendido siempre.

—¿Estás molesta conmigo?

—¿Porque no me estás diciendo la verdad. Porque nuevamente te has cerrado a las emociones y porque siento que hemos retrocedido con esto de la Sociedad, cuando creía que todo era parte del pasado?... Sí, estoy molesta contigo.

—No tengo la culpa de que tu estúpido novio haya mandado ese mensaje y que a su amigo se le haya ocurrido jugar al detective.

—¿Ahora resulta que todo es culpa de Shawn?

—Le dije que tenía que hacer y no lo hizo.

—¿Y de haberlo hecho seguiría vivo, o no?

—Tal vez, sí.

—Y yo seguiría con él y tal vez ya hasta nos habríamos casado. ¿Has pensado en eso, genio?

Lauren se quedó sin argumentos. —Camz.... yo....

—Escucha; estoy luchado día a día con el remordimiento de alegrarme por lo que le ocurrió a Shawn, porque de otra manera no habríamos podido conocernos y enamorarnos. Odio que seas un ángel, pero a la vez, agradezco que lo seas. Me enamoré de todo lo que eres y de lo que existe dentro de ti, eso a lo que le tienes miedo. Yo estoy luchando por ti, Lauren, porque te amo. Si no puedes con tus batallas, entonces déjame ayudarte.

LA CASA DE LOS ÁNGELES (Camren Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora