[11] "Meeting again"

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Quizás estaba actuando como un niño, o no sé. Estaba algo entusiasmado, o más bien nervioso, por el encuentro con Cece que sin rodeos era hoy en la tarde. No sabía por qué me sentía así si solamente hablaríamos.

Terminé la jornada que siempre era interminable y me fui del trabajo directamente al café, siguiendo la dirección que Cece me había dado con anterioridad. Ni siquiera me despedí de Mikey, solamente salí volando de ahí, no quería que preguntara el por qué salí antes.

Iba tranquilo por el camino y alguien me llamó en el celular. Creí que sería Cece, preguntándome si ya había llegado o cualquier otra cosa, de todas maneras miré la pantalla para asegurarme y ver quién era y si es que era importante, sino para dejarlo pasar.

'Cara'

No sabía si era buena idea estar olvidando convivir con ella, eso significaba me estaría buscando cada vez más. No me molestaba, solo sentía que cada vez estaba a un paso más de descubrir mis planes secretos con Cece.

Era mejor contestar a que pasara algo más.

—Cara —dije, volviéndome a concentrar en el camino.

—Frank —saludó igual—. ¿Saliste del trabajo ya?

Se escuchaba mucho ruido en donde estaba y no pude evitar hacer cara de confusión.

—¿Por qué? —evité la pregunta.

—Es que, quería ver si íbamos a comprar algo —propuso—. Estoy en casa de mi primo, me habló y me dijo que viniera, porque... —se detuvo. Un sonido de algo cayéndose de manera fuerte al suelo se escuchó, seguido de un grito. No era un grito de dolor, fue más un grito de susto. La risa de Cara se escuchó en el micrófono—. ¡Frank! Lo hubieras visto —siguió riendo y después otra voz empezó a decir cosas en voz alta mientras intentaba no reír.

Me quedé en silencio.

—¿Qué te decía? —parecía que al fin se había calmado. El ruido del principio volvió a sonar.

—Estabas con tu primo —contesté.

—Cierto —continuó—. Me llamó porque quería armar un escritorio y otras cosas que compró en esos descuentos de esas tiendas para el hogar, ya sabes. Aunque, ya fue hace unos años y apenas recordó que estaban ahí. Entonces no hay como que... —alargó la 'e'—, todos los clavos y tornillos. Se perdieron en la infinidad. Le dije que fuéramos a comprar los repuestos, pero empezó a armarlo y se le cayó encima hace unos segundos —se escuchó algo más que gritó su primo—. Por eso digo, ¿Vamos o qué? Y le ayudamos al inútil —'Sigo aquí' ahora sí alcancé a escuchar que dijo.

—Ya salí del trabajo, sí —contesté al fin a la primera pregunta—. Pero, tengo otras cosas que hacer.

—¿Tú negándome algo? —preguntó sorprendida—. ¿Por cosas que tienes que hacer? Impresionante. Debo de dejar de creer que soy lo más importante en tu vida, porque hasta hace poco lo era —bromeó.

—Sabes, soy un business guy —aproveché para hacer un comentario estúpido.

—Un business guy puede venir a armar un escritorio con su mejor amiga —contraatacó. Lo sentí algo duro.

—Lo sé —susurré—. Perdón. Siento como si fueras mi hija y te acabara de negar el pasear a nuestra mascota juntos y te rompí el corazón, después de eso te hubiera pegado en la boca. A ti y al perro.

—Cálmate, tampoco es tanto —me detuvo—. Me da igual.

—Suerte Cara.

—Igualmente, Frank.

Be nice or go away. [Frerard]Where stories live. Discover now