[10] "Perdona por molestarte"

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Cuando me levanté, era temprano, porque obvio, tenía que trabajar.

Me cambié a la ropa formal que llevaba a los cubículos. Un día de estos me iba a tener que explotar en el trabajo para tener algún día libre.

Alejando esos pensamientos que siempre me llegaban pero nunca cumplía, fui a la cocina para agarrar algo rápido, salí por la puerta y me subí a mi carro. Ya estando arriba de él, no pude evitar ver que en la cochera de Gerard seguía ese carro. ¿A caso se había quedado la noche ahí?

Agité la cabeza, intentando concentrarme. ¿Qué iba a hacer? Cierto, iría a trabajar. Arranqué el motor y me fui.

Cuando llegué, recordé que ayer había tenido una conversación con Cece, entonces dejé el celular en mi pequeño escritorio, mirando su pantalla apagada por unos segundos, más que nada pensando si desbloquearlo o no. Cosa que decidí no hacer. Era mejor ponerme a trabajar, aparte si alguien me veía demasiado tiempo en el celular quizás podía causar problemas.

[...]

Habían pasado las horas suficientes cuando me paré a descansar e inconscientemente terminé en el café que estaba debajo del edificio. Mientras la comida que pedí llegaba, saqué mi celular del bolsillo, el cual lo había guardado ahí antes de salir. Justo cuando lo tomé, empezó a vibrar, haciendo que brincara un poco del susto.

Miré la pantalla para ver quién llamaba y era Mikey. Contesté.

—¿Dónde estás? —fue lo primero que dijo—. No estás en el comedor.

—Estoy en el café de abajo —contesté—. ¿Vas a venir? Antes de que lo hagas, ¿ves la máquina dispensadora? ¿Me podrías traer...?

No pude terminar la oración, porque colgó antes.

Bueno.

Iba a volver a dejar el celular en la mesa, pero entonces al terminar la llamada, vi que estaban las notificaciones de los pares de mensajes sin leer.

Los abrí y los leí en lo que llegaba Mikey. Cece no decía casi nada importante, solamente cosas de lo feliz y emocionada que estaba, que me deseaba buenas noches. Había otro que lo había enviado exactamente hoy.

Que me mandara mensajes no era algo que me molestara, más bien lo vi como un acto un tanto lindo. Me puse a contestar, solamente por responder. No me parecía correcto ignorar.

Pareció que el mesero y Mikey se coordinaron, pues llegaron al mismo tiempo. Mi amigo aprovechó e igual pidió algo. Me puse a comer y seguía mirando el celular. Mi amigo finalmente se sentó.

—¿Puedes dejar el celular, Frank? —se quejó Mikey.

—¿Ahora eres una chica? —me reí.

—Pero es de mala educación ignorar —me dedicó una mirada—. Sea quien sea. Más si soy tu amigo.

—Es que, sólo... —iba a mencionar a Cece, pero me detuve al ver qué es lo que estaba a punto de hacer—. Ya voy, espera.

Hice lo que tenía que hacer y Mikey solamente aguardaba en silencio, esperando a que dejara de usar el celular. Finalmente lo dejé a un lado.

—Gracias —dijo Mikey, con un tono un tanto sarcástico.

—Perdón, tenía unos mensajes inconclusos, aparte ayer Cara estuvo hasta tarde en mi casa, estoy algo cansado.

—Yo igual —siguió—. El proceso de mudarse es cansado, sobre todo con alguien como Kristin, está muy estresada ¿Ya te lo había mencionado, verdad? —me preguntó. Realmente no recordaba, así que le contesté que sí con la cabeza, el mesero finalmente trajo el pedido y Mikey siguió hasta que se fuera—. Le pedí a Gerard que me ayudara, pero me dijo que ya tenía planes. Sigo creyendo que solamente fue una excusa.

Be nice or go away. [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora