𝑆𝑚𝑜𝑘𝑒 ||Yoonmin||

V

~5~ "Te amo, Yoongi-Hyung"

Uno, Dos y tres cortes en cada muñeca.

Uno por su madre.

Otro por su padre.

Y otro por Yoongi.

El rubio no sabía cómo aquel ardor llegaba a ser lo más placentero que pudo haber hecho en su vida. Sentía que sus tristezas se iban en cada corte y que su sonrisa fingida se fortalecía cada vez más para poder pronunciar la mentira más grande que sus labios podían articular.

-Estoy bien... -Susurraba Jimin ahora cortando sus piernas-. Me siento como en el cielo, Estoy bien... Estoy bien...

Y siguió cortando hasta que vio sus piernas completamente llenas de sangre debido a los cortes ligeramente profundos que tanto acostumbraba a hacerse. Estaba tirado en el suelo de su habitación y no había ido a la escuela. No se lo había notificado al peli-azul, Por lo que no le sorprendería el chico apareciera en su habitación oliendo a cigarrillos y sonriendo de forma vacía al ver la escena tan mórbida.

Jimin suspiró y le dió una mordida a su una manzana que por un momento iba a ser su almuerzo para ir a la escuela y siguió mirando a la nada sin notar que había atardecido.

La puerta de su cuarto se abrió dejando ver la figura del peli-azul con su cigarrillo entre sus dedos mientras observaba a Jimin con una mirada vacía y decepcionante.

-Nunca aprendes, ¿Eh? -Masculló Yoongi sacando de su bolso su botiquín de primeros auxilios.

Desde que Yoongi se enteró de que Jimin se cortaba siempre trataba de llevar consigo un botiquín para cuando Jimin tuviera sus ataques de ansiedad y así poder vendarlo evitando que se desangrase.

Como la última vez.

En silencio comenzó a vendarlo mientras que mantenía con el cigarrillo desgastándose entre sus labios. Jimin lo miraba con una ligera decepción, Pero tampoco le iba a reclamar mucho al molesto chico de cabello azul que tenía frente a él. Luego de ser curado Yoongi retomó a su cigarrillo para darle una profunda y placentera calada seguido de dejar escapar el humo por sus labios y fosas nasales, Se preparó para hablar.

-Eres un idiota. -Mencionó sin remordimiento.

-Cállate. ¿Y qué te dije sobre fumar?

-¿Y yo qué te dije sobre cortarte?

Silencio.

Yoongi suspiró y se puso de rodillas frente a Jimin para quedar a su altura. Pasó su pulgar por los labios del rubio mientras apagaba el cigarrillo contra el suelo, Sonriendo de lado.

-Le diré a Namjoon. -Jimin abrió los ojos asustado al escuchar la confesión de su Hyung.

-¡No! Maldita sea, Yoongi. No lo hagas. Namjoon me llevará a un loquero si se entera.

-Estamos hablando de tu hermanastro, Jimin. El cual supongo que regresa de Busan hoy, ¿No? Espero que le guste el arte abstracto hecho con cuchillos y navajas en tus piernas y muñecas.

Jimin sintió sus ojos picar en lágrimas.

-A no ser que me digas que me amas y me beses... -Continuó Yoongi y Jimin lo miró con cara de pocos amigos.

-De verdad que eres un idiota si piensas que lo haré.

Yoongi se encogió de hombros.

-Le diré entonces.

-¡Bien! -Gritó Jimin que luego de suspirar para tranquilizarse observó al peli-azul con ojos de "Ternura" y se preparó para hablar-. Te amo, Yoongi-Hyung.

Yoongi sonrió, Sintiendo esas palabras como lo más hermoso que sus oídos pudieron degustar. Aunque esa frase tuviera aquel sabor agridulce de la mentira.

Jimin se acercó a los labios de Yoongi y como ya era rutinario comenzaron a besarse con pasión, Volviendo a sentir ese sabor a cigarrillos que tanto caracterizaba al peli-azul. Sus lenguas se juntaban en un vaivén completamente sublime y placentero que hasta para el punto de vista de Jimin era simplemente exquisito e inigualable. No había amor en el beso, Y de eso era consciente Yoongi, El cual acariciaba el cabello del menor tratando de que aquel lujurioso y exquisito encuentro aún no acabase.

El beso no era amoroso. Estaba lleno de dolor. De temor. Que tristemente eran los únicos sentimientos que llegaban a ser mutuos en la relación que supuestamente existía entre Yoongi y Jimin.

Yoongi lo sabía, Lo que supuestamente Jimin sentía por él era una gran mentira.

Y eso le dolía más que cualquier corte que se hacía Jimin y que cada calada diaria que le daba a un cigarrillo.