IV

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~4~ Ilusiones de la infancia.

—¿Se supone que Eso es una persona...? —Pregunta Yoongi viendo el dibujo que se le había encargado como tarea de arte a Jimin.

—Sé que es una mierda. —Dice Jimin rodando los ojos—. Pero algo es algo. Qué la profesora se joda.

Yoongi soltó una risa y se lanzó de espaldas a la acolchada cama de Jimin tarareando una canción al azar.

—Por cierto, No recuerdo haberte dicho que te vinieras conmigo a mi casa. —Comentó Jimin dejando su cuaderno en el desordenado escritorio—. ¿Por qué viniste de todos modos?

—Min Yoongi, ¿Lo olvidaste? —Dice mirando fijamente al techo.

Jimin suspira rodando los ojos de nuevo y se sienta en el suelo mirando hacia un punto imaginario. El silencio reina en ese momento y lo único que se puede percibir es la respiración de cada uno. Yoongi chasquea la lengua contra su paladar y se sienta en la cama para encontrarse con Jimin que ahora se encontraba acostado en el suelo.

—Oye, Me debes algo. —Comenta Yoongi señalando disimuladamente las piernas del menor y los cortes que ahora se notaban en las muñecas de Jimin debido a que se había quitado aquel suéter negro.

—No te besaré, Yoongi. Por millonésima vez, No soy gay. —Dice Jimin sin siquiera mirarlo.

—Esa es tu tarifa para que yo no diga nada sobre que te cortas como un subnormal. —Mencionó Yoongi.

Jimin lo miró con desprecio y rodando los ojos se levantó del suelo poniéndose de cuclillas entre las piernas de Yoongi. Jimin tomó aire y sus labios comenzaron su lujurioso encuentro. Yoongi acariciaba la cintura del menor mientras que Jimin acariciaba el cabello azulado del mayor para que sus lenguas tuvieran mejor contacto. Los jadeos y gemidos ahogados no tardaron en llegar cuando ambos se recostaron en la cama y siguieron besándose mientras ahora sus manos acariciaban sus cuerpos.

Cuando el aire se volvió una necesidad, Jimin y Yoongi se separaron dejando como evidencia un hilo de saliva y un sonrojo en las mejillas de cada uno.

—Puedes joderte ahora. —Susurró Jimin apartándose del cuerpo de Yoongi.

El mayor rió y volvió a sentarse en la cama teniendo la vista de Jimin sacando un paquete de frituras de su pequeño refrigerador. El menor miró a Yoongi insinuante y este asintió. Le lanzó un paquete de frituras y juntos comenzaron a comer en silencio.

Minutos después, Yoongi optó por hablar.

—¿Aún los conservas en serio? —Le preguntó señalando los pequeños soldaditos de plástico que reposaban en la polvorosa estantería.

—Sí. —Respondió él—. ¿Qué hay con eso?

—¿Recuerdas cuándo jugábamos con ellos a diario? —Dijo Yoongi evadiendo la pregunta de Jimin.

—Sí, Tú siempre me matabas.

—No tenía la culpa de que jugabas de la mierda. —Comentó recibiendo un codazo simpático de Jimin, El cual como suceso extraño estaba riendo.

—Tú hacías trampa.

—No seas tonto, Jimin. Yo jugaba muy limpio. —Ambos rieron.

—¿Recuerdas que ambos queríamos ser soldados para salvar al mundo?

—Oh no. —Renegó Yoongi riendo—. Qué ilusos éramos en ese entonces.

—Pero éramos felices. —Susurró Jimin.

—¿Sabes algo? Cuando éramos niños pensábamos que cuando llegáramos a los diecisiete todo iba positivo. Tú y yo siendo soldados salvando al mundo... —Yoongi bajó la mirada reprimiendo unas lágrimas y tratando de ocultar su tristeza con una sonrisa rota—. Vaya ilusos que éramos, Jimin.

—Yoongi... —Susurró Jimin.

—Y míranos... Yo soy oprimido en mi casa por ser Gay y lo calmó fumando. Y tú... Tu estás jodido por la muerte de tus padres y lo calmas hiriéndote... Pero siento que yo soy el más jodido de aquí, Jimin. Porque te amo y tú sabiéndolo no me correspondes.

Jimin guardó silencio.

—De niño imaginar cosas futuras es genial... Pero ya de grande te das cuenta de la puta mierda que es...

Yoongi y Jimin se miraron fijamente y se sonrieron mutuamente mostrando el dolor que ellos tanto ocultaban y que tanto compartían.

𝑆𝑚𝑜𝑘𝑒 ||Yoonmin||Where stories live. Discover now