39-celos.

2.3K 135 0
                                    

Antes de que la alcanzara, pues tuve que calmarme primero, ella ya estaba hablando con Alan, alexia y otro tipo que no conocía, mi buen humor desapareció en el momento que vi como Camila pasaba su mano por el brazo de este donde una sonrisa.

-entremos ya- fue un gruñido que los descoloco pero no rechistaron nada más, me siguieron simplemente, adentro Adam, Antón y Alfred ya nos esperaban con más personas donde acostumbramos a estar.

Mi humor se ensombrecía mientras más tiempo pasaba, pues Mi novia está riendo de lo lindo con el idiota.

-alix la pelea ya va a comenzar- me informo Adam, sin decir nada mas se alejo.

Estaba cabreado cuando subí al ring y eso fue lo que hizo que la pelea no se alargara más de dos minutos y aun así seguía cabreado porque cuando baje no vi a Camila por ningún lugar.

-¿Dónde está Camila?- un agitado Andrés, me intercepto antes de poder llegar a donde me cambiaba.

-ella debe de estar con mi familia- le quite hierro a la cosa, al recordar cómo le toqueteaba el barza a esa hombre.

-la vi separase de ellos cuando te fuiste a cambiar pero no la he visto más, y eso no me gusta nada.- me moví rápidamente en su búsqueda. Al no encontrarla todas las alarmas de mi cuerpo sonaron.

-¿¡Dónde putas esta Camila!?- le grite a mis hermanos cuando me acerque a ellos.

-ella te fue a buscar cuando te vio molesto, antes de la pelea no sabemos más de ella, ¿Qué sucede?- fue alexia la que me respondió.

-Antón lleva a alexia a la casa de mis padres, a las afueras de la ciudad, el resto quiero que encuentren a Camila en este mismo momento ¡ahora!- grite cuando vi que nadie se movía, en segundos cada uno cumplía con lo que ordene-

Salí de aquel lugar en busca de Camila y logre escuchar un grito, corriendo me acerque a ese lugar seguido de Andrés, y Alan, una cuadra fue lo que tuvimos que correr para encontrar el procedente de ese grito, pues era un hombre con sus manos en su mejilla, de la cual una pequeña cantidad de sangre salía. Más adelante otros tres hombres acorralaban a alguien.

-te dije que te apartaras- esa fue la clara e inconfundible voz de Camila, mientras que un hombre caía al suelo con un tacón clavado en su yugular.

-maldita puta, eso te va a costar- gruño uno de los hombres.

-me tocas un solo pelo y tu serás el próximo en caer- el tono de su macabra voz me dio un cosquilleo- y si no quieres terminar como él me dejaras volver con mis amigos y mi novio.- no deje que ninguno de mis dos acompañantes se acercaran, en cambio al escuchar que el otro hombre se acercaba, Alan se encargó de él.

-el jefe te quiere y si él te quiere nosotros te llevamos con él- ahí fue cuando hice acto de presencia.

-no le vas a tocar ni un solo pelo a mi chica- el primer sujeto se dio la vuelta apuntándome con una pistola el sonido de un disparo sonó pero el dolor no llego nunca a mi cuerpo, un segundo disparo volvió a sonar pero esta vez, el hombre junto a Camila fue el que estaba en el suelo. Gire en busca de Andrés pero este estaba tan sin ningún arma a simple vista

Gire en dirección de Camila y era ella la que tenía la pistola en su mano, me acerque a ella enfundándola en un abrazo y quitando la pistola de su mano para darse a Andrés. No movía su cuerpo y me estaba preocupando, pero fue mi gran sorpresa cuando se despegó de mi cuerpo.

-vámonos de aquí- jalándola de la mano la saque de donde estaban aquellos tres hombres sin vida. Mi hermano me dio las llaves de su coche, conducía en completo silencio no sabía que pasaba por su cabeza y no quiera romper algo frágil dentro de ella.

A mitad de camino se quedó dormida, y cuando llegamos la saque del coche, me sorprendió encontrar a mi madre esperando con una taza da te en sus manos

-no es buen momento.- murmure sin detener mi caminar, hasta mi cuarto.

Allí la deje sobre la cama para retirar su vestido y brasier saque una de mis camisetas y se la puse y la deje bajo las cobijas para bajar y hablar con mi madre.

-¿Qué le sucedió?- fue su pregunta.

-mato a tres personas- me desplome en el sillón junto a ella.

-explícate- seguía bebiendo tranquilamente de su taza

-hoy tenía una pelea para calmar un poco los rumores, ella fue conmigo pero tuvimos un pequeño disgusto para cuándo supe que ya no estaba, fue cuando termine la pelee, salimos a buscarla escuchamos un grito, uno lo mato con uno de sus tacos y a los otros dos de un tiro.- su expresión no se alteró mucho

-voy a dejarles algo de comida, su cuerpo va a estar adolorido por la descarga de adrenalina que tuvo a sí que procura que no haga movimientos bruscos – sin más salió disparada a la cocina, soltando un pesado suspiro me levante para volver con Camila.

Su cuerpo se movía agitadamente y  estaba bañada en sudor, balbuceaba algunas cosas y no lograba entender que decía, cuando soltó un grito aterrador fue que me acerque a ella zarandeando.

-despierta, Camila- nada, seguía balbuceando cosas sin ningún sentido- vamos, mi amor despierta- sacudiéndola por los hombros logre que dejara de hablar pero seguía moviéndose- ¡Camila!- gritando su nombre

-¿Qué?- también contesto alterada tratando de sentarse pero como tenía mis manos en sus hombros le fue imposible.

-nada, vuelve a dormir- retrocedí para dame una ducha pero la mano de Camila aferro a mía

-no te vayas.- me rogo

-necesito un baño, ahora vuelvo.- indecisa soltó mi mano y se recostó en la cama, me di una ducha exprés y vistiéndome solo con unos bóxer, cuando me metí en la cama Camila inmediatamente salto sobre mi cuerpo para esconder su cara en mi cuello y aferrarse a mi como una lapa.

Sentía el leve temblor de este, mi mano pasaba constantemente por su espalda, su cuerpo estaba frio, por lo cual nos tape con una cobija, sin pensar en nada más y con Camila bien aferrada a mi cuerpo me deje vencer por el cansancio.


-marco- el padre de Camila esta frente a mí con una expresión para nada contenta.

- ¿Qué sucedió esta madrugada?-

-Camila mato a tres personas, no se mas- termine de bajar las escaleras para también ver a Andrés.

-Andrés

-alix- responde el saludo sin moverse de su sitio.

-mi hija no tenía por qué tener un arma en sus manos- su mirada era constante entre Andrés y mi persona.

-mate a uno de ellos con un tacón, papá, así que deja de decir esas cosas- seguía vestida con mi ropa, a diferencia que ahora tenía una de mis pantalonetas.

-me puedes decir por qué estas con ropa de hombre- le reñía mientras que ella llegaba a mi lado para abrazarse a mi cintura.

- porque es así como he estado durmiendo los últimos seis años de mi vida. Buenos días- dejo un beso en mis labios

CAMILA.Where stories live. Discover now