31-chupetones.

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-ya después hablaremos de eso marco- mi padre se levantó por lo cual yo lo seguí- le informamos de esto por el hecho de evitar problemas en el futuro, pues Ferrari está en caza por parte de mi familia, por él mataron a mi hija y quiero su sangre- una amenaza latente eran las palabras de mi padre.

-estaremos en comunicación- sin más salimos de esa casa, cada uno con distintas direcciones, mi padre a su casa y yo en busca de una presa fácil.

-vámonos a una habitación – dije en cuanto la pelirroja se separó de mis labios, su mano no dejaba de masajear a mi polla por sobre el pantalón, ella saco su cabeza de mi cuello y simplemente asintió

Arreglo su vestido, cogió sus cosas, y me siguió fuera del club donde estábamos, nos montamos en mi coche y nos lleve hasta el hotel más cercano.


-¿qué crees que haces?- la pelirroja quedo en mitad de su acto al escuchar mi voz.

-qué crees lindo, me visto- termino de acomodar mi camisa sobre sus hombros para empezar a abotonársela.

-Puedes hacerlo pero no con mi ropa- me levante y comencé a vestirme, su mandíbula se desencajo mientras miraba mis movimientos.

-pero... pero...- no la deje decir nada más, recogí los condones usados para deshacerme de ellos en el WC.

-necesito mi camisa- dije al ver que se había sentado en la cama sin quitarse mi camisa – lamento que te hayas echo ideas erróneas, pero yo no me voy a comprometer contigo por lo que acaba de suceder- saque unos billetes de mi cartera y los deje en la mesita- para el taxi y por favor dame mi camisa – sin levantar la vista se quita mi camisa, termine de recoger mis pertenencias, en el elevador termine de arreglar mi camisa y con un cigarrillo en los labios emprendí camino a casa.

Cuando entre en casa el sonido del televisor me desvió de mi camino a las escaleras, una muy dormida Camila estaba con el mando a distancia del televisor, la cargue y reanude mi camino con ella en brazos.

-alix- fue un suave susurro

-duerme, pequeña- deje un beso en su frente.

-te quiero- fue lo que dijo, mi corazón dejo de latir por un momento, no le pude responder, su cabeza cayo contra mi hombro revelando que se volvió a dormir.

Llegue a el cuarto que compartíamos la deje sobre la cama, ella rápidamente busco una posición cómoda me desvestí mientras la veía dejando una pila de ropa al lado de la cama, con un último suspiro me metí en el baño.

Camila

La superficie en la que encontraba acostada era mucho más suave que la del sillón, a los segundos recuerdos de la noche anterior llegaron a mi mente, jamás desee tanto en mi vida no haber dicho esas palabras: te quiero... palabras que podrían ser ciertas pero que nunca en mis cinco sentidos hubiera revelado. Dure unos minutos más en la cama hasta que el sonido de una puerta siendo abierta llamo mi atención.

-¿Cómo llegue aquí?- pregunte asiéndome la que no recordaba nada.

-anoche cuando llegue estabas dormida en el sofá, así que te traje hasta aquí- bajo la toalla con la que estaba secando su torso, no sé por qué, pero mi pecho dolió en cuanto vi los chupones en su cuerpo, el pareció notarlo pero rápidamente cambie mi semblante escondiendo todo lo que sentía.

-gracias – fue lo que conteste antes de levantarme de la cama, para buscar que colocarme, hoy entraba más tarde a la universidad por lo cual me daba un poco de tiempo más para dormir

-¿a qué hora tienes clase?- sabía que preguntaba para espantar el incómodo silencio

-a las diez, tengo solo dos horas- mi voz carecía de emoción alguna.

-¿te encuentras bien?- pregunto cuando me disponía a pasar por su lado para entrar en el baño.

-perfectamente- sin más me encerré en el baño para mi ritual matutino y de paso replantearme sobre mi comportamiento con alix, cuando Salí de la ducha alix ya no estaba en el cuarto y yo ya tenía una decisión.

Entre en la cocina terminando de tejer mi cabello en una trenza, no había absolutamente nadie en aquella cocina lo cual aproveche para poder desayunar.

-¿Dónde está Alan?- le pregunte, por lo  visto, a la única persona en la casa.

-el salió temprano con alexia así que yo te voy a llevar- tenía las llaves en su mano.

-perfecto - no pude evitar el sonido de fastidio al final de la frase, concentrándome al máximo en el celular, pase los siguientes cincuenta minutos que fue lo que duro el viaje hasta la universidad, sin decir alguna palabra huí de aquel auto.

--Camila- el chillido de alexia me sobresalto- adivina quién te estaba buscando esta mañana- sus cejas no dejaban de subir y bajar

-no tengo ni la más mínima idea embarazada – guarde mi móvil en el bolsillo delantero de mi short

-Bryan- dijo casi que saltando en un pie.

-¿Quién?- dije confundida

-el bombón rubio con el que te estrellaste hace poco, hubieras visto a ángel, estaba botando la baba por él, pero cuando pregunto por ti, su cara fue un espectáculo completo.

- te dejo, tengo clase- me escabullí antes de que pudiera decir algo más.

-hola- deje un sonoro beso en la mejilla de Andrés que ya estaba en el salón.

-hola, un rubio te estuvo preguntando esta mañana, señorita- rodé los ojos imaginando que todos me hablarían de lo mismo hoy- ese rubio no me gusta ni un poco Camila, ten cuidado con él- dijo con sus ojos fijos en los míos.

-claro que lo tendré- antes de decir más el profesor entro y comenzó a hablar obligándonos a callarnos.

La clase pasó igual que el resto de ellas, pero algo no andaba bien, definitivamente me estaba volviendo paranoica.

-tengo hambre, mucha hambre- me queje cuando por fin salimos de clase

-porque no se me hace nada raro eso-

-porque ella siempre tiene hambre, amor- respondió sami uniéndose a Andrés y a mí- ¿Dónde está la embarazada?-

-hay esta- dije en un susurro viendo como Alex se acercaba

-no lloren por mis nenas, ya llegue- movió exageradamente su cabellera.-tengo hambre, vamos por una grasienta y nada saludable hamburguesa.

-porque las mujeres que me rodena siempre tienen hambre- quejándose a la nada en especial dijo Andrés

-por que las mujeres nunca dejamos de tener hambre cariño—sami siempre tan dulce explicando las cosas, a unos metros de la camioneta de Andrés escuche que gritaban mi nombre, girando en mis talones descubrí quien era el que me llamaba.

-hola, por fin te encuentro, Camila- dijo un agitado Bryan frente a mí.

-hola Bryan- salude con una mano mientras que con la otra acomodaba mis gafas.

-quería saber si aceptas a que te invite a comer algo- su postura era la de alguien relajado, en ese momento la imagen de alix llego a mi mente, como si aceptando esa invitación lo estuviera engañando, pero después recordé los chupetones que tenía esta mañana y la negativa que estaba dispuesta a dar desapareció por completo.

CAMILA.Where stories live. Discover now