20-amor mio.

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-waaa, tan lindos- me sobresalte por el comentario alexia.

-shh, no quiero que se despierte- hable a duras penas para que me pudiera escuchar

-quieto romeo- finalizo ronroneando- tranquilo mi amiga te quiere- me guiño un ojo y bajo rápidamente las escaleras.

Entre en mi cuarto negando con la cabeza para dejar a Camila en medio de la cama, el comentario de alexia resonaba en mi mente, así que antes de salir deje un pequeño beso en sus labios. Con una sonrisa baje para entrenar.

CAMILA

Me desperté en una suave y mullida superficie, nada comparado con el duro sofá en el que me acosté a dormir, abril lentamente los ojos para encontrarme nuevamente en el cuarto de alix, me levante de esa cama como su tuviera fuego, entre en el baño, hice mis necesidades lave mi rostro y con un cepillo que encontré cepille mis dientes.

Salí nuevamente del cuarto, estaba pegachenta, con la necesidad de bañarme.

-necesito ropa, quiero bañarme.- exigí en cuanto vi a alix.

Estaba cansada, estaba estresada, una vez deje que me pisotearan no pensaba volver a pasar por lo mismo, era joven e ingenua.

-ese no es el modo de pedir las cosas- tenía su ceño fruncido.

--me importa una mierda si es o no el modo- digo con las manos en las caderas.

-¿Por qué estas molesta?- dijo acercándose más, a lo cual yo retrocedí.

-no estoy molesta, y además aléjate apestas a sudor- arrugue mi nariz al sentir su olor, el cual no me resultaba para nada repugnante.

-lo único que puedo ofrecerte es mi ropa, pues estoy seguro que la de mi madre note quedara.- repaso mi cuerpo con una larga mirada.

-pues claro que no me va a quedar, idiota, sabes que olvídalo me largo de vuelta a mi casa—pase por su lado empujándolo en busca de Alan, estoy segura que él me ayudara a salir de aquí.

-amor mío, no puedes salir de aquí, y no sabes qué dirección tomar- me irrito como me llamo en un principio.

-- tranquilo corazón ya se me ocurrirá algo- dije lanzándole un guiño y un beso, esto lo dejo confundido –¡ALAN!, ¡ ALAN!, ¡ ALAN!,  ¡ALAN!- baje las escaleras gritando como una completa loca, los mellizos y los idiotas salieron apurados y pude ver dos pistolas, una en manos de Adam y la otra en manos de Alfred.

-¿Qué sucede?- dijo este mirando para todos los lados posibles.

-nada necesito hablar contigo- dije encogiéndome de hombros.

-una loca completa.- escuche el murmuro pero no se de quien salió.

-loca pero una muy buena- guiñe un ojo al grupo de cuatro hombre- podemos hablar es necesario- dije viendolo fijamente.

-claro-aturdido se separó de su familia.

-en un lugar privado.

-claro- me guio por un pasillo hasta alejarnos lo suficiente de su familia.

-me podrías devolver a mi casa, necesito cosas que tengo allí.

-no podemos Camila, que tal si volvemos y vuelven a atacar, a tu padre le daría un ataque de histeria si algo te sucede- la pequeña sonrisa que tenía en mis labios se fue al demonio al mencionar a mi progenitor.

-me importa una mierda lo que le pase a marco, para mi ese hombre murió hace trece años cuando me abandono, ahora necesito volver a mi casa, aquí yo no pinto nada.- dije ya exasperada por estar aquí encerrada.

-piensas dejar botada a alexia...

-alexia tiene a el idiota de Antón, ella está bien aquí con ustedes, ella carga al hijo de él, por cristo aquí yo no pinto ni mierda.- dije subiendo mis manos para acomodar mi gafas y volví a caer en cuenta que no las tenía.

-está bien, vamos – dijo después de meditarlo unos segundos.

-tengo que pasar por mis gafas, están en el salón.- este simplemente asintió, pasamos por el salón y allí donde me acosté estaban mis gafas en una mesilla, pasamos al garaje y este saco un auto, allí nos subimos para salir de esa enorme casa.

- lo más probable de cuando lleguemos a tu casa es que hayan policías, a menos que tu padre haya arreglado ese asunto con la policía-dice más para el que para mí - Coge lo que necesites pero allí no te puedes quedar, pueden volver por ti Camila, sé que tu padre me querrá matar pero es lo mejor.  Nuestro mundo no es como lo muestran en la televisión, es mucho peor, eso solo es la punta del iceberg, tu padre es un hombre muy importante en este mundo y muchos le quieren hacer daño y el único punto débil que él tiene en este momento eres tú, cualquiera de sus enemigos daría una gran fortuna por tenerte bajo su poder tienes que ser consiente que no es un juego, ellos no te trataran con respeto y ninguno de ellos le importara tu vida, solo te necesitan para  quitarle poder a tu padre. Volviendo al tema de los policías, saliste de excursión te han robado todo y soy un viejo amigo tuyo y me buscaste en forma de ayuda, por eso la ropa de hombre y no sabías nada sobre lo sucedido en tu casa, está bien, si preguntan te vendrás conmigo porque tienes miedo, o yo que carajos se, inventa cualquier cosa- no dijo nada más, el camino fue más de una hora  hasta la cuidad y hasta mi casa quince minutos.

Cuando llegamos y paramos frente a la que solía ser mi casa me sorprendió ver a hombres sacando cosas que logre identificar como las del salón y cocina, sin importarme mi vestimenta baje del auto rápidamente, me gane varias miradas pero ningún hombre se interpuso en mi camino.

-¡eh! niña tú no debes estar aquí.- una voz sumamente ronca llamo mi atención, me gire para enfrentar a la persona, estaba en mitad de mi destruida y desocupada casa, su rostro me era familiar pero no lograba saber de dónde.

-eso debería decirlo yo, todos ustedes no deberían estar en este lugar- cuadre mis hombros y lo mire con la cabeza en alto, el pareció sorprendido por mi actitud.

-no soy precisamente paciente niñita, así que dime de una buena vez ¿que hace en este lugar? sino lárgate estas en propiedad privada.- cruzo sus brazos y sus músculos se notaron más.

- pues vete a la puta mierda con tu paciencia- su cara fue de asombro por mis palabras, después de eso no sé qué sucedió ya que corrí escaleras arriba para llegar a mi cuarto, con la ventaja que conseguí me encerré en mi cuarto, colocando mi tocador para trabar la entrada, escuche los golpes en la puerta.

Afortunadamente mi cuarto no sufro ningún daño, saque una de mis maletas del armario y allí fue donde comerse a meter mi ropa rápidamente y algunas otras cosas más.

-Camila me podrías abrir- la voz de Alan se escuchó al otro lado, con un poco de duda corrí mi tocador y abrí un poco la puerta, el hombre de la entrada estaba junto a Alan frete a mi puerta- aquí Fred no nos molestara más, ya le explique las cosas- el hombre me mira con demasiada curiosidad.

-me baño, termino de empacar y nos podemos ir- dije sin dejar de moverme por el cuarto buscando las cosas que necesito.

Con lo necesario en mano me meto en el baño, dejo la ropa limpia junto al lavamanos y también mis gafas quitándome la ropa de alix me metí bajo el chorro de agua, después de un largo rato Salí de la ducha secándome me vestí rápidamente y en vez de colocarme las gafas me coloque mis lentes de contacto, con la toalla envolviendo mi cabello Salí del baño.

CAMILA.Where stories live. Discover now