Capítulo 10

1.2K 138 21
                                    

Narra Guillermo:

Miro por la ventana al gran patio sin ver realmente nada. Mi cuerpo esta rígido y adolorido, algo común después de tener un ataque de pánico. Tristemente, no puedo ahogar mis penas en alcohol ya que no estoy en casa y tenemos compañía. Escucho la puerta abrirse detrás de mí. Samuel camina lentamente con una sonrisa amable que me hace relajarme un poco, pero no le da gusto darle la espalda.

"¿Cómo te sientes chiqui?". Me pregunta haciendo que mi corazón palpite y un rubor trepe por mi cuello antes de posarse en mis mejillas.

"Estoy bien". Murmuro y tomo él vaso de jugo de manzana que él me da.

"¿Estas bien para estar de pie?". Pregunto preocupado, haciéndome fruncir el ceño alrededor del vidrio.

"Si, ¿Por qué preguntas?". Pregunto después de terminar mi jugo.

"Tus piernas están temblando". Dice en voz baja y miro hacia abajo para ver que efectivamente, me tiemblan las piernas.

Lentamente me hundo en los lujosos asientos de la ventana de la bahía mientras jugueteo con el vaso vacío. Mi cuerpo se tensa automáticamente cuando se sienta a mi lado.

"Estás bien". Dijo en voz baja y me obligue a relajarme.

Girando mi cuerpo, apoyo mi espalda contra la pares y elevo mis rodillas hacia mi pecho. Rápidamente se quita los zapatos y me copia. Miro mis pies con calcetines blancos descansando sobre sus pies con calcetines negros. Lo opuesto, como nosotros. ¿Por qué me quiere? No soy nada.

"Eres muy hermosa". Dice con una sonrisa cuando lo miro.

"No debería de ser bella. Soy un hombre, debería ser guapo". Suspiro y él niega con la cabeza.

"Nah, me gusta que seas hermosa. Eres muy guapo, pero con tus delicadas facciones te ves tan angelical, especialmente cuando estas durmiendo". Dice casualmente haciéndome mirar por la ventana con un sonrojo.

Parece que mi mascara no tiene ganas de cooperar hoy porque no importa cuanto lo intente, no puedo bloquear mis emociones, no de Samuel. Sin embargo, sabría que todo es mentira porque básicamente actué como una niña de 5 años delante de él.

"Guillermo, ¿Estás bien?". Pregunta y lo miro confundido. "Tus dedos de los pies se están erizando. No quería dejar que te metieras demasiado en tus pensamientos y que tuvieras una mala reacción". Explica y yo gimo al enterrar mi rostro en mis rodillas.

"Lo siento". Murmuro y siento lágrimas en mis ojos. "Lo siento". Digo y rápidamente limpio la lagrima que se desliza por mi mejilla.

"Oye chiqui, no tienes que disculparte. Está bien". Él dice y aprieta mi rodilla suavemente haciéndome tensar un poco para que retroceda.

"S-Si". Murmuro y jadeo cuando él pone mi pie entre el suyo antes de cavar suavemente su pulgar en mi talón.

"Esto te ayudara a relajarte. Estas muy tenso". Se ríe entre dientes y me muerdo el labio para no gemir mientras comienza a masajear mi pie.

Descanso mi mentón sobre mi rodilla derecha y observo sus dedos grandes trabajando en mi pie izquierdo. Mis ojos siguen cada uno de sus movimientos hasta que siento un bostezo tratando de salir de mi garganta. Lo sacudo y dejo que mis ojos recorran su pecho hasta sus ojos que me están mirando como si estuviera tratando de mirar dentro de mi alma. Nos miramos el uno al otro silenciosamente, el único movimiento son sus manos mientras me aprietan suavemente el pie y doy gracias a Dios por no tener cosquillas en mis pies.

Negocios - WigettaWhere stories live. Discover now