Capítulo 32

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No sé en que estaba pensando cuando llamé a Cristal hermana, para colmo también le dije que la quiero

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No sé en que estaba pensando cuando llamé a Cristal hermana, para colmo también le dije que la quiero. ¿Por qué eres así, Nicolás? ¿No puedes pensar en las consecuencias antes?

Esa noche andaba con las emociones encontradas. Pensaba en cómo podía ayudar a Cristal, pensaba en su seguridad, pidiendo que se encontrara bien y poder salvarla de ese tal Ethan. Mi otra cabeza pensaba en Hollie y en lo extremadamente ardiente que se miraba con ese vestido rojo que combinaba con sus labios y esos tacones de aguja. Pensaba en cómo hacerle el amor con ese vestido puesto, en desnudarla y volver hacerle el amor mientras me rodea la cintura con sus largas piernas, usando esos zapatos tan provocativos. Mi mente y mi órgano masculino siempre adueñándose de mis emociones.

— ¿Todo listo?

Suspiré con cansancio pero asentí. Es la primera vez que no quiero ir al orfanato, claro que antes no tenía una mujer con la que pasar el tiempo. Los pocos copos de nieve empezaron a caer sobre el parabrisas, al mismo tiempo que salía de la residencial donde viven los Hamilton. Hollie tarareaba un villancico navideño mientras yo mantenía la vista al frente, haciendo cuentas del tiempo que eh estado junto a Hollie.

— ¿Tenemos dos meses juntos? — le pregunté sorprendido. Mi relación más larga duró un mes y fue cuando tenía 17 años.

— Si —miré su hermosa sonrisa y esos ojos brillantes por una milésima de segundo— El tiempo vuela.

Dos meses... dos meses siendo un afortunado de tener a esta mujer como mi novia.

— ¿Ya te arrepientes?—acaricia mi brazo y aprovecho el semáforo en rojo para voltear a verla. Mordía su labio de una forma muy sensual— ¿Sólo querías mi virginidad?

—Dios Hollie, no digas eso ni de broma—Sonrió con ternura, pasando sus perfectas uñas manicuradas por mi mejilla, en una caricia muy sensual

—Me hace muy feliz saber que estás conmigo porque te gustó de verdad, yo, la amargada de las chicas Hamilton, la escritora sosa que prefiere quedarse en casa antes que salir.

Por suerte no hay muchos carros afuera debido a la nieve, pero para evitar un accidente, puse el auto en marcha para a parquear en algún lugar tranquilo y fuera de la vista de los curiosos. No puedo manejar tranquilo si Hollie sigue jugando de esa forma, soy débil, muy débil cuando se trata de ella. Pero... ¿Eso es el amor no? Ser fuerte para protegerla pero ser un débil ante su tacto, o su presencia. Sólo ella tiene el poder de doblegarme a su antojo, de querer besar sus pies... y otras partes de su cuerpo.

Apagué el auto cuando logré estacionarme en un callejón vacío. Hollie se recostó en su asiento y no dudé ni un segundo en desabrochar mi cinturón para posicionarme encima de ella, apoyando mi codo al lado de su cabeza, acariciando su mejilla con mi mano libre. Ella suspiró y cerró los ojos ante mis lentas caricias. Aproveché el momento para inspeccionar a fondo su rostro, desde las pestañas largas y gruesas al natural, seguido de esa pequeña nariz, hasta sus labios rojizos y brillosos debido a su brillo labial fucsia. Pasé mis dedos por su cuello, bajando al escote de su blusa y con lentitud, empecé a desabrochar sus botones, uno por uno mientras ella respiraba con la boca entreabierta por la excitación. Sonreí como un idiota al ver su sostén de encaje rojo, la muy pícara. Anoche le mandé un mensaje de buenas noches diciéndole que soñaría con ella envuelta en mis sábanas, sábanas que estaba dispuesto a cambiar por unas de color rojo porque me excita como se ve ese color en su piel desnuda. Y ahora aquí está, provocándome con ese color tan atrevido, el representante de la lujuria y el amor.

Hamilton Lover |Serie Hamilton| #2 (TERMINADA)Место, где живут истории. Откройте их для себя