Una escritora de novelas románticas que le huye al amor... Irónico, ¿no?
¿Cómo se puede vivir la vida cuando sientes un vacío? ¿Qué pasa cuando te rompen el corazón y luego te quedas... sola? ¿Puedo seguir mi vida como si nada? No sé y de igual form...
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"Sé que no hemos vuelto hablar desde esa noche, en la cena, pero necesito que me ayudes con algo... Solo prométeme que no le dirás a Zac"
Nicolás miraba una pintura con atención, haciéndome creer que le interesa el arte, pero no me engaña. Sus ojos lucen aburridos, sus manos en los bolsillos dice "estoy cansado" y esos bostezo con "la boca cerrada" son demasiado obvios. Es lindo que esté aquí para complacerme pero dado que es una cita, para ambos, hay que disfrutarla los dos. No soy de esas chicas que obligaran a un chico a ver películas de romance, ni que les obligaran a que les manden flores y poemas, porque lo único que importa, es pasar un buen rato.
Miré la pantalla de mi teléfono, leyendo la respuesta:
"Claro. ¿Qué pasa? ¿Estás bien?"
Siento que de alguna forma estoy traicionando a Zac, pero no puedo acudir a él con este tema. Ya a cargado con la culpa mucho tiempo y no quiero que vuelva a sentirse así.
"Necesito que averigües si los Romano volvieron a Paris."
"En seguida."
Mi primera opción fue Asheron pero lo descarté. Tiene demasiado en su cabeza en estos momentos como para agregarle algo de drama.
Luego pensé en Gregg, pero hace dos semanas que regresó a Los Ángeles para comprobar a Alex, a pedido de tía Alaska. Y ¿Para qué mentir? Gregg no es muy maduro.
Por motivos muy obvios descarte a Tory e Ian.
Por eso mi única opción y la más inteligente, fue Chad.
— ¿Por qué los artistas se empeñan en dibujar el órgano masculino tan pequeño? —preguntó Nicolás cuando nos detuvimos enfrente de un cuadro de un hombre desnudo.
— ¿No es así? —me abracé a su brazo, recostando mi cabeza en su hombro.
—Bueno, al menos el mío no es así. —el muy descarado agarró mi mano libre y la puso encima de su bragueta. Bien, encima de algo mas— Siente esta longitud, amor.
—La siento pequeña —Dio un respingo cuando lo apreté con suavidad. Tuve que reprimir una carcajada.
—Mira, si quieres vamos a un lugar privado y te la enseño —dijo con la voz ronca. Oh... ahora si noto un poco de esa "Longitud". Sonrojada aparté la mano— ¿Quieres? Di que si, venga.
—Deja de molestar, Nicolás.
No me molesta que sea... pervertido. Es su forma de ser y le quiero, pero yo no soy tan atrevida. Lo de anoche fue algo muy lindo pero estaba tratando con todas mis fuerzas de no entrar en pánico. Sé que Nicolás es un buen hombre, pero no solo por eso se te es más fácil. En las películas, libros, series, te dicen que todo es fácil cuando amas a alguien ¡Eso es mentira! El miedo de la primera vez, miedo del dolor que dicen que se siente, siempre está presente. Y.. ¿Qué tal si a él no le gusta? ¿Y si no lo hago bien o si piensa mal de mí? ¿Y si hago algo mal?
