— ¿Nicolás? -ladeó la cabeza, mirándome preocupada— ¿Estás bien?

—Mejor que nunca.

Y eso es cierto. Nunca me eh sentido menos sólo....

Después de terminar por hoy, le ofrecí una cena, a la cual se negó ya que su mamá preparó un platillo especial para ella, celebrando que su pie ya está bien. Sentí que se me fue un enorme peso de encima cuando al fin se pudo quitar la venda y volver a usar tacones. Si, usa tacones como si nada hubiera pasado porque es muy terca para no dejar de hacerlo. Esa, es Hollie. Le ayudé a ponerse su abrigo, las noches están muy frescas debido al otoño. Saqué su cabello de debajo del abrigo y su loción me dejó tonto por unos segundos.

Necesitaré una ducha de agua bien fría.

—Deja de mirarme como si fuera un bicho raro —se quejó dándome la espalda. Movía sus pies, dando pequeños saltitos. Algo que siempre hace cuando está nerviosa o indecisa.

—Eres rara —Le dije a lo que ella se volteó molesta— La rareza más maravillosa que ven mis ojos.

— ¡Ahí está el Nicolás sacado de un libro! —Negó con la cabeza, riendo— Tu mamá ah de estar orgullosa de ti.

Sentí el puñetazo en el corazón por unos mini segundos.

—No puede estar orgullosa de algo que nunca tuvo.

Mi respuesta fue fría, cortante, desconcertante para ella. Su rostro dejó de ser felicidad, pasando a ese lado sensible, siempre cuidando a los demás. Es algo que me atrae de Hollie, Pero no quiero ver ese rostro por culpa de mi miserable... Por esa mujer. Es pasado y él pasado va directo a la basura.

—Mañana hay una fiesta —dijo con suavidad, midiendo sus palabras con nerviosismo— Será para ayudar a muchos asilos y yo iré pero Zac no puede acompañarme. ¿Te gustaría ir?

—Gracias pero no me gusta ser la segunda opción de nadie.

Sus ojos se abrieron como platos y aunque me lamenté de inmediato de mis palabras, no me dio tiempo de retractarme. Abrió la puerta y salió por ella, dando un portazo a sus espaldas. Maldije una y otra vez, lamentando haber arruinado aún más el momento y lo que estaba teniendo con ella.

Sé qué siempre peleamos y a los minutos estamos como si nada, siempre riendo o compartiendo nuestras frituras para escribir. Pero el que haya decidido invitarme al evento con sólo 24 horas de antelación, me molestó. ¿Pensaba ir sin mí? Por supuesto que sí, pues no soy nada para ella, salvo un compañero de trabajo. Es la realidad, Nicolás. "Ya que Zac no irá y no quiero ir sola, digámosle al pobre de Nicolás. De seguro está tan desesperado que aceptará" ¡Maldición!

Entonces recordé los días anteriores, La forma en la que siempre dudaba antes de hablarme, como se balanceada en sus pies, mirándome nerviosa, el que tardaba más de cinco minutos en la puerta, despidiéndose. Las veces que sacaba el tema de las fundaciones que ayudan a los asilos y como le gustaría ir a visitar a los ancianos para acción de gracia.

Mi dulce dama llena de terquedad y vergüenza.... Tantos días intentando decírmelo y justo tuviste que hacerlo después de ese comentario que me volvió tan cruel contigo.

Lo siento mucho, Hollie...

— ¡Ya vine! —Marcus casi me golpea el rostro con la puerta. Si no me hubiera hecho para atrás de un salto, me hubiera dejado un ojo morado— Oh, pareces un perro. Ya sabes, esos que esperan en la puerta a que su dueño llegue.

Lo ignore sin nada de ánimos para pelear con él. Mi momento de pelea ya se acabó.

—Vi a la dulce Hollie salir del edificio maldiciéndote y con los ojos cristalizados —dejó su abrigo en el sofá, por primera vez no le regañé por eso— Se miraba muy furiosa y triste.

—Por favor, deja de torturarme —me tiré en el sofá individual, con mi cabeza entre las manos- Ya tuve suficiente por hoy.

Hoy no ha sido mi día. Desde pasar con una enorme erección en los pantalones por sólo verla, hasta su comentarios del que no era consciente que me lastimar tanto, hasta sus ojos y él portazo que dio al salir. Siempre me gusta ver su espalda para perderme unos segundos en su trasero, Pero no me gusta que sea de esta forma.

—Así que volviste a ser un idiota —afirmó Marcus, con una sonrisa de burla en la cara.

—Si no te callas, te pegaré la boca con "súper glue" mientras duermes.

Levantó las manos en señal de rendimiento y eso sólo me hizo sentir aún peor. Lastimó a Hollie y ahora amenazo a mi mejor amigo.

Muy bien, Nicolás.Te mereces el premio Nobel de la paz... ¡Ja! 

 ¡Ja! 

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Hamilton Lover |Serie Hamilton| #2 (TERMINADA)Where stories live. Discover now