"Contigo, me siento en casa"

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 [Canción de multimedia: Walk in the rain – Passenger]

WADE

Aquellos sujetos no apartaban su escalofriante mirada del fornido cuerpo del mercenario, de pie a algunos metros del mismo, atentos a cualquier movimiento que este pudiera hacer, siempre a la defensiva, casi apuntándole en la cabeza con sus enormes armas.

Wade por su parte permanecía tranquilo (al menos por fuera), estaba de pie, apoyando su peso en su pierna izquierda mientras mantenía sus brazos cruzados y recargaba su espalda y pie derecho en la pared que estaba a un lado de la gran puerta metálica de la prisión. De vez en cuando miraba con burla a aquellos guardias ineptos que tenían la intención de intimidarlo. A veces, cuando comenzaba a desesperarse, daba golpecitos al suelo con uno de sus pies, pero intentaba volver a su pose neutral de inmediato.

Mentiría si dijera que estaba calmado. La realidad era que la ansiedad comenzaba a subir por su cuerpo como si de agua en un tanque se tratara. Eran demasiadas sensaciones. Todas se debían a Peter. Algo no estaba bien allá adentro; sentía dolor, su pecho se apretaba, casi hubiera querido ponerse a llorar ahí mismo de lo desesperado que estaba, casi deseó abrazar a alguien y recibir consuelo. Peter lloraba... estaba seguro, Peter quería consuelo.

Y Wade sentía la necesidad de dárselo. Se planteó cientos de veces si debía entrar y buscar al castaño, quería ir y abrazarle para que el chico se sintiera mejor, para que dejara de llorar, para que dejara de doler. Porque Wade detestaba esa mezcla de sensaciones en su cuerpo, esos pensamientos en su mente.

Sin embargo, se forzó a sí mismo a permanecer afuera.

No fue hasta que escuchó los pasos de Peter cerca, que dejó su pose relajada y se incorporó, activando todos sus sentidos y poniéndose alerta, por cualquier cosa, por cualquier movimiento.

El chico caminaba apresuradamente, casi trotando, yendo por delante de aquel guardia que había entrado con él al principio. Cuando salió, Wade pudo notar sus ojos rojos y llorosos, sus labios fruncidos en lo que parecía ser un intento por no llorar, y sus manos temblando ligeramente. El mercenario también pudo observar cuando Peter, al salir de aquel lugar, miró a todos lados en una fracción de segundo, como buscando algo, como buscándolo a él, porque en cuanto pudo verlo se lanzó a sus brazos en un agarre necesitado, fuerte, desesperado.

Wilson lo rodeó despacio con sus brazos y talló suavemente su espalda en un gesto reconfortante, sintiendo cómo su chaqueta era apretada fuertemente por el chico, y cómo este temblaba entre sus brazos mientras su respiración irregular evidenciaba que estaba sollozando. Wade apretó los dientes y sus brazos, sintiendo una enorme impotencia y una incongruente ira apoderándose de su interior, además del dolor que le provocaban los sentimientos de su alma gemela, casi teniendo de nuevo la incontrolable necesidad de ponerse a llorar él también.

Pero se mantuvo fuerte, siempre así, para él.

¡MALDICIÓN! ¿Por qué el sufrimiento de Peter tiene que ser tan grande? ¡Él no lo merece... no merece esto!

¿Por qué no puedo hacer que deje de sufrir?

Él merece a alguien mejor, él merece a alguien que pueda frenar su dolor, que pueda hacerlo feliz.

Alguien mejor que yo.

¿Por qué tuve que ser yo su alma gemela?

Si por él fuera, entraría a esa prisión, sacaría al Capitán y asesinaría a todo aquel que se interpusiera, si es que eso ponía una sonrisa en el rostro del castaño, pero, por más trabajo que le costara admitirlo, aquello no era una buena idea.

®Waiting For You | Spideypool Soulmate AU©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora