Capítulo 14:I

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"Si quieres recuperar a tu hija, te espero en dos horas en donde te hice mía por primera vez. No vengas con policía. Sólo tú"

Cerré los ojos. De sólo pensar en ese asqueroso poniendo sus cochinas manos sobre mi Amelia, me volvía loco.

Traté de calmarme, pero no pude. Él tenía a la pequeña y Amelia no estaba del todo bien para afrontar esto. Me preocupaba su salud. Su corazón. Su embarazo.

No podíamos arriesgarnos a que le diera un paro cardíaco. No. Había que tener tacto.

Llamé a mis suegros, a mis padres y Berlusconi llegó con un equipo especializado para realizar el rescate de la pequeña.

Les di la dirección en la que estaban citando a Amelia y ellos fueron a inspeccionar.

Salí de la sala en la que ahora mismo estaba Rubí curando a su nieto, que seguramente necesitaría unos puntos de sutura, para dirigirme a la habitación que compartía con mi esposa.

No sabía cómo diablos se lo iba a decir sin que ella se alterara.

La encontré estirándose en la cama. Acababa de despertar. Tan hermosa.

Cuando me vio sonrió. Suspiré con alivio. Al menos, ya no estaba tan enfadada. 

—Mi amor, ven- me llamó y me acerqué lentamente a ella, reuniendo valor para poder soltarle semejante bomba.

—¿Cómo te sientes? - pregunté tanteando el terreno.

—Bien... te iba a pedir que me llevarás a ver a los niños, cuando se termine éste embarazo no voy a tener tanto tiempo para ellos y quiero consentirlos ahora - respiré profundamente.

Esto no era nada fácil. Me senté a su lado y acaricié su mejilla.

Esta mujer me volvía loco.

—Amelia... No tengo buenas noticias - ella frunció el ceño y tomó mis manos.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien? - la preocupación en su tono me conmovió. Siempre preocupándose por mi salud.

—No soy yo... Mi amor, necesito que tomes esto con calma - se alejó un poco de mi.

—Mauro... Me estás asustando...habla ya.

—Nena... Paulo salió libre de la cárcel y...atacó a André para robarse a Andrea - ella empezó a negar con la cabeza. Las lágrimas hicieron acto de presencia en sus mejillas y su cuerpo fue preso de un temblor constante.

—¡No! ¡Dime que ese desgraciado no tiene a mi bebé! ¡Dímelo, Mauro! - gritó esto último. Se aferró a mi camisa y me abrazó.

—Logró llevársela y pensamos que te quiere a ti a cambio - negó con la cabeza.

—No otra vez Mauro, no... Esto tiene que ser una pesadilla. ¡Maldición! Hace tres años ese desgraciado me secuestró por tres días cuando yo estaba embarazada de tres meses de Andrea... Ahora, tengo tres meses de embarazo y ... Se volvió a repetir la historia... - se bajó de la cama y empezó a caminar de un lado a otro.

La seguí de cerca. Estaba tan afectada..

—¡Calmate! - pedí. Apenas salieron esas palabras de mi boca me arrepentí-. Estás embarazada... - ella negó.

De sólo abrir la boca le había dado paso a su inseguridad. Yo no tenía que mencionar que estaba embarazada. Cada vez que decía algo referente al embarazo ella me miraba con cautela.

—¡Sólo te importa que estoy embarazada, mi hija es secuestrada por un enfermo violador y mi embarazo es lo único que te importa! -  negó con la cabeza y salió de la habitación.

Serie Inocente #3: Inocencia Oculta. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora