Capítulo 5: III

4.5K 343 15
                                    

Se escucharon varios gemidos ahogados. Dejé lentamente el vaso en la mesa de centro y elegí cuidadosamente las palabras que iba a utilizar en contra de esta mujer.

—¡Mamá!- chilló la madre de Mauro. 

— La madre de André y él son un claro ejemplo de que una madre desiquilibrada emocionalmente no puede criar bien a un niño. Por eso André es como es y le digo una cosa, yo puedo amar mucho a mi hija, pero primero debo estar bien yo, para que ella esté bien y casándome con el padre de mi hija, eso sería imposible - verifiqué la hora en mi reloj de pulsera y decidí que era hora de irme.  No me iba a aguantar esta mierda —. Muchas gracias por la invitación señora Barbosa, pero debo irme - me puse de pie -. Fue un placer conocerlos - tomé dirección hacia la puerta, pero Mauro me interceptó.

-Tú no te vas- lo miré a los ojos, tratando de contener mis lagrimas.   

—Es mejor que me vaya, Mauro- mi voz estaba temblorosa.

—Fuiste una grosera, mamá- se quejó la madre de Mauro. 

—Amelia - llamó Mauro. Él tenía lentes oscuros y observaba toda la escena desde  su posicion en la entrada del salón -Esta vieja,  va a aprender.

-Esa muchachita es poca cosa para Mauro, lo que hizo lo hubiera hecho cualquiera- el padre de Mauro apareció en ese momento,  al parecer estaba ocupado con la barbacoa.

-¿Qué hace esa vieja aquí? - siseó él.

-No padre,  de esta víbora me encargo yo- lo interrumpió Mauro-. ¿Qué? ¿Abril si es digna de mi? - ella asintió e hizo un gesto con su boca muy desagradable-. Pues claro que es digna ya que ella es la que paga las consecuencias de tu ludopatía- la madre de Mauro se quedó muda-. ¿Es que no sabían?- Mauro se acercó a ella y se sentó a su lado-. ¿Por qué no cuentas cómo esa maldita hizo para meterse en mi cama y que luego su padre, casi a punto de pistola me llevara al altar? - todos se quedaron de piedra incluida yo -. Mejor les cuento yo... resulta que Úrsula, debía mucho dinero y como Abril estaba obsesionada conmigo,  se ofreció a pagarle su deuda con tal de que la ayudara a tenerme en sus manos- nos miró a todos-. No sé cómo eres capaz de defender a la mujer que mató a mi hijo- ella se puso de pie.

¿Qué?

¡Oh Dios no!

-Fue un accidente- eso lo terminó de cabrear. A todos.

-¿Un accidente?  - preguntó Valdirene cabreada al máximo-. Osea que sería accidente que yo le de a Liz un pastel con almendras sabiendo que ella es peligrosamente alérgica y ella tenga su reacción y me quede parada viendo cómo se ahoga y luego de un momento llame a su padre y finjo estar desesperada.- Maldita fuera esa tal Abril. Sin poder evitarlo, derramé varias lágrimas-.  Él desesperado trató de salvarlo, yo estuve ahí,  vi su frustración, su dolor- sollozó.

No pude evitar llorar.

¡Maldita fuera!

Tuve que sostenerme de algo para no caerme. Esto era muy delicado. 

-Lárgate de mi casa, Úrsula- Mauricio se veía devastado.

Toda la familia estaba en silencio.

La abuela de Mauro se puso de pie y caminó en dirección a la puerta,  me empujó al pasar a mi lado y yo me sostuve de un sofá.

-¡Llegó por quién lloraban!  - se escuchó la voz jocosa de un hombre-. ¡Ay, pero qué bruja!- se escuchó un insulto y cómo era azotada la puerta principal.

-Creo que es mejor que... - empezó la madre de mi ángel, pero él la interrumpió.

-No, esa mujer no va a arruinar la cena, me hicieron bajar y también hicieron que Amelia viniera,  por favor no quiero tocar más el tema. Dejémos descansar en paz a Kevin ¿si? A él le gustaban éstas reuniones- se puso se pie.

Serie Inocente #3: Inocencia Oculta. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora