---Se que no estas bien, estar contigo ahora sería como aprovecharme de ti.

Nos miramos un par de segundos, iba a irme pero sorprendenteme el me empujó y yo caí en la cama de espaldas.

Sus manos me tomaron del cuello y fueron descendiendo por todo mi cuerpo hasta llegar a mis piernas, las cuales abrió con delicadeza. Su mirada seguí fija en mis ojos mientras hacía a un lado mi hilo dental.

---Me gustan tus labios.

Sonrió con malicia y luego procedió a besar mi vagina.

Tenía a Dorian entre mis piernas y eso me volvía loca.

(...)

---Ahh...

No pude evitar gemir ante lo que me hacía.

---Eres mi niña, me encantas nena.

Abandonó mi parte íntima y subió hasta quedar muy cerca de mi.

---Y a mi tu.

Yo más que eso.

---Ay...

Me quejé cuando sentí uno de sus dedos ingresar en mi interior, el por su parte no dejaba de mirarme a los ojos.

---¿Te gusta que te haga esto?

Cuestionó con voz ronca.

---Sii...mucho.

Susurre.

---Extrañaba sentir este coñito...

Afirmó.

¿Había escuchado bien?

---Meteme tu polla.

Me estaba muriendo por dentro, el me gustaba demasiado.

---¿Dónde la quieres?

Podía notar la excitacion en el.

---En todas partes...

Sentí que besaba mi cuello y apretaba mis pezones.

---No sabes lo que dices, niña.

Reí ligeramente.

---Dame semen Dorian...

Sentí sus labios sobre los míos y su lengua dentro de mi boca.

---Te daré todo lo que tengo...

¡Qué rico!

¿Qué carajos pasaba conmigo?

---Ven.

Se levantó de la cama e hizo que me pusiera de pie tomandome de una de mis manos.

Me llevó hasta su habitación, ésta era enorme.

---Nos quedaremos en casa hoy.

Dijo luego de cerrar las cortinas.

Lo observé quitarse su ropa cuando de repente su móvil sonó.

Rodó sus ojos y alcanzó su celular  para contestar.

---¿Sí?

Su ceño se frunció.

---¿Qué hacés aquí?

El castaño me miró con preocupación.

---Esta bien, voy para allá.

Hice un puchero luego de escuchar lo último que dijo.

---¿Te vas?

Cerró la llamada y empezó a ponerse su camiseta.

---Mmm...es Renata...esta aquí, debo ir a verla al aeropuerto.

Sonreí sin mostrar los dientes.

---Claro.

Bufé por lo bajo.

---Lo siento.

Dijo antes de salir de la habitación con un su rostro completamente inexpresivo. Y una vez más, me sentí humillada por el.

Narra Rhett

Después del entierro de Sabrina sentí náuseas. Todo había sido tan estúpidamente extraño, triste y tétrico.

---Llévame a la casa Israel.

Le ordené al chófer.

---Si señor.

De todos mis amigos yo era el único que seguía en la ciudad, Roger y Austin habían sido enviados por sus padres a otros país para resguardar su seguridad tras lo sucedido.

Ahora mismo necesitaba sacar todo esto que sentía por dentro, no sabía si lo haría con alcohol, sexo o alguna droga.

Llegué a casa pero me llevé una gran sorpresa al ver a Sofía sentada en el salón principal.

---Justo a quién quería ver...

Sonreí al verla.

---Pues aquí me tienes...

Habló con tono dulzón y seductor.

---¿Cómo estás?

Me senté junto a ella y besé su mejilla.

---No tan bien como tu...

Susurró cerca de mi oído.

---¿Es esto lo que creo que es?

Quería asegurarme de no volver a meter la pata.

---¿No sé nota?

Me miró coqueta.

---¿Estas segura que quieres que te responda?

Sentí su mano cerca de la cremallera de mi pantalón y me congele.

---¿Qué acaso no es lo que siempre has querido?

Soñaba con esto.

---Creo que estas despechada a causa de tu viejito y quieres cobrartelas estando conmigo.

Observé como usaba su mano en mi.

---Si tal vez...¿Y si fuera asi? ¿Qué?

Si se iba a basar en esto...yo estaba dispuesto.

---Pues...en ese caso cuenta con un servidor si lo que quieres es vengarte.

Me acosté encima de ella.

Realmente esto no era lo que esperaba pero estaba satisfecho...

Voten y comenten

xoxoxo


La hija de mi sirvientaWhere stories live. Discover now