Sorpresa

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---¡Debes mover más las caderas!
Le exigi a una de las chicas con las que practicaba la coreo que presentaríamos por el aniversario de la institución, por culpa de Ethan ahora me encontraba comprometida en ese asunto, sonreí internamente al recordar la clase de baile que tenía pensado presentar.

---¿No crees que es demasiado?
Preguntó Irina acercándose a mi, parecía preocupada.

---No, yo creo que es perfecto.
Más perras imposible.

Nos encontrábamos en el gimnasio practicando, observé que Ethan había ingresado a éste.

---!Sigan practicando, que yo ya regreso!

Dije antes de dirigirme hacía las gradas en donde se encontraba el ojiazul.

---!Hola tu! ¿Qué hacés aquí?

Una sonrisa maliciosa apareció en su rostro.

---Sabía que harías algo así...
Expresó con orgullo.

¿Se sentía orgulloso de mi?

--¿Te ha gustado lo que viste?
Cuestione con tono seductor.

---Sí, tanto que me has provocado una ereccion.

Mis ojos se desorbitaron ante su confesión.

---!Idiota!
Negué con la cabeza tratando de no reír.

Él por su parte se carcajeo.

---!Ethan!

Irina se acercó a nosotros.

---Hola, linda.

Observé que ambos empezaron a mirarse intensamente y yo rodee los ojos.

---Seguiré practicando.
Les dije antes de retirarme.

Pronto sería la presentación y esto debía ser un éxito.

***********************************

---Deben ir a mi presentación, será este fin de semana.

Mi madre, Dorian y yo, nos encontrábamos almorzando cuando les notifique acerca de la coreografía en la que participaría próximamente.

---Hija me gustaría ir, pero tengo una cita médica rutinaria a la que no puedo faltar.

Expresó mi madre con un deje de tristeza.

---Entiendo mamá no hay problema, lo más importante es tu salud.

---Pero tu si iras ¿Cierto?
Cuestione a Dorian.

---Claro linda.
Dijo sonriendo.

Besé a mi mamá y a Dorian en la mejilla para luego subir a mi habitación.

Tenía los auriculares puestos cuando de repente el castaño entró a mi habitación.

---¡Hey!pero que falta de modales, antes la gente tocaba la puerta para poder entrar a una habitación.

Me senté en la cama cruzandome de piernas.

---¡Tengo una sorpresa para ti!
Se sentó junto a mi en la cama.

Me emocioné de inmediato.

---¿Enserio? ¡Me encantan las sorpresas!

Exclamé contenta.

---Ven conmigo.
Dijo tomándome de una de las manos.

Me coloqué mis zapatos, bajamos y nos dirigimos al garaje para después subirnos a su auto.

---Bien, como es una sorpresa, primero debo vendarte los ojos.

Lo vi sacar un pañuelo rojo de la guantera.

La hija de mi sirvientaWhere stories live. Discover now