Traslado

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---¡¡Sofía!!

Escuché la voz de Dorian llamarme.

---¡¿Qué?! ¡¿Qué sucede?!

Me levanté muy alarmada.

---¿Qué significa esto jovencita?

El castaño estaba furioso.

Miré a mi alrededor y pegué un pequeño gritó al ver a Ethan dormido a un lado de mi cama.

---El..yo...es que...esto no es lo que parece.

Empuje al bello durmiente que esta a mi lado para que despertase.

---¡Levantate Ethan!

Le grité pero éste al parecer dormía como una piedra.

---Quiero a Collins fuera de esta casa en este mismo instante..y a ti...!Te espero en 5 minutos en mi despacho!! ¿Queda claro?

El castaño estaba rojo, se notaba que estaba tratando de controlarse.

---Si.

Respondí antes de que se fuera azotando la puerta.

---¿Qué pasa?

El ojiazul bostezaba y me miraba con curiosidad.

---¡Idiota! Te dije que me despertarás, no que te durmieras tu también.

Exclamé molesta mientras buscaba un pantalón para ponerme ya que solo tenía puesto una camiseta larga, para colmo.

---Lo siento, no se como pasó...yo estaba jugando cuando...---mira, lo mejor será que te vayas.

Lo empuje prácticamente fuera de la habitación.

---¡Te llamo luego!

Me dijo antes de que le cerrará prácticamente la puerta en la cara.

---Sí, si.

Fue lo último que le dije. Respiré profundamente y decida fui en búsqueda del castaño.

Sentía que caminaba hasta la horca cuando me acercaba a la oficia de Dorian, la puerta estaba abierta y él se encontraba sentado en su silla, su ceño estaba fruncido.

---¡¿Dime que carajos estabas haciendo con ese maldito mocoso?!

Se acercó peligrosamente a mi y me sujeto de los brazos con fuerza.

---¿Dormir?

Levante los hombros.

---¿Y lo dices así nada más?

Creo que salía humo de su nariz.

---Solo te digo la verdad, no es mi culpa que seas un mal pensado.

Jugué con mi cabello mirándolo divertida.

---No juegues conmigo.

Me lanzó una mirada asesina.

---No lo hago, es más, me parece de muy mal gusto que me reclames estupideces como esas en un momento como este ¿Quién está con mi madre ahora?

Lo escuché suspirar.

---Tienes razón, esta en su habitación, dos enfermaras la atenderán de ahora en adelante.

Aquella noticia me alarmó.

---¿Es decir que esta mejor? ¿Por eso esta aquí?

El rostro de Dorian cambió totalmente, ahora parecía abatido.

---Bueno...el doctor que la trata consideró que lo mejor seria que pasé con su familia.

Noté enseguida que sus ojos estaban rojizos ¿Había estado llorando?

Mi corazón latía a mil.

---¿Cuánto tiempo le queda de vida?

Pregunté con voz temblorosa.

---Mira Sofía no creo que eso...

---¡Responde!

Grité.

---Un mes.

Lo miré con confusión para luego caer, caí de rodillas para después  sentarme sobre ellas, Dorian se inclinó hacia mi con angustia.

---Tienes que ser fuerte linda.

Me rodeó con sus brazos pero yo no correspondi su abrazo, no sentía nada, era como que si eso no estuviese pasando, no a mi.

Narra Dorian

Me encargué del traslado de Sara a la casa, contraté a 2 enfermaras particulares con turnos rotativos, el doctor había dicho que no era necesario que permaneciera en la clínica y que lo mejor sería que estuviese en casa con su familia.

---Gracias por todo mi amor, ve a descansar.

No había dormido nada la noche anterior y francamente me sentía agotado.

---Sí vaya a descansar señor, yo cuidaré bien de ella.

Besé la frente de Sara antes de irme.

---Gracias Lorena.

Así se llamaba la enfermera de turno que estaba en ese momento. Salí de la habitación rumbo a la mía y en el pasillo me encontré con Sofía, llevaba una toalla enrollada en su cabeza.

---¿A dónde vas?

Le cuestione acercándome más a ella.

---Iré a ver a mi madre, quiero estar junto a ella.

El rostro de Sofía no reflejaba ninguna expresión, lo que Sara había dicho acerca de que ella no lloraba al parecer era cierto, pese a la noticia que le dí, ella no había llorado en ningún momento y su semblante se mantuvo igual, casi diría que había sido impávido.

---Yo iré a descansar.

Me acerqué a ella y le di un cálido beso en los labios, quería más pero creo que aquél no era un buen momento.

---Te quiero.

Le dije antes de apartarme pero ella no respondió nada, solo se fue de largo.

Entré a mi habitación y luego de ducharme me recoste, no quería pensar en nada en ese momento.

Voten y comenten.

Hoy me quedé sin inspiración, me siento triste queridas lectoras y no pude continuar con este capítulo.

Saludos.

La hija de mi sirvientaOnde as histórias ganham vida. Descobre agora