La hija de mi sirvienta

Testimonio

Narra Sofía

---¿Es necesario que declare ahora mismo?

---Sí señor Deluxo, se que no es el mejor momento pero en cuanto más antes se lo realicé, más rápido podremos avanzar con la investigación del caso.

Dorian miró al agente Cárdenas no muy convencido.

---Esta bien, por mi no hay problema.

Afirmé con tranquilidad mientras miraba el enorme vidrio frente a mi, lo más probable era que ahí se encontraba alguien que grabaría todo lo que yo confesaria a continuación.

---Me alegra que quiera cooperar señorita Sanders.

Realmente no quería hablar del tema pero si no había de otra, pues ni modo.

---¿Qué quiere saber?

Tanto Dorian como Cárdenas me obervaban con bastante atención.

---Iré al punto, en los exámenes médicos que se le realizaron se confirmó que usted no sufrió ningún tipo de agresión sexual pero el joven Kozac en su declaración mencionó que cuando el la encontró, su blusa estaba entreabierta y manchada de sangre. ¿Señorita Sanders puede usted explicarme que fue lo que le sucedió exactamente?

Relami mis labios.

---Fui agredida por parte de uno de los secuestradores cuando fui al baño. La sangre en mi ropa le pertenecía a Sabrina Grenow.

Debía meterle más drama al asunto.

---Fue horrible...yo le decía que me soltará pero el...el no me hacía caso.

Agregué alterada.

---¡Malditos desgraciados!

Exclamó Deluxo mientras apretaba su puño.

---¿Puede ser más clara y decirme que fue específicamente lo que aquél sujeto le hizo?

Dorian frunció el ceño tras la pregunta del policía.

---Me empujó al suelo, me arrancó la blusa, apretó mis pechos y me tocó aqui...

Apunté mi parte íntima con timidez e inocencia.

El castaño se levantó de su asiento y se dirigió hasta la puerta de la oficina de Cárdenas.

---¡Lo siento! ¡No puedo seguir escuchando esto!

Agregó antes de salir e irse.

Cárdenas suspiró y yo me encogi de hombros.

---Se que esto es difícil pero créeme que me ayudarás bastante con tu testimonio.

Sonreí sin mostrar los dientes.

---Entiendo...

Dije con firmeza.

---¿Cómo es que usted tenía sangre de la señorita Grenow en su ropa?

Pensé bien en mi respuesta.

---Fue porque ella...

(...)

Narra Dorian

Me sentía demasiado impotente y molesto.

Después de calmarme un poco, volví a la oficina de Cárdenas, no quería que Sofía se sintiera sola.

Apenas reingrese, Sofía volteo a verme al igual que el policía, luego ella continuó hablando.

---Sabrina murió en mis brazos.