Extra: El casamiento

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Me volví a cambiar de ropa. Estaba nerviosa, hoy era el día.


¡Clea! ¿Qué me pongo?

Tengo un dejavú.- Se rio.- Ponte el vestido verde agua, ahí ya te pondrás el vestido adequado.


Hice lo que me decía, sin poder evitar pensar en todo lo que había pasado desde ese día en el que le había pedido consejos para vestirme de una forma que pareciera humana; había recuperado mi relación con mis hermanos, tenía unos grandes amigos con los que podría confiar durante el resto de mi vida, y un mate.

Un mate. Y pensar que hace un tiempo no hubiera querido ni oír hablar de esa palabra. Sentía tanto odio dentro de mí... ese sentimiento de tristeza se ha ido, y por primera vez en mucho tiempo me siento contenta, soy feliz.

He decidido escuchar a mi corazón por primera vez en mucho tiempo, y he decidido dejarme conquistar. Por primera vez en mucho tiempo, hoy puedo afirmar que me he enamorado, que he abierto mi corazón a alguien más, que he escuchado y no he callado.

Estos meses junto a Liam he sido muy feliz, no me arrepiento de nada.

Aunque tampoco creo que hoy sea el día preciso para arrepentirse.- Pensé divertida.

Salí de la habitación de invitados de la nueva casa de la manada.

Después del nombramiento de Liam como alfa de la manada Blue Moon Blood las cosas habían cambiado mucho. La maldición se había roto, la manada volvía a brillar. Habíamos hecho volver a construir todas las casas destrozadas, habíamos curado a todos los heridos, y nos habíamos asegurado de que todo el mundo volviera a estar bien.

Y hoy, me encontraba parada en una habitación de la casa de la manada esperando a que llegara Bella y Alicia, la mate de Jonathan, para ayudarme a prepararme.

Alicia era una chica estupenda que me había encantado conocer mejor, y la cual estaba segura de que sería una pareja estupenda para Jonathan.

Estuve encerrada con ellas en esa habitación lo que me parecieron horas (y seguramente lo fueron) mientras no podía parar de pensar en la decisión que estaba tomando.

Finalmente, cuando estuvimos todas listas, se pusieron cada una a un lado mío y nos miramos juntas en el espejo.

- No me hagas llorar, ¿me oyes?- Me dijo Alicia, que sin dudarlo era la más emotiva y sensible de las tres, mientras terminaba de retocarse el maquillaje.

Les sonreí una última vez antes de salir de la habitación en dirección a mi nuevo futuro.

Llegué al punto en el que había acordado encontrarme con mis hermanos para que me escoltaran, y nos dirigimos juntos, sin hablar, al lugar donde se celebraría todo.

Antes de entrar, mis hermanos me detuvieron.

- Sabes que te queremos muchísimo, ¿verdad?- Dijo Neil mirándome fijamente a los ojos.

- Y que a pesar de todo lo que pase siempre te querremos.- Agregó Max.

Yo asentí con lágrimas sin derramar en mis ojos.

- Yo también os quiero mucho.-Les confesé, para a continuación abrazarles.

Después de ese momento, cogí el brazo de cada uno, y entramos en la sala.

Todo estaba decorado con flores blancas y azules.

Cada asiento, donde se encontraban todos a los que quería, además de toda la manada de mis hermanos y la mía, estaban decoradas con cintas blancas con flores entretejidas.

Empecé a caminar por la alfombra azul mientras fijaba mi mirada en la persona que se encargaría de hacer mis días más especiales, la persona con la que estaba a punto de unir mi destino para siempre.

Cuando mis hermanos me hubieron dejado en manos de Liam, y se hubieron retirado, la ceremonia empezó.

Drew, que se había sacado una licencia para poder oficiar esta ceremonia a petición mía, empezó a hablar.

- Estamos hoy reunidos aquí para casar a estas dos almas gemelas que se han reclamado y han decidido unirse delante de los ojos de la Diosa.

Andrew siguió hablando, pero yo dejé de escucharle; los nervios me estaban matando.

Entonces, Drew le hizo la importante pregunta a Liam:

- ¿Aceptas a Bryana como tu esposa, la madre de tus hijos y la luna de esta manada para respetarla, cuidarla, protegerla y vivir por y para ella?

- Acepto.-Contestó mirándome fijamente.

- Y tú, Bryana, ¿Aceptas a Liam como tu esposo, tu pareja eterna, para protegerlo, respetarlo, cuidarlo, vivir y morir por él?

Bajé la mirada nerviosa, sin poder mirarle a los ojos, y empecé a pensar en todo lo que había vivido con él, y en las ganas que tenía de vivir muchas cosas más. Pensé en los hijos que querría tener con él, en las ganas que tenía de estar con él toda la vida.

Entonces, levanté la mirada para poder mirarle a los ojos, y vi en ellos el mismo amor que yo sentía por él.

Y entonces lo supe.

Estaba preparada para dar el sí definitivo. Ese sí que cambiaría mi vida para siempre, que me convertiría en el núcleo de gravedad de una manada entera.

Abrí la boca inspirando profundamente, y, sin dejar de mirarle fijamente pronuncié las palabras que cambiarían mi vida para siempre.  

- Sí, quiero.



LA DECISIÓN DE UNA LOBAWhere stories live. Discover now