DIECISIETE

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Salimos juntos durante una semana. Día tras día me lo encontraba parado enfrente a la puerta de la casa de la manada.

Durante esa semana, Jonathan me contó por qué razón nos habíamos encontrado en el internado Jollye Jones; se habían infiltrado con la misión de ganarse mi confianza y hacerse mis amigos para lograr que yo aceptara el trato con Nikolay más fácilmente. Al saber eso, al principio me puse furiosa pero lo terminé perdonando. Al fin y al cabo, al final había sido sincero conmigo y me lo había contado.

Un día, mientras paseábamos por la manada, terminamos en un banco en la plaza principal.

Entonces, de repente, una rubia con cara de faltarle algunas neuronas apareció y me tiró un helado encima.

Cuando la miré, furiosa, se puso a reír.

Yo, sin dudarlo, la enfrenté; pero ella, ante mis palabras empezó a reírse más de mí y me dijo que me lo merecía por acercarme a su novio.

Aún recordaba lo que me había contestado en cuanto le dije que no sabía de qué hablaba.

<<Conmigo no te hagas la santa. Sé que te has estado acercando a mi novio, y no lo voy a tolerar. Sabes perfectamente quién es, estúpida. Aléjate de Liam o me las pagarás.>>

Después de su corto monólogo, le estampé un puñetazo en la cara por llamarme estúpida. Y fue gracias a Jonathan que no me lancé encima de la rubia y le arranqué las pestañas postizas.

Ese incidente no fue el único que tuve debido a Liam.

Unos días más tarde, me enteré de que había estado esparciendo rumores sobre mí, y que le había dicho a todos en la manada que yo era muy fácil.

Conocí ese hecho debido a que más de un chico se me acercó para hacerme propuestas por las cuales les rompí más de un hueso.

Finalmente encaré a Liam y le hice entender a puñetazos que no podía ir por el mundo insultándome e inventando cosas sobre mí.

Una semana después de ese acontecimiento, me encontraba en un parque de un pueblo próximo a la manada.

Había decidido salir a pasear por el bosque, y me había topado de lleno con este pueblo. Después de comprarme un helado, me había sentado en una pequeña banca que había en el parque, y allí estaba, decidida a pasar el rato y a disfrutar de la soledad de estar lejos de esa manada de podridos.

De repente, oí un ruido detrás de un arbusto.

Me puse de pie con calma, y me fui acercando allí, haciéndome la distraída.


Hay algo raro allí. Detecto a alguien conocido. Un lobo, quizás. Pero estoy segura de que no es alguien de la manada Blue Moon Blood.

¿Estás segura?

Al cien por cien.


Eso llamó mi atención, ¿Quién podría ser?

Me acerqué por detrás y de repente lo vi. Seguía igual que siempre, con su pelo castaño claro completamente alborotado, su pose de mujeriego y su cara de diversión infinita.

Me miró.

Sus ojos seguían tan grises y tan oscuros como siempre, pero se podía notar que había madurado. Sus ojos ya no tenían ese brillo de inocencia de cuando era pequeño, y en su cara se marcaban líneas de resolución.

Definitivamente, mi hermanito pequeño parecía más grande que nunca.

* * *

¡Nuevo personaje!

¿Qué querrá...? :)

¡Votad y comentad qué os ha parecido el capítulo. ;3

Nos leemos pronto.



LA DECISIÓN DE UNA LOBAWhere stories live. Discover now