VEINTIDÓS

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Me encontraba de pie, en mi antigua habitación, dentro de mi antigua manada, y no podía reaccionar.

Todo seguía exactamente igual que cuando me fui. Las paredes, pintadas de azul cielo y con grabados plateados en puntos estratégicos; mi armario blanco, con las puertas aún abiertas; una silla con ropa apilada en ella; la cama, con sábanas plateadas. Sabía que si me tumbaba en la cama y miraba al techo, vería estrellas pintadas en plateado que me había hecho Neil cuando yo tenía siete años.

Me senté en el suelo. Esto era demasiado.

Inspiré hondo, pensando en que dentro de poco tendría que ir a cenar con mis hermanos y mis padres.

Al pensar en comida mis tripas rugieron recordándome que no había comido nada desde el desayuno; estaba hambrienta.

Unos golpes en la puerta me hicieron levantarme de golpe.

- ¿Quién es?

La puerta se abrió sin que nadie contestase.

- Tu hermano favorito, ¿quién si no? -Max me sonrió, burlón.- Es hora de ir a comer, Bryna. Y no sé tú, pero yo me muero de hambre, así que vamos.

Me levanté y lo seguí por la casa donde me había criado hasta el comedor.

Por el camino, no pude evitar pararme en la fotografía de familia que se encontraba en el pasillo de antes de llegar al comedor. En esa fotografía salíamos todos muy sonrientes, vestidos con nuestra mejor ropa; pero yo me acordaba que minutos antes de hacerla yo me estaba peleando con Max porque me había tirado del pelo, y Neil había tenido que intervenir para que no nos matáramos.

Al llegar al comedor, vi que la mesa se encontraba servida, y la gente estaba sentada en el que supuse que era su sitio de siempre.

Dirigiendo la mesa se encontraba Neil, con un chico rubio muy apuesto que supuse que era Jack, su beta, a su derecha. A su izquierda, vi a Max junto a una rubia de buen cuerpo que intuí que era Jane, su mate. Al otro lado de la mesa se encontraban mis padres, con mi padre dirigiendo la mesa por el otro lado.

El único espacio que quedaba disponible para mí, era al lado de mi padre, con un asiento vacío a mi izquierda, o al lado de Jack, con un asiento vacío a mi derecha; de manera que me senté al lado de Jack sin dudarlo ni un momento.

Empezamos a comer en silencio hasta que Max lo rompió.

- Bueno gente, ya nos encontramos todos aquí reunidos. ¿Y si empezamos a hablar de las cosas importantes?

Cogí aire profundamente.

- Creo que eso sería una buena idea.- respondió Jack.

- ¿Qué queréis?-pregunté.

Neil me miró en silencio.

- Tu ayuda.- Dijo mi padre.

Lo miré sorprendida.

- ¿En qué?- Dije amargamente.- ¿Para qué tendría que ayudar a las personas que me echaron de mi manada, a las personas que me abandonaron a mi suerte cuando los necesitaba?

- Qué osadía de tu parte decir esas palabras. ¿Te las crees de verdad?- Contestó mi progenitor.

- Fuiste tú la que nos traicionó y eligió a nuestro enemigo en vez de a nosotros. -Dijo mi progenitora.- ¡Tú fuiste quien eligió primera! ¡No nos diste otra opción! ¡Si te hechamos fue para que recibieras lo que te merecías! Y créeme cuando te digo que no arrepiento ni un día de haberlo hecho.

- Y lo volveríamos a hacer.- Finalizó mi padre.

Enfadada, me levanté de mi asiento.

- ¿Sabéis qué os digo? Que os podéis ir a...

Entonces Neil se decidió a hablar.

- Queremos tu ayuda para derrotar a Blue Moon Blood.

* * *

¡Qué rábia me dan! Se ha descubierto algo importante...

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¡Hasta pronto! <3



LA DECISIÓN DE UNA LOBAWhere stories live. Discover now