Siempre a tu lado.

Capítulo 29.

Era lunes por la mañana. Me desperté debido a la luz del sol que salía de las estrechas ventanas de mi habitación. Miré la hora en mi reloj, eran a penas las ocho de la mañana. No tenía que estar en el colegio hasta las nueve, porque nos habían cambiado el horario. Me levanté de la cama y lo primero que hice fue mirarme al espejo y, cómo era de esperar, tenía unas prominentes ojeras por la falta de sueño. Ayer me dormí abrazada al papel del médico. Debo devolverlo al cajón de Niall cuanto antes. Abrí la puerta de mi habitación con cautela. Miré si había alguien en el pasillo y  salí de mi habitación. La puerta de la habitación de Niall estaba abierta. Era muy extraño ya que el siempre la cerraba cuando salía. Aprovechando su ausencia, entré en su habitación y dejé el papel en el mismo sitio donde me lo encontré. Suspiré cuando cerré el cajón y apareció Niall. Me miró a los ojos con tristeza. Él sabía que yo ya me había enterado de todo. Vino lo más rápido que pudo hacia mi e intentó abrazarme pero yo me aparté.

-¿Porqué no me habíais dicho nada?-Susurré bajando la vista hacia el suelo.

-No queríamos preocuparte Sarah. Entiendenos.

-¿Que no queríais preocuparme? Es mi madre por el amor de dios, es normal que me preocupe por ella.-Dije subiendo el tono de voz.

-Es también mi madre y tu eres mi hermana y no queríamos que sufrieras.-Dijo él con un tono más calmado.

-Voy a sufrir igual Niall. Pero lo que más me duele de todo esto es que no me contaras nada. Confiaba en ti. Me prometiste que me lo contarias todo, absolutamente todo. Pero ya veo que era todo una mentira. -Sollocé.

-Yo... lo siento. 

-No me vuelvas a hablar nunca más. - Dije y me fuí.

Cogí mi mochila del colegio y bajé por las escaleras. Allí estaba mi madre sentada en el sofá.

-¿Qué son esos gritos?- Me preguntó.

Le miré a los ojos y ella me miró con tristeza. Con tan sólo una mirada nos entendimos. Era suficiente. Cogí la bici del garaje y me fuí camino a la escuela. Necesitaba hablar con Harry. Aclararlo todo. Sólo esperaba que él tampoco lo supiera.

Cuando llegué al pasillo donde se encontraba mi clase, vi una pareja besándose. Las lágrimas no me dejaban ver muy bien.  No le di importancia hasta que a medida que me acercaba me fijé  en quienes eran. Lo que no podía creer esque mi novio fuera el que me había engañado con mi mayor enemiga.