Capítulo 24.

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Era lunes por la mañana. El sol era resplandeciente. Me levanté sin necesidad de ponerme una alarma ya que la noche anterior me acosté pronto. Me cambié y bajé a la cocina. No había nadie. Mi madre se habría ido a trabajar cómo cada mañana y el dormilón de Niall aún estaría en la cama. Ayer, cuando vimos el desastre que dejaron unos ladrones, llamamos a la policía y ésta nos dijo que si encontrabamos algo fuera de lugar que se lo dijesemos, pero que sin pruebas de que nos habían robado algo, no podían hacer nada. Mientras me hacía el desayuno, recordé todo lo ocurrido el día anterior con Harry. El beso que nos dimos en la cabina del London Eye, el paseo por Hyde Park, la apuesta entre Anne y Niall. Sonreí ante el pensamiento de éste último. Eran un caso perdido.

-Buenos días. -Una voz me sacó de mis pensamientos.

 -Buenos días Niall. -Le respondí.

-¿Qué me has hecho para desayunar? -Dijo mirando las deliciosas tostadas untadas con mantequilla.

-A ti nada. Son para mí.

-¿A sí? Mira está Harry ahí en la ventana. -Me giré bruscamente hacia la ventana y cuando me dí cuenta de que era una mentira,  vi a Niall correr con mis tostadas hacia su habitación.

-¡Niall! - Le chillé. Él se reía mientras subía las escaleras. Decidí dejar que se las comiese pero ya le devolvería lo que me había hecho. Subí a mi habitación a por la mochila y me dirigí a la puerta dónde seguro que Harry estaría esperándonos cómo cada mañana.

-Hola Sarah. -Dijo Harry cuando me vió salir de mi casa y posó un pequeño beso en mis labios.

-Buenos días Harry. -Le devolví el beso.

-¿Vamos?-Dijo Niall mientras cerraba la puerta. Nosotros asentimos.

De camino al colegio había silencios incómodos. No sabíamos que decir. Niall y Harry hablaban sobre todos los trabajos que tenían para esa semana mientras yo sólo escuchaba y a veces asentía. Cuando llegamos a nuestra aula, cada uno nos sentamos en nuestros respectivos sitios pero Harry ésta vez se sentó a mi lado. Era la hora de francés. Cómo Harry y yo íbamos a clases particulares sabíamos lo que explicaba el profesor por lo que nos pasamos toda la clase hablando a susurros sobre lo ocurrido ayer.

-¿Te vienes a comer conmigo? -Preguntó él.

-Mañana es el cumpleaños de mi madre y tengo que ir a comprarle un regalo. -Le dije.

-¿Quieres que te acompañe a comprarselo?

-Vale.-Sonreí. -Al salir de clase.

-Está bien. -Respondió sonriendo.

Sonó el timbre. Salí de clase junto a Margarette y Cecilia cuando vi a Harry en el pasillo con Maya, riéndose. Pero, ¿que hacía él con ella?Me estaba poniendo nerviosa.

-Sarah,¿te vienes? -Me preguntó Cecilia sacandome de mis pensamientos.

-No, voy a ir al centro comercial a comprarle un regalo a mi madre. Con Harry. -Le dije.

-Ah vale. Nos vemos mañana.-Dijo ella.

Cuando terminé de hablar con Margarette, me fui directa donde Harry se encontraba. Maya iba a hacer un comentario grosero cuando...

-Sarah. -Dijo Harry dándome un beso en los labios.

-Hola. - Me sonrojé. Miré a Maya con cara de asco.

-¿Sois novios?-Dijo ella asombrada.

-Sí.-Le respondí.-Harry tenemos que irnos.

-Vamos. Adiós Maya.-Dijo Harry pero no hubo respuesta.

Nos fuimos a una estación de autobuses que había cerca del instituto. Me puse los auriculares y empezé a escuchar música. Al cabo de unos minutos, Harry cogió un auricular y se lo colocó en su oreja. Empezó a tararear la canción de Want you back de Cher Lloyd. Esa fué la primera canción que bailamos en Ibiza, cuando éramos más pequeños ya que en esa época, esa canción estaba de moda. Subimos al pequeño autobús hacía el centro comercial. Una vez allí, fuimos a una joyeria.

-¿Cuál de estos dos te gusta más?-Le dije a Harry señalando los dos pares de pendientes que estaban expuestos en el escaparate.

-Las perlas. Son más elegantes. -Sonrió.

Pagué por los pendientes y salimos de la joyería. Fuimos merendar a una cafetería de por allí.

-¿Y de que hablabas con Maya? - Le dije sin demora.

-Me estaba contando que Zayn el otro día iba tan borracho que cuando llegó a su finca, llamó a una casa que no era la suya.

-¿Y eso os hace tanta gracia?

-Es gracioso.-Dijo.-¿Que te pasa?

-Creía que no te caía bien.

-Bueno, es simpática. Ahora me cae bien.

-Genial.-Suspiré.

-Pero yo te quiero a ti, Sarah. Ella sólo es una amiga. Y ahora vamos a la tiendo de música o nos cerraran.

-Yo también te quiero.

En la tienda de música, Harry cogió una guitarra y empezó a cantar delante de todos. Estaba avergonzada. Cuando él vió mi expresión, se empezó a reir y cantar más fuerte.

-Cantas bien. -Dije cuando salimos.

-Gracias. Me gustaría ser un compositor y poder cantar mis propias canciones. Ya tengo alguna canción escrita.

-Wow, ¿de verdad? Me las tienes que enseñar. Seguro que eres el mejor cantante del mundo.

-¿Y tu que quieres ser?

-La mejor periodista de Reino Unido.

-Seguro que lo conseguirás.-Me dió un suave beso en la mejilla.

Cojimos el autobus de vuelta. Cuando llegamos a nuestra calle nos despedimos. Entré en mi casa y encontré a mi madre y a Niall llorando en el salón. ¿Que había ocurrido?

Siempre a tu lado.Where stories live. Discover now