el tercer tipo

•1•

Minhyuk se levanta, y como cada mañana, el malestar vuelve a invadir su cuerpo, ahogándolo en un mar de amargura y frustración.

Es de día, y de nuevo, debe afrontar sus demonios.

>En este mundo, solo hay dos tipos de personas,
Los que pisotean y los pisoteados.
Y tu claramente eres del segundo tipo.<

Sus manos pálidas y delgadas agarran el vaso de agua que aguarda en su mesilla de noche y de un golpe, se traga sus dos pastillas de las 7.

Minhyuk se siente enfermo, y por eso nunca se queja cuando su psicólogo le receta más pastillas.

Minhyuk se siente enfermo, y la falsa paz que le aportan las pastillas es la mejor parte del día.

Desde el comedor, el olor de pan tostado y miel le interpela, pero al muchacho solo le entran ganas de vomitar.

El solo pensar en comer algo le revuelve el estómago...

>No es así como evitarás que te llamen anoréxico.<

De nuevo esa molesta voz que le susurra palabras envenenadas.

Anorexia.
Minhyuk no es anoréxico.
Solo es delgado.
Delgado y blanco.
Delgado y frágil.

Y Minhyuk no quiere cambiar.

No quiere comer.
No quiere engordar y ver desaparecer las marcas de sus huesos, su estrecha cintura y sus esqueléticas piernas.

Minhyuk se siente enfermo, y siendo tan delgado, también lo parece.

Y es gracias a esa delgadez que evita la tortura de la clase de deporte, que convence a sus padres de llevarlo al psicólogo y que convence al médico de recetarle pastillas.

Minhyuk solo ama una cosa de su cuerpo, y es esa delgadez protectora, por muy asquerosa que les parezca a los demás.

Minhyuk se viste con la ropa del día anterior, sabiendo que si no es por eso, será por otra cosa que se burlarán de él.

>Da igual como te peines o vistas, sigues siendo el mismo patético Lee Minhyuk.<

Sale a la calle sin despedirse de su madre y se sienta en un banco, la cara pálida de fuertes ojeras dirigida hacía el sol, que contrariamente a su alma, brilla como nunca.

Es primavera, y la calle rebosa de vida.

Faltan dos horas para el inicio de las clases.