Capítulo 49: Vencer no significa ganar

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18 de febrero

Las clases ya habían terminado aquel día, y todo pintaba para ser como cualquier otro día allí, hasta que el profesor dio un anuncio importante, como de costumbre:

─No se olviden señores de que mañana es el último día para poder elegir el taller de su preferencia, recuerden que es obligatorio elegir al menos uno.

Y Leonardo salió del aula con estos pensamientos en su cabeza. Hasta aquel día se había enfocado, junto con los demás en la misión que les había asignado Sigma, y por eso no había prestado mucha atención a las normativas ni a la vida escolar del colegio.

Sin embargo, algo dentro de sí, que en su momento no sabía qué era, pero que relacionó a cierto sentimiento que tenía desde que salió de casa o quizá desde antes, este sentimiento nuevo le susurraba que aun estando en esa escuela y en esas circunstancias, debía respetar las normativas de la escuela, y debía conseguir un taller en el que quedarse.

Se dirigió entonces a una mampara situada en el pasillo donde venían anunciados los talleres que habían, en qué consistían y anexos a estos, una lista en la que, el interesado podía poner su nombre para poder inscribirse.

Estuvo leyéndolos todos en inglés y en francés, pero sólo se detuvo a leer los de inglés ya que estos últimos los entendía mejor, y fue así como lo encontró Miranda, la chica también acababa de salir de sus clases y fue cuando se topó con el chico:

─¿Qué haces?

─Creo que me meteré a un taller─ respondió sin apartar la vista de la mampara.

─¿Un taller? ─preguntó asombrada Miranda.

─De los que dicen que son obligatorios ─respondió el chico─ Y estoy viendo cuál me conviene.

─No creo que sea necesario ─dijo Miranda─ Recuerda que estamos aquí por... bueno, otras razones.

─Lo sé ─respondió─ Pero, algo dentro de mí, quiere hacerlo, no se realmente que sea, pero quizá es por el hecho de que siempre he sido muy aplicado, aun en situaciones donde no es necesario, pero también fue porque, estos días en la escuela, me hicieron extrañar un poco la escuela en la que asistía antes, y eso me hizo darme cuenta de que no he podido superar el hecho de haber quedado fuera de mi escuela.

─Y eso fue lo que a la larga te impulsó a irte de tu casa ─razonó Miranda─ Sé la historia, Karely me lo contó todo.

─Sé que no nos quedaremos mucho tiempo y que debemos terminar nuestra misión ─dijo el chico─ Pero aun así quiero hacerlo, al menos hasta que nos vayamos de aquí.

Miranda vio al chico con un poco de lastima, como si tratara de comprenderlo, pero no pudo hacerlo, ella también había dejado de asistir a la escuela desde hace mucho a pesar de su edad, porque se había dedicado a su carrera artística, pero a diferencia de Leonardo, Miranda nunca sintió aquello de lo que le hablaba el chico.

─De acuerdo ─aceptó Miranda─ Y para que no te sientas solo, también me meteré contigo al taller que elijas.

─¿De verdad?

─Claro ─respondió─ Quizá también con esto podamos despejarnos y pensar bien en cómo localizar a Cendrillon.

─Sólo que ─dijo Leonardo─ No sé bien qué taller elegir.

Llevándose la mano a la barbilla, reflexionó:

─Supongo que tendré que preguntarle a Himiko.

─¿Por qué te interesa inscribirte a un taller si no nos quedaremos mucho tiempo en esta escuela? ─preguntó la japonesa cuando el chico le comentó aquello, enfrente de Miranda y Mady─ Sabes bien que tenemos cosas más importantes que hacer.

La Diferencia (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora