Capítulo 37: Días como estos

4 1 0
                                    

31 de diciembre

Desde muy temprano y durante casi todo el día, Leonardo y Yamato han hecho limpieza en su departamento, sobre todo después de estar ausentes por 5 días, barrieron, sacudieron, lavaron todo lo que se podía y debía lavar hasta que el apartamento adquirió una limpieza tal que parecía recién construido.

─¿De verdad es necesario que hagamos tanta limpieza? ─preguntó Leonardo un poco fatigado.

─Claro que si ─contestó Yamato─ Es una tradición japonesa que se haga una limpieza general de toda la vivienda, para eliminar todas las impurezas acumuladas durante el año y para recibir el año nuevo limpios.

─Eso ya lo sé ─dijo Leonardo─ Me refiero al hecho de que dentro de unas 2 o 3 semanas dejaremos este apartamento y...

Y Yamato se detuvo en seco, había estado muy afanosa en la limpieza, pero el comentario del chico lo detuvo, una incipiente melancolía comenzó a invadir el corazón de la chica, Leonardo, al percatarse de ello, entendió lo que pasaba:

─Yo, lo siento, no quise ponerte...

─No, está bien ─dijo ella suspirando resignada─ Eso lo sabemos de sobra, por eso estoy tan afanada en esto, quiero que estos últimos días sean los mejores.

─Ya lo son ─dijo Leonardo mientras se acercaba a la chica─ Bueno, si me lo preguntas, el viaje a Kioto fue de lo mejor que he hecho aquí, pero también me divertí aquí en Tokio.

Leonardo tomó las manos de Yamato y las levantó a la altura de su pecho.

─Recuerda que yo aún tengo una misión aquí.

─Eso es cosa de los dos ─dijo Yamato sonriendo.

Se quedaron un rato más viéndose fijamente hasta que reaccionaron y se soltaron un poco apenados.

─Bueno ─dijo Leonardo mirando a otro lado─ Por cierto, ¿Qué haremos esta noche?

─Una cena de Año Nuevo ─contestó Yamato─ Pero la haremos más temprano, porque mi papá quiere que vayamos al templo a la medianoche, y además la cena será en casa de mis padres.

─Espera, ¿Qué? ─comentó Leonardo decepcionado─ ¿Entonces por qué estamos limpiando tanto? Pensé que al menos la cena iba a ser aquí, al menos así valdría la pena todo lo que hemos hecho.

─Ya te dije por qué estamos limpiando ─respondió Yamato.

─Pero ahora somos menos ─dijo Leonardo─ Nadeko-chan y su hermano se fueron a Hokkaido a pasar el Año Nuevo con su familia, y Kanade-chan pues.

─Kanade-chan tampoco va a venir ─dijo Yamato─ Ella si tendrá aúna cena de Año Nuevo con su madre.

─Es que como dijo que su madre no celebraba la Navidad creí que...

─Sólo la Navidad ─comentó Yamato─ Año Nuevo es otra cosa. Ah, y, por cierto, después de ir al templo caminaremos al monte Fuji, mamá quiere que veamos el primer amanecer del año.

─¿Caminaremos toda la noche?

─Si ─contestó Yamato─ No me agrada la idea porque no me gusta caminar mucho, pero creo que valdrá la pena cuando veamos la salida del sol.

Yamato se alejó, tomó una caja de cartón del suelo, y dijo mientras saca algunos adornos:

─Sé que no estaremos mucho tiempo en este departamento, pero aun así quiero poner estos amuletos.

─¿Amuletos?

─Son amuletos que los japoneses ponen en las casas para recibir el Año Nuevo ─explicó Yamato y acto seguido sacó un primer amuleto. Consistía en 3 ramas de bambú cortadas diagonalmente y pegadas entre sí, de diferentes longitudes, adornada con ramas de pino y ciruelo, todo atado con una cuerda de paja y un moño multicolor con motivos sintoístas.

La Diferencia (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora