Capítulo 17: El camino hacia la verdad

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25 de octubre

Miranda y Leonardo se encuentran paseando por las transitadas calles de la ciudad de Chicago, a donde siempre, sin importar a donde se muevan, habrá gente yendo a todos lados, después de los acontecimientos del pueblo de Canadá, Miranda había estado muy pensativa sobre ciertas cosas que le había pedido la persona conocida como Sigma, y no sabía cómo planteárselas a Leonardo, la hora del encuentro que todos, excepto Leonardo y Karely esperaban había llegado, y ella tenía la responsabilidad de comenzarlo, pero no sabía cómo, o mejor dicho, no sabía que decir al respecto, sabía que algo como esto sería demasiado drástico para Leonardo considerando el comportamiento de Miranda desde que la conoció hasta ese día, uno completamente diferente al que el conoció, se preguntaría como reaccionaria Leonardo a esta situación, si el chico se sorprendería al punto de rechazarlo, básicamente tenía muchas cosas en su cabeza, aunque quizá sólo estaba exagerando, pero aun así, se sintió muy presionada, y por esa razón decidió, por sugerencia propia, salir a dar una vuelta con Leonardo, aunque no le había dicho aun dónde irían, con el propósito de despejar su mente.

Y así habían llegado a esa situación, caminando por las calles de Chicago desde hace más o menos una hora.

─Oye ─pregunta Leonardo a una Miranda pensativa─ ¿Tienes hambre?

─Ehh... ─comenta Miranda después de salir de sus pensamientos─ ¿Tu ya tienes?

─Un poco ─le dice el chico─ Pero hubiera preferido quedarme en casa a comer y después pasear.

─Ahh... perdón ─se disculpa Miranda─ De todos modos podemos comer por aquí.

─Pero yo quería probar tus omelets ─le dice Leonardo─ Aunque en aquella ocasión los hiciste estando borracha, te quedaron ricos.

─No sé si considerar eso como un cumplido ─le dice Miranda viendo de reojo al chico.

─Lo fue ─le dice Leonardo─ Si estando así te quedaron ricos, imagínate estando sobria.

─Pero mejor vayamos a un restaurante ─le dice Miranda─ Pedimos omelets y así notaras la diferencia entre los míos y los que nos den ahí, porque además quiero platicar contigo acerca de algo.

─¿De qué? ─pregunta Leonardo.

─Ya te enteraras ─le dice Miranda.

─De acuerdo ─dice Leonardo─ ¿A dónde quieres ir?

─¿Ahí está bien? ─pregunta Miranda mientras señala un restaurante al otro lado de la calle, justo frente a ellos, pero se dio cuenta de que lugar era realmente y mejor se retractó─: Oh, espera, me habías dicho que no querías ir ahí.

─No me di cuenta ─le dijo Leonardo─ ¿Tan cerca estábamos?

─¿Entonces vamos a otro lado? ─pregunta Miranda.

Cuando Leonardo estaba a punto de decirle a la chica que sí, los dos oyeron un fuerte ruido, proveniente del restaurante, un fuerte estruendo que sonó como si cientos de cosas frágiles se rompieran al mismo tiempo, los dos cruzaron la calle y entraron al restaurante, el cual ya se estaba comenzando a llenar de curiosos, siendo que antes casi no había comensales. También los cocineros y chefs, los viejos amigos de Leonardo se asomaron al oír la convulsión.

Al ingresar por la puerta principal, los dos, junto con los demás curiosos, vieron a una chica tirada en el suelo, no parecía herida, más bien, parecía estar ebria por la forma en cómo trataba de levantarse, al mismo tiempo, una chica rubia, vestida con un uniforme como de maid, con una escoba en mano, le estaba diciendo que se levantara amenazándola con que, si no se iba, la sacaría del restaurante a punta de escobazos.

La Diferencia (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora