Día 390

147 19 0
                                    

Muy temprano, me levanté. Hice mi cama. Llevaba 390 días sin hacer eso. Porque hacerlo significaba que no volvería a ella. Que no necesitaba de su protección.
Después de acomodar mis osos de peluche, la observé. Tuve miedo. Pero decidí que no debía dudar.

Aún en pijama, bajé por las escaleras. Fui a la cocina. Mamá estaba ahí. Me observó. Alarmada por mi presencia, me preguntó si algo había pasado. Le dije que no. Le dije que quería estar ahí. Con ella.
Sonrió y me mostró lo que había cambiado en la casa desde que me fui.

Porque así había sido. Yo no había estado ahí.

Mis Días Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora