Día 260

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Era mi día 260 y ya había intentado suicidarme una vez. Claro, había sido antes del día 100, no recordaba el día con exactitud porque en realidad no recuerdo mucho de esos días. Sólo puedo traer a mi mente lo mucho que dolía. Lo insoportable que era vivir así. Porque simplemente pensar me derrumbaba.

Cuando empecé a estar conciente de mi existencia y de mi presente, fue cuando me encontré a mí misma en un sofá, tomando terapia junto a mi madre. No sabía qué había pasado antes de eso, es más, no sabía cómo había llegado ahí o quién me había puesto la ropa que llevaba encima. Como si despertara de una pesadilla.

Entonces, la psicóloga dijo que yo sufría un terrible caso de depresión. Mamá le preguntó si iba a poder curarme. Ella le dijo que dependía de mí.
Fue en ese momento cuando por primera vez pensé en mí, en lo que pasaba. No sabía siquiera en dónde estaba, o porqué.

Pensé que curarme jamás iba a poder depender de mí.
Pero mamá tomó mi mano y dijo que estaría bien. Yo no sabía qué había ocurrido o quién era yo, pero sabía que mi madre no era una mentirosa.

Mis Días Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora