18. d i e c i o c h o

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Ya era la quinta vez que tenía que limpiar el sudor de las palmas de sus manos en los pantalones. Su corazón no paraba de martillear más fuerte a cada segundo que pasaba. Desde donde estaban, tras las cortinas de fondo del escenario, veían a la perfección la actuación de Lisa y Jennie moviendo grácilmente sus delicados cuerpos al son de la música. Debía admitir que ambas chicas bailaban espectacularmente bien, y lo que era aún más sorprendente era su compenetración y complicidad sobre el escenario.

Nadie se hubiera imaginado, unas semanas atrás, que las dos chicas que supuestamente más se "odiaban" en la escuela, hubieran decidido participar en equipo este año para el concurso de baile urbano. Y mucho menos que lo hicieran tan malditamente bien juntas...

«Las apariencias engañan», pensó JiMin, al ver las miradas divertidas que aquellas dos chicas se dedicaban sobre el escenario. Podía notarse lo mucho que disfrutaban de la actuación, de la música y del baile, y aquello, JiMin sabía bien que no podía fingirse.

–Son buenas... –comentó HoSeok a sus espaldas. JiMin no se había dado cuenta de cuándo su compañero había posado las manos sobre sus hombros, pero ahora estaba masajeándole tranquilizadoramente a su espalda–. Pero tranquilo, nosotros somos mejores... –añadió, con una sonrisilla de suficiencia.

–No te falta confianza, ¿eh hyung? –respondió él con una sonrisilla divertida.

–Confío mucho en mis capacidades, y también en ti. He visto cómo lo hacemos, y sé que podemos superar eso y mucho más, tranquilo...

JiMin agradecía que HoSeok confiara en él todo lo que él mismo no lo hacía. Porque sólo de esa forma, el mayor lograba transmitirle algo de aquella seguridad y tranquilidad que le faltaba.

El MC se acercó para avisarles que serían los siguientes, y JiMin se limpió el sudor de las palmas de sus manos una última vez.

HoSeok y él se miraron segundos antes de subir al escenario con ojos nerviosos y excitados, se tomaron de las manos y se transmitieron la fuerza necesaria para dar lo mejor de sí mismos allí arriba.

Cuando pronunciaron sus nombres, JiMin no pudo pensar o algo más y tampoco tuvo tiempo de ponerse aún más nervioso de lo que estaba. Los focos cegaban su vista, pero podía percibir tras el humo y las luces, como cientos de cabezas sonreían y coreaban sus nombres; el sonido de los aplausos y el inicio de la música aportó el toque adrenalina y energía que necesitaba para comenzar a moverse junto a HoSeok, tal como habían ensayado arduamente los últimos tres meses.

Después de eso, simplemente fluyó. Cada paso, cada movimiento, cada mirada entre Jung y él salió tan natural y simple como en los ensayos. Y todo el nerviosismo quedó atrás con en pasar de los segundos, o quizás es que aquel incesante martilleo en su pecho comenzó a confundirse con el cansancio de la actuación hasta el punto de ser irreconocible.

Algo que amaba JiMin del baile era la sensación de completa libertad cuando su cuerpo se movía con la fluidez de un pez en el agua o la ingravidez de un ave rapaz en pleno vuelo. Podía por un momento olvidar absolutamente todo lo demás, para estar en completa sintonía con su cuerpo y con la música, hacer ambos conectar de una forma sublime y perfecta.

En esta ocasión, HoSeok se unía a esa etérea conexión para completar una sincronización y belleza aún más perfecta. Apenas necesitaban mirarse, porque a cada segundo, ambos sabían exactamente cómo y dónde debían estar... Y, sin duda, ambos chicos confiaban ciegamente en que su compañero estaba haciéndolo perfectamente bien.

Antes de poder siquiera notar la falta de aire en sus pulmones o la necesidad de secar el sudor en sus frentes, la presentación había finalizado y todo el público coreaba sus nombres enloquecido.

Lo mejor de mí | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora