1. u n o

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Despertó con el agradable tacto de unas sábanas de seda acariciando su cuerpo de cintura para abajo. Tenía frío, pues estaba suficientemente consciente para darse cuenta su desnudez. Como acto reflejo, tanteó la cama en busca de más abrigo y logró encontrar un trozo de edredón junto al cálido cuerpo de otra persona a su lado. Lo abrazó sin pensarlo, en su desesperado intento por encontrar el calor que le faltaba... Fue entonces, en el sentir piel con piel, que su mente hizo "click" y despertó sobresaltado.

¿Dónde demonios estaba? ¿Por qué estaba desnudo? ¿Quién era el chico que dormía plácidamente a su lado? ¿Por qué mierda sentía su garganta tan seca?

La realidad golpeó a Park JiMin como un balde de agua helada en medio de la noche. Su cabeza dolía horrores, porque estaba de más decir que no estaba acostumbrado a beber a sus 17 años. Tampoco es como si lo estuviera a despertar junto a personas desconocidas.

Incluso sin acordarse demasiado bien, JiMin sabía de sobra lo sucedido la noche pasada... Rápidos flashback de sí mismo gimiendo obscenidades junto a la imagen de un pelinegro encima suyo eran prueba más que suficiente. Eso, y el terrible ardor en el trasero que tenía que sentía justo ahora.

Arrugó su entrecejo frustrado y confuso, habían tantas lagunas en su memoria que dudó de lo que bebido la noche anterior. ¿Podía sólo el alcohol hacerle aquello?

Se escaparía. Sí, era su mejor opción. Huir ahora que podía...

Con sigilo y muchísimo cuidado, se deslizó fuera de la cama y buscó su ropa interior por el suelo de la habitación, fue entonces que se dio cuenta que probablemente estaba en la habitación de un hotel, lo cual le complicaba aún más la situación: ¿qué haría si su "acompañante" no pagó la noche en el hotel? No podría irse sin más sin pagar. Y para su desgracia, no tenía un won encima... O, al menos, no tanto como para pagar una noche de hotel.

Escuchó al chico gruñir muy suavemente en sueños, dándose la vuelta sobre la cama hacia donde él se encontraba en pie. Sus piernas temblaron del horror al pensar que podría estarse despertando.

Cuando finalmente logró localizar y deslizar los bóxer sobre su cuerpo (sintiéndose de esa forma mucho más seguro y confiado), es que reparó en el chico desconocido. Era extremadamente pálido y delgado; podía ver la mitad de su cuerpo desnudo abrazar las sábanas y el edredón, a falta de otro cuerpo que envolver entre sus brazos. Por un segundo, JiMin pensó que no le importaría ocupar ese lugar... Es decir, el chico era lindo. Más que la mayoría de los pubertos de su instituto. Su rostro lucía aniñado, y sus finos labios muy suaves y rosados, besables. Su cabello azabache, resaltaba notablemente su blanquecina piel de porcelana, y no había un solo rasgo de su pacífica expresión que le transmitiera inseguridad o temor. No era para nada el tipo de chico en que se solía fijar... Pero sin duda era atractivo. Lindo, demasiado lindo.

Sólo un par de segundos observándolo fueron más que suficiente para comenzar a recordar pequeños fragmentos de la noche pasada.



–¡Mierda! ¡L-lo siento, lo siento! –se disculpó el menor tras haber volcado accidentalmente toda su bebida encima de un chico desconocido.

JiMin No estaba muy acostumbrado a salir (básicamente con su edad, era suerte que le dejaran entrar en algún pub), sin embargo, aquella noche su amigo TaeMin le había arrastrado junto a él. Su hyung era universitario, por lo que no necesitaba más que su compañía para poder ir donde quisieran...

–Joder... –escuchó la voz del muchacho gruñir y mirarlo con notoria molestia. No era para menos, estaba completamente empapado. JiMin no pudo evitar fijarse en lo atractivo que le resultaba el chico, y aquello, sólo le hizo sentirse aún más avergonzado.

Lo mejor de mí | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora