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Me basé en bishops knife tricks para este capítulo. Escuchen la canción, es preciosa. No les puedo decir desde que momento, pero el estribillo queda muy bien en cierto momento, pero creo que ustedes se van a dar cuenta de eso por su cuenta ;)

Salude a la chica diciendo que lo pensaría, pero en principio todo pintaba perfecto. Sin embargo, había algo que no me hizo tomar la oportunidad de cabeza.

No era fácil esta decisión, y a pesar de que era bastante impulsivo sobre las cosas cuando llevaba mis emociones al extremo. Pero en algunas ocasiones, era bastante indeciso.

Como ahora, que trataba de hacer la lista de pros y contras mentalmente.

Pros, era un lindo lugar muy bien ubicado que además estaba a unas cuadras de mi trabajo. Por otra parte, la chica parecía agradable y no es homofóbica.

Contras, dejar a Ryan.

Mi cerebro me decía que debía hacer esto, debía tomar mis cosas y la poca dignidad que me quedaba e irme de este lugar en donde sentía que poco a poco me iba ahogando con el silencio.

Aún así, otra parte me pedía a gritos que la opción no era huir. Me decía que debía hablar con Ryan y tratar de solucionar las cosas así podía quedarme junto a él.

¿Iban a cambiar las cosas si lo hacía? ¿O me iba a dejarme irme sin más, dándole a todo esto un cierre definitivo?

No dejaba de torturarme con espantosas preguntas, como si de una avalancha se tratase.

Recibí un mensaje de Dallon, preguntándome qué tal me había ido con el departamento, por lo que supuse que no estaba ocupado como para responder un llamado...

Marqué su número y me senté en una mesa con la bebida de chocolate que me había pedido en aquella cafetería para hacer tiempo antes de ir a casa.

—¿Todo bien, Brendon?— me dijo en forma de saludo.

—Podría decirse, pero no lo sé. Ese departamento parece ser demasiado bueno para ser cierto. Algún defecto tiene que tener.

—No seas exagerado. Estás buscándole el pelo al huevo con tal de no mudarte.

—No... Dallon ¿Cómo crees eso? Pf, nada que ver.— dije yo, forzadamente.

—¿Quieres mi opinión?

—No me vendría mal, aunque sospecho que se por donde vas...

—Deja tanto la búsqueda de departamentos como tu orgullo y no sé, hablale como un adulto en vez de huir y esconderte como un nene.

—Entonces... ¿Cuándo te vas a proponer?




Me había quedado hablando bastante por teléfono con Dallon, al punto de que no me había percatado de que había oscurecido.

Me subí a mi auto y manejé hasta la quinta avenida para pasear un poco. No tenía intenciones de todavía volver a mi actual departamento, tenía muchos pensamientos enredados que al ver a Ryan, se complicarían aún más.

¿Qué mejor que ir a la avenida más concurrida que existe? Algo encontraría para distraerme de estar triste, eso es seguro. Además, era una zona muy linda que me recordaba de alguna forma a Seattle, solo que mucho acá hay muchísimas más luces.

Me senté en una banca para observar los carteles y la gente al pasar. Todavía no tenía hambre, por lo que tenía que matar el tiempo hasta que encontrase la voluntad para ir a comer.

Me sentí por un momento como si estuviese en aquella ciudad donde viví casi toda mi vida, donde tengo algunos de los mejores como peores recuerdos en mi memoria pero que, sin dudarlo, me marcaron como persona.

—Me sorprende lo fácil que fue encontrarme con vos en la calle más transitada del mundo.— me dijo alguien, llamando la atención.

Mire hacia arriba para toparme con nada más ni nada menos que mi talón de Aquiles, lo que hizo que mi ritmo cardiaco aumentara.

—¿Estabas buscándome?— le pregunté a Ryan.

—No precisamente en este momento en particular, pero no me gustaría que hubiese sido de otra forma.

Le sonreí un poco, a pesar de lo que había pasado estos días.

—A lo que voy— dijo él—, es que quería hablar con vos.

—Yo también, pero ya que vos lo dijiste primero.— me excusé.

Miro al suelo mientras reía algo nervioso. —En pocas palabras, porque de los nervios me voy a terminar yendo por las ramas... Me gustaría que te quedaras.

Mi cara tomó color y reí por el hecho de que rimaba.

—¿Lo estuviste pensando mucho a eso?— le pregunté a modo de broma.

—Me salió bastante natural, de hecho. No tenía pensado hacer que rime. Pero el punto es que... ¿Por qué te quieres mudar? Mire tu computadora por accidente y vi la página, de ahí me entere para tu información

Me había tomado completamente con la guardia baja.

—Yo...— suspiré.— Creí que era lo mejor para nosotros. Pensaba que esto solo no estaba cortando la libertad.

—Yo creo que en parte es cierto, pero también creo que somos nosotros mismos individualmente que lo hacemos, tratando de encerrar algo en una jaula que simplemente no quiere ser encerrado.

—No entiendo a qué te referís, Ryan.

—No puedo hablar por parte de los dos, pero estoy seguro que hasta cierto punto te sentís igual que yo. No puedo evitar mirarte sin pensar en todo lo que sentí por vos en algún momento y también en todo lo que siento ahora.

—¿Qué?— dije queriendo que hable más, antes de hacerme ilusiones.

—Te amo y con locura. De tal forma que parece un sentimiento que jamás pude y voy a poder borrar porque a pesar de que hubo un momento en donde yo creí que se desvanecía, nunca desapareció. Nunca logré sacarte completamente de mi cabeza y corazón, y una parte de mí sabía que iba a ser así cuando pasó aquella llamada.— dijo, mirándome intensamente a los ojos.— Me encantaría que, si todavía tienes en mente irte a vivir solo después de todo lo que dije, que me des un último momento como cuando éramos más chicos y teníamos todo.

—Mejor sería hacer eso siempre, pretendiendo que es el último para ver hacia donde llegamos esta vez.— dije yo, para abalanzarme hacia él, tomando su cara entre mis manos.

Nuestros labios coalicionaron de una forma algo abrupta en un primer instante, pero fue ante el insaciable anhelo de volver a estar juntos.

Sus brazos me rodearon acercándome más a él, como si me pudiese esfumar como arena entre sus manos.

Tratábamos de decir tantas cosas que ya era difícil distinguir con las intensas luces en nuestro entorno más que nunca, todo aquello que intentabamos demostrar con este beso. Pero había un mensaje claro de haber encontrado ese lugar que nunca quisiésemos dejar. Un hogar que no era ni una casa, ni nada por ese estilo; sino un sentimiento y otra persona.

George Ryan Ross III, yo también te amo hasta que no haya nada a nuestro alrededor, incluso si esto es un camino que guía directo hacia un precipicio.

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⏰ Última actualización: Feb 04, 2018 ⏰

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After dreams ✧ rydenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora