11

814 128 170
                                    

Brendon decidió encargarse de los pasajes y de avisar que íbamos a estar allí un par de días porque sabía que si esto lo dejaba en mis manos, iba a aplazarlo hasta el hartazgo. Aunque quizás no se lo había dicho lo suficiente, me sentía muy agradecido que a pesar de tener sus cosas, me esté acompañando como... lo que sea que fuéramos, era complicado.

—Deberías dormir un poco, Ryan.— dijo bostezando.

—No estoy con sueño aún, no te preocupes.

—¿Seguro?

—Úsame de almohada, yo voy a estar bien. No es como que vaya a abrir la ventana y saltar, Brendon.— bromeé.

Me dio una última mirada, como escaneándome para ver si decía la verdad sobre el hecho de estar bien, porque supongo que sabía que no me iba a lanzar. Se acurrucó en mi hombro para dormir.

Mi mano estaba entrelazada a la suya hace un rato, pero recién ahora les prestaba atención más detenidamente. No era algo que me sorprendiera, para mí era normal.

Cuando terminas con una persona, a pesar de que ya seas consciente de que todo acabó, sentís que tu cuerpo tarda más en procesar la información, al punto de poder tener el impulso de besarlo, pero un momento de claridad te detiene. Aun así, no tenía ganas de cortar ese contacto con Brendon.

Yo era una parte importante para él, me lo recuerda bastantes veces sobre como lo ayudé, y él también era una parte importante en mi vida. Había algo que nos mantenía de alguna forma u otra, y aunque quizás no fuese lo suficientemente grueso para mi gusto... era mejor que nada, eso seguro.

Cuando vi que la azafata estaba empezando a despertar gente en las primeras filas, yo traté de despertar a aquel chico de grandes labios.

Al aeropuerto fue a buscarnos la madre de Brendon, quien se había ofrecido generosamente para que no pagásemos un taxi.

Hoy dormiría en su casa, no me sentía listo para enfrentar el estado mental de mi mamá sin antes haber consultado con el médico. La cita con este recién era mañana temprano.

—Sabes que no voy a dejarte dormir en el sofá ¿Verdad?— me preguntó.

—Desde el primer segundo, y estoy tan cansado que no tengo ganas de llevarte la contraria.

Brendon me dijo que tenía más hambre que sueño, por lo que comería algo, pero me dio permiso a adelantarme para dormir puesto que él tardaría un buen rato en hacerlo, luego de haber dormido un poco en el avión.

De todas formas, no pude conciliar el sueño hasta que sentí su cuerpo hundirse junto al mío en el colchón. Brendon se dio cuenta de que seguía despierto, seguro suponiéndolo.

Empezó a cantar suavemente, tomando mi ejemplo de cuándo yo se lo hacía a él. Sonreí y no pude evitar abrazarlo, para al fin caer en los brazos de Morfeo.

Su madre se sintió apenada al despertarnos, seguro por la posición en la que nos encontrábamos, pero aunque quería dejarnos dormir; no podía hacerlo.

Me duche rápidamente mientras Brendon se vestía y hablaba un poco con su madre. En parte sentía culpa de que hayamos venido hasta donde vive su madre, pero de todas formas él va a pasar más tiempo con la mía y conmigo.

Él fue el conductor asignado por la obvia razón de que mis pensamientos estaban en otro lado, menos en lo que tenía frente a mis ojos. Ninguno de los dos quería morir aún.

Al bajar del auto, tomó mi mano para entrar juntos al hospital. Suspiré pesadamente.

Me dio un apretón cuando escuchamos mi apellido y uno justo antes de entrar.

—Me alegra que haya venido con su pareja en esta situación tan delicada. Los familiares también necesitan mucho apoyo familiar.

—No somos pareja...— dijo Brendon.

—Es complicado.— concluí.

El doctor dio una extensa charla, empezando por lo que era la enfermedad en profundidad, explicando las distintas etapas de esta y finalizando con los cuidados que mi madre necesita.

Me dolía profundamente escuchar eso, porque muchos de las cosas que tenía que hacer era como si estuviera tratando a un niño o una mascota.

Apenas salimos del consultorio, el teléfono de Brendon sonó por lo que apresuró en contestar.

Me senté en uno de los bancos de plástico, esperando a que él terminara de hablar para poder irnos. Pero después escuché un grito de sorpresa que captó mi atención.

Observó a Brendon abrazar a un chico de estatura un poco más baja que él y unos llamativos rulos en su cabeza. No tenía ni idea de quien era.

Bueno, hasta que vi a Brendon y el chico misterioso besarse.

No pude abrir mis ojos más, pero realmente estaba demasiado shockeado por ver eso tan sorpresivamente. Y ni hablar de que sentía... no me gustaba la palabra celos, pero era la que se moldeaba mejor al caso.

Estaba tan concentrado en lo que estaba sintiendo al ver esa imagen tan chocante para mí que no me di cuenta cuando se habían parado frente a mí.

—Ryan, él es Ian Crawford, mi novio. Ian, él es...— dijo Brendon, pero lo corté.

—Ryan Ross.— me apresuré a decir, antes de que él haga su típico comentario acerca de mi nombre completo.

—Oh, el famoso Ryan, al fin tengo el placer de conocerte.— dijo con una cálida sonrisa.

—Estoy lejos de ser famoso.

—De lo mucho que Brendon me dijo sobre vos, parece como si fuera tu fan.

—Es muy talentoso, tanto con la música como con la escritura. Pero va a negarlo de todas formas.— respondió Brendon.

Intenté sonreír, pero la situación me era demasiado incómoda. Es decir, yo soy su ex y aún así sigo enamorado de él al punto de pensar que tenía una chance con él de nuevo, por su parte, aquel chico era su actual pareja quien seguro debía saber lo afortunado que era al tener a Brendon tomado de su mano.

Espero que lo sepa, porque mientras tiene a otra persona que le daría todo otra vez, prefiere estar parado ante ella, de su mano y con una gran sonrisa en la cara.

Brendon me dejó solo en su casa y se fue a pasear un rato con Ian.

No pude evitar que aquello que hice primero fuera llorar. Eran demasiadas cosas pasando en un plazo tan corto de tiempo como para asimilarlas. No me sentía patético, quizás algo débil. Pero no tenía fuerzas para pelear contra miles de pensamientos que pasaban por mi cabeza.

¿No es increíble como aquellas personas que tienen tanto tiempo en tu vida y más feliz de alguna forma te hacen o hicieron, pueden ser las que te hagan llorar peor?

After dreams ✧ rydenWhere stories live. Discover now