0

816 141 138
                                    

Casi tres años después.

Estacioné mi auto, suspirando aliviado de que por fin había llegado a mi casa... Mejor dicho, a la casa de mi madre.

Le toqué el timbre a pesar de tener llaves, solo para que me ayudara con las cosas más livianas, no le iba a hacer cargar algo tan pesado puesto que no lo aguantaría.

—¡Brendon, mi pequeño!— dijo abrazándome muy fuerte, como si no me hubiese visto en años.

—Hola mamá.— dije abrazándola de igual forma.

Subimos todas mis cosas puesto que me iba a quedar allí un tiempo, porque todavía no estaba muy seguro de donde vivir. También porque quería encontrar un trabajo sobre lo que había estudiado y no terminar como mesero para poder darme el lujo de vivir solo.

Mis prioridades son otras, y mi mamá lo había aceptado, dejándome vivir con ella hasta que pueda instalarme en un lugar completamente solo por mis propios medios.

Cuando estábamos entrando las últimas cosas, nos topamos saliendo de su departamento con la mamá de... Ryan.

—¡Brendon!— dijo saludándome eufórica.

Se acercó a darme un abrazo y yo le correspondí algo incómodo.

—Hola.— dije tratando de sonar normal.

—Tanto tiempo... ¿Has vuelto hoy?— dijo señalando la caja que había dejado en el piso.

—Sí, planeo quedarme un tiempo con mi mamá hasta, ya sabe, estabilizarme en la vida de un graduado.

—Me alegra oír eso. ¡Qué casualidad que justo hayas llegado hoy! Mi hijo también viene hoy.

Tragué saliva mientras sentía que me volvía pálido.

—¿R-ryan no vive en nuev-va york?— pregunté.

—Sí, pero no sé qué lío hizo que ahora se va a quedar tres meses acá. Como sea, espero que algún día vengas a tomar algo, todavía de cocinar esas cosas dulces que te gustan.

Sentí que el aire no llegaba a mis pulmones mientras mis manos me temblaban un poco.

Después de todo este tiempo en donde había tratado de reconstruir un poco mi vida para no sentirme completamente solo y desastroso...

Sentí mis piernas flaquear.

Entré rápidamente todo a mi casa antes de evitar un interrogatorio de mi mamá. Tome mis llaves y salí de allí para tomar un poco de aire.

Me senté en una banca, tratando de calmarme un poco. No podía creerlo, ahora que me estaba empezando a sentir un poco mejor... Bueno quizás es mentira, pero había llegado al punto que podía disimularlo bien y esconder muchas cosas por... ¿Un bien mayor?

No debería de afectarme. ¡Pasaron más de dos años, joder! Ya debería estar perfectamente enterrado con muchas cosas de mi pasado pero ahora parece estar flotando, asomándose por la superficie para... ¿Para qué?

Ryan había sido la calma y el desequilibrio, depende de que momento estemos hablando. Me había ayudado a construirme para bien como para luego deshacerlo todo y construir algo que se puede perfectamente desmoronar con un soplido.

Tomé mi teléfono y pensé en quien podía llamar. Sarah estaba en un avión, así que no podría contestarme de ninguna forma. Alex seguramente estaba con su novia, y jamás atendía en esos casos... ¿Dan? No, ni pensarlo, sería echar a perder absolutamente todo con él, y lo quería al punto de no ser tan egoísta de hablarle sobre mi pasada vida amorosa. Aunque él seguía creyendo que estaba enamorado de Ryan y decirle como me sentía al pensar que vamos a ser vecinos durante tres meses lo iba a hacer molestar. Pero él no entendía que era algo mucho más complicado de "quererlo", no, porque ni yo sabía si quería eso, lo cual no sé si era mejor que estar todavía sintiendo algo por él.

Y quedarme sin pareja no era una opción, no quería quedarme tan solo... porque es verdad que quizás todavía no consigo dejar atrás el pasado y amarlo a él... Es complicado, pero igual acá estoy.

Marqué el número de Dallon, no habíamos hablado hace uno o quizás dos meses. Sin embargo, estoy seguro que sabría que decirme antes de que yo pierda la cabeza. Lo necesito, necesito de alguien que pudiera entenderme, a él no le molestaría que lo llame si es por eso.

—¿Qué pasó Brendon?— me dijo apenas atendió.

No me había dado cuenta que tenía un nudo en la garganta hasta que traté de hablar y simplemente las palabras no salían de mi boca.

—Ryan... él... yo...— dije, intentado formular una oración coherente.

—¿Qué pasó ahora con él, Bren?

Iba a hablar pero en ese momento, mis ojos se posaron en un auto pasando por en frente de donde yo veía. Este se detuvo por un semáforo en rojo, aunque no le había prestado demasiada atención hasta que la ventanilla del asiento del copiloto se bajó lentamente, revelando quien se encontraba del otro lado.

Mi pulso se aceleró, y no pude evitar quedarme como un tonto con la boca abierta mirándolo. Él estaba tan sorprendido como yo, quizás aún más pensando que no sabía que yo iba a estar también acá.

¿Tanto tiempo me había quedado pensando como para que a la mamá de él le hubiera dado el tiempo de recogerlo por el aeropuerto?

—¿Brendon?— me dijeron Ryan y Dallon a la vez.

—Ryan...— dije lo único que pude decir en ese momento.

El semáforo se puso en verde y el auto avanzó.

—¿Estás ahí?— dijo Dallon.

—Ryan regresó.

After dreams ✧ rydenWhere stories live. Discover now