Capítulo 7.

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El sonido de su voz hizo que Jung Eun se congelara al instante, dejando que la vibración de su tono intimidante le sonara por las orejas mientras se quedaba quieta.

Mantuvo su cuerpo rígido contra la pared, sintiendo que su pecho subía y bajaba mientras mantenía sus ojos en Jackson. Estaba mirándola fijamente, no menos aturdido por la voz del guardia mientras la sonrisa en sus labios se hacía más amplia al ver la cara ruborizada de la chica.

-Jung Eun.-el alcaide llamó de nuevo después de no haber escuchado una respuesta suya.

En cuestión de segundos, empujó a Jackson lejos de ella y le indicó que se sentara, fingiendo como si nada hubiera pasado.

El prisionero hizo lo que le indicaron y tan pronto como se enderezó, abrió la puerta. El alcaide estaba parado allí, con una evidente expresión de desagrado en su rostro arrugado. Al verla, dio un paso atrás alejándose de la puerta mientras salía. Jung Eun tuvo cuidado de no abrir demasiado la puerta, solo dejando espacio suficiente para que ella se escurra, así que el alcaide no pudo ver a Jackson dentro.

-Ahí estás.-resopló el guardián.-sígueme a mi oficina.-ella se quedó quieta cuando el hombre dio media vuelta, alejándose unos pasos mientras deseaba que Jung Eun lo siguiera.

Pero, contrariamente a sus órdenes, no se sentía cómoda al verlo en privado, especialmente con todo lo que había estado sucediendo.

-Señor, ¿no puede decirme qué es aquí?-preguntó en un tono urgente. El guardián se detuvo, bajó un poco la cabeza antes de darse la vuelta para finalmente verla.

Sus facciones se habían endurecido, casi como si estuviera irritado por sus palabras.

-No me gusta discutir abiertamente las cuestiones del paciente.-lentamente respondió.

-Pero tengo otra sesión pronto.-mintió.-no tengo mucho tiempo.-con una última mirada de desprecio, las características del guardia de repente se suavizaron cuando respiró hondo y sonrió de forma escalofriante.

Era espeluznante, como si se hubiera girado un interruptor y él fuera una persona completamente diferente. Sin embargo, a pesar del intento de ocultar su ira, el desprecio en su voz aún era prominente mientras hablaba.

-Bien.-confirmó.-lo que tengo que decir no tomará mucho tiempo de todos modos.-un matiz de inquietud le dolió cuando el guardián dio un paso adelante, directo hacia ella.

Se detuvo a un pie de distancia antes de hablar.

-Escuché que discutiste sobre un paciente con Jinsoul.-ella arrugó las cejas, dándose cuenta de a donde iba todo esto mientras hablaba de BamBam.

-Si.

-¿Y por argumentar que de alguna manera adquriste al paciente para estar bajo tu cuidado?-añadió, pidiéndole más como una forma de interrogación que como una pregunta real.

Su tono era ofensivo, por decir lo menos, cuestionándole como si fuera una idiota.

-Bueno, déjame explicarte.-ella comenzó pero fue interrumpida rápidamente por su fuerte voz.

-Señorita, le dejaré saber ahora que la falta de profesionalidad no se tolera en ésta instalación.-él regañó.-confíe en que Jinyoung la contrataría pensando que sería una gran adición para nuestro personal y agradable trabajar con él. Pero por lo que he visto, solo has causado problemas.-Jung Eun quería reírse de lo hipócrita que sonaba.

Esto venía del mismo hombre que no advirtió al público sobre el prisionero fugado, el mismo hombre que mantuvo a BamBam en esa sala desconocida por Dios sabe qué.

Mad ©Where stories live. Discover now